La propuesta que hizo Javier Milei de impulsar a Martín Menem para la presidencia de la Cámara de Diputados le puso un sello definitivo a la reivindicación de una etapa de la historia y, sobre todo, de un hombre que le dio apellido a su tiempo: Carlos Saúl Menem. Se trató de la confirmación institucional de una identidad que hasta ahora había sido ocultada por los políticos de las últimas dos décadas y media. La ausencia de su busto en el hall de los presidentes de la Casa Rosada -que persiste 24 años después de terminado su gobierno- es la muestra cabal de esa desvalorización unánime que, con el advenimiento libertario, pareciera haber terminado.
No hay en Milei un menemismo repentino, sino que está en su propio origen, en su ADN. Es la matriz que parió al líder libertario. Está allí desde que apareció públicamente con su melena, sus discursos y arengas a favor de la libertad y del mercado como medio ambiente donde se desarrollan los seres humanos. No lo dijo una, sino cada vez que le preguntaron: para el líder libertario, Menem fue el mejor presidente de los 40 años de democracia y más atrás también. Es la década del noventa que vuelve y con ella algunos de sus personajes destacados.
Por eso no sorprende que Milei defina a Domingo Cavallo como el mejor ministro de Economía de la historia. Ni es extraño que empodere al sagaz Guillermo Francos -un cavallista que trabajó con tres gobiernos peronistas- como futuro ministro del Interior y la espada política más poderosa de su Gabinete, después de Karina, “El Jefe”. Tampoco puede llamar la atención que para la Procuración del Tesoro haya designado a Rodolfo Barra, un jurista de vasta experiencia, que fue juez de la Corte con Menem, y después su ministro de Justicia.
Ese último caso es muy expresivo de que Milei está dispuesto a ir a fondo por contar con piezas claves que fueron del menemismo, más allá de las críticas. A Barra le exhumaron el antecedente de un accionar antisemita cuando era adolescente y el futuro presidente lo retuvo, más allá de los pedidos para que se reviera su nombramiento. ¿Por qué? Porque consideró que es el mejor para el puesto de jefe de los abogados del Estado, el cerebro jurídico que deberá blindar su plan de reformas pro-mercado.
Pero la elección de Martín Menem supera a los casos anteriores porque ubica a ese apellido en uno de las cuatro posiciones que integran la línea de sucesión. De Milei a la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel; del libertario formoseño Francisco Paoltroni como el senador para Presidente Provisional de la Cámara alta, y el otro riojano que será impulsado para presidir Diputados. Con el futuro primer mandatario, son cuatro personalidades que, hasta hace 3 años, no tenían actividad partidaria, ni funciones de gobierno, ni se habían presentado a elecciones. Cuatro outsider que llegaron con el objetivo de cambiarlo todo.
Pero volviendo a la raíz menemista del fenómeno libertario, Milei ayer rubricó un mensaje de Zulemita Menem en la red social X que rastrea ese vínculo. En el posteo de felicitaciones a Martín Menem por la designación para la Presidencia de la Cámara de Diputados, ella escribió a su primo: “Recuerdo que un día me llamaste para que el viejo reciba a Javier Milei. Al rato papá me cuenta: ‘Martín vino con el amigo, interesante escucharlo, con condiciones para la política, le dije que se largue nomás, que puede ser Presidente. El chango es más menemista que uds’. Moraleja: EL CHANGO HOY ES PRESIDENTE”.
En medio de este revival hablaron dos figuras eminentes del menemismo, que se refirieron a esa identificación entre Milei y Menem. “Veo la asunción de Javier Milei como presidente con real optimismo. Creo que es un hombre que está demostrando prudencia, sensatez, amplitud de criterio y manteniendo obviamente sus propias convicciones y opiniones”, le dijo Carlos Corach al periodista Fernando González y agregó: “Si Milei dijo que es menemista, le daríamos la bienvenida”.
