“Evidentemente, los libertarios han decidido gobernar solos”. Un hombre del PRO, que supo tener un rol protagónico durante el gobierno de Cambiemos, se lamentaba ayer por la tarde tras enterarse de que Javier Milei eligió a Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados.
Las últimas dos semanas estuvieron marcadas por negociaciones frenéticas y enojos públicos en torno a dos nombres que finalmente terminaron descartados: Cristian Ritondo y Florencio Randazzo.
El jefe del bloque de diputados del PRO era impulsado por Mauricio Macri como pieza central del acuerdo de gobernabilidad sellado con Milei antes del balotaje. Ritondo también había jugado fuerte: se había pronunciado a favor de los libertarios inmediatamente después de conocerse el Pacto de Acassuso, aportó fiscales en la provincia de Buenos Aires y prometía sumar a los libertarios un bloque de alrededor de 40 “halcones” de Juntos por el Cambio.
Por otro lado, Randazzo era visto con buenos ojos por Guillermo Francos, futuro ministro del Interior, que consideraba más importante afianzar los lazos con el gobernador saliente de Córdoba, Juan Schiaretti, y entendía que el ex ministro de Cristina Kirchner tendría más facilidad para negociar con mandatarios provinciales y peronistas no kirchneristas.
La elección se demoró justamente por su carácter estratégico, ya que la capacidad de construir consensos será determinante para el nuevo gobierno, que asume con apenas 38 diputados y 7 senadores.
Para los halcones del PRO solo había un camino viable políticamente: Ritondo podría sumar 40 diputados (algunos arriesgaban incluso hasta 50) que dejaría a los libertarios mucho más cerca del quórum de 129 necesarios para abrir una sesión en la Cámara baja.
Ante la consulta de Infobae, un diputado con mandato hasta 2025 pronosticó que la relación con los libertarios se enfriará, lo que en la práctica significa que se negociará “ley por ley”, con una injerencia mucho mayor de los gobernadores.
El nuevo escenario por el momento aleja los fantasmas de una ruptura del PRO, que seguramente continuará formando parte de Juntos por el Cambio junto con la UCR y la Coalición Cívica.
“Si tiene que salir a buscar 90 votos para cada ley, los gobernadores le van a sacar fondos para las provincias en cada negociación”, analizó un hombre del radicalismo, que recordó que la reunión de mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio del martes pasado dejó en evidencia la intención de no quedar como parte del gobierno violeta.
“Nosotros no co-gobernamos, pero es bueno que algunos dirigentes que quieran ayudar lo hagan porque es mejor un gobierno sólido con buenos dirigentes que un gobierno débil. Pero eso no nos compromete ni obliga como garantes”, quedó plasmado en el comunicado final.
De hecho, el gobernador electo de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, dijo abiertamente que Bullrich tenía que renunciar a la presidencia del PRO si pensaba asumir como Ministra de Seguridad. En la misma línea, Mauricio Macri aclaró que tanto ella como Luis Caputo asumen un “compromiso personal” al sumarse al Gabinete libertario.
En las bancada del PRO canalizan su malestar en la figura de Guillermo Francos. Sospechan que los intentó “balcanizar” al igual que al peronismo. “Es un error, no le conviene tener que negociar con muchos espacios”, advirtieron.
Los libertarios han dejado trascender en más de una oportunidad que si no logran aprobar las leyes que necesitan recurrirán a los decretos de necesidad y urgencia. Los “halcones” del PRO también desconfían de esa estrategia: “No van a ser decretos como la eliminación de Ganancias, que pueden ser bien vistos por algún sector, sino decretos (de ajuste) que pueden generar caos social, los puede voltear la Justicia o también el Congreso”.
Por lo pronto, Milei apaciguó los reclamos internos (sus diputados electos querían a un libertario “puro” al frente de la Cámara) y además ya no deberá encargarse de buscar votos para designar a un peronista o un macrista. La propia Cristina Kirchner colaboró al hacer saber que su criterio es darle la presidencia de Diputados y la presidencia provisional del Senado (lugares clave en la línea de sucesión) al partido de gobierno. Lo mismo piensan en el radicalismo y la Coalición Cívica, por lo que Martín Menem tiene el lugar garantizado.
Quedará por verse su capacidad de lograr consensos para la anticipada “ley ómnibus” que Milei dijo que enviará al Congreso al día siguiente de asumir.