En otra entrevista en radio habló otra voz calificada. “Creo que Milei es menemista en el fondo de todo, porque reconoce lo que Menem hizo. Y tiene condiciones parecidas, al menos en la expectativa”, manifestó Alberto Kohan, ex secretario General de la Presidencia, que incluso fue más allá, al hacer una comparación entre ambos. “En esa época decían ‘viene Menem, el melenudo ese qué va a hacer’, y transformó la Argentina, puso la Argentina en el mundo, terminó con los golpes militares, aplicó su autoridad como presidente de la Nación. A Milei también lo critican por su aspecto y no por sus acciones”, afirmó.
“No es que vuelva la época, sino que fue lo suficientemente buena para que se la reconozca”, dijo Kohan y resaltó que el de Carlos Menem “es el único busto que falta” en el Hall de los Presidentes de la Casa Rosada. “Está guardado en una oficina por ahí”, se quejó el ex funcionario.
El hermano Eduardo
Para analizar toda la escena, Infobae convocó a un protagonista central de toda esta escena, tanto por la revalorización de la década del 90, como por la decisión tomada por el líder libertario. Eduardo Menem secundó como presidente provisional del Senado a su hermano Carlos Saúl durante los 10 años de gobierno. Y a la vez es el padre de Martín Menem, el elegido por Javier Milei para ser, en este caso, presidente de la Cámara de Diputados.
“Se habla de Carlos Menem porque recibió un país en una situación desastrosa, con un gobierno que se fue antes porque no podía contener la situación. Después de 10 años y medio, él dejó un gobierno exitoso, más allá de la demonización que hicieron los gobiernos fracasados que le siguieron. Carlos Menem recibió el país con 5000% de inflación anual y 60 millones de dólares en el Banco Central y se fue sin inflación y con 35 mil millones de dólares en el BCRA. La campaña de demonización se la hicieron los gobiernos fracasados que lo sucedieron”, aseguró el hermano del ex presidente.
Para el ex senador, la clave de ese reivindicación tiene que ver “con los éxitos”, que se contrastan con los resultados decepcionantes que tuvieron los últimos gobiernos, de Cristina Kirchner a Mauricio Macri y al actual, que avanza hacia el definitivo ocaso, de Alberto Fernández.
Pero al hablar de su hijo y la promoción a presidente de la Cámara de Diputados que anunció Milei, el ex senador reconoció falta de experiencia política, aunque destacó que Martín Menem tuvo una estrecha relación con el ex presidente Menem, como así también transitó cerca suyo la década del 90. “Él se ha criado conmigo, estuvo muy cerca de la política y era muy allegado a Carlos, que lo quería mucho. Era su compañero de tenis, tanto como gobernador como de presidente, y lo llevó a un viaje a Estados Unidos a una reunión con Bill Clinton”, agregó.
“Martín viene de la política, a través de Carlos y a través mío. Él participó de todo, estuvo siempre al lado mío, tiene vocación y fuerza. Además, cuenta con la más absoluta confianza del presidente y no tiene un pasado contaminado de reyertas ni de peleas políticas. Es un hombre que va en estado puro a la Cámara”, aseguró y agregó. “No tiene experiencia, pero la gente que tiene experiencia y que nos ha venido gobernando hasta ahora, el resultado que han tenido lo estamos viendo. Por eso hace falta un cambio”.
Sobre el busto en Casa Rosada, Eduardo Menem advirtió: “Le ponen el nombre de Néstor Kirchner a todo, pero no le pusieron el busto a Carlos como corresponde, como ex presidente que fue elegido en democracia y entregó el gobierno en democracia y de manera exitosa. Es una tremenda injusticia y lo han hecho por la campaña de demonización en su contra, porque en un tiempo era mala palabra”.
Y concluyó: “El busto sé que está hecho, el gobierno actual lo tiene, pero nunca lo pusieron. No voy a pedir que lo pongan. La verdad, tiene que salir de las propias autoridades que vengan. Veremos”.