El funcionario camporista Fabián “Conu” Rodríguez fue removido de la AFIP por el presidente Alberto Fernández a raíz de la investigación por espionaje ilegal en la que está imputado.
El ex Subdirector General de Servicios al Contribuyente tuvo contactos con el agente de inteligencia inorgánico que dice ser periodista y que hoy está preso Ariel Zanchetta, acusado de espiar a jueces y políticos.
“Atento los hechos de público conocimiento, en la presente instancia resulta necesario disponer el cese del mencionado funcionario en el cargo citado precedentemente”, dice el escueto decreto publicado hoy con las firmas de Alberto Fernández y el jefe de Gabinete Agustín Rossi.
El Presidente había informado a Rodríguez que esperaba su renuncia a través de Carlos Castagneto, titular del ente recaudador. Sin embargo, el ex funcionario camporista había pedido licencia, desoyendo los planteos del jefe de Estado.
El fiscal Gerardo Pollicita había solicitado su detención el 9 de noviembre a los fines de indagarlo, algo a lo que el juez Martínez De Giorgi no accedió porque apenas un rato antes habían aparecido defensores para asumir la defensa de Rodríguez y ponerse a derecho.
Tras el rechazo del juez a detenerlo (aunque le prohibió la salida del país), al día siguiente, Rodríguez se presentó en tribunales el 10 de noviembre para dejar su celular Samsung Galaxy S20 Note y aportó el patrón de la clave. Ese material aún no pudo comenzar a ser peritado, tal como detalló Infobae días atrás. Hay además otros dispositivos que fueron secuestrados en diferentes allanamientos: nueve Notebooks, tres Netbooks, dos Macbooks, dos Tablets, veinte pendrives -algunos de ellos con la leyenda Télam-, nueve celulares, dos discos externos y un dispositivo GPS.
La causa por el espionaje a los jueces tiene varios focos. Una es la denuncia que hizo el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, porque le crearon líneas telefónicas a su nombre y ahí se descubrió que eso también había pasado con otros magistrados y funcionarios, entre ellos los ministros del máximo tribunal Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. La otra es el hackeo que sufrieron al mismo tiempo dos jueces de Casación, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos; y a dos jueces que llevaban adelante el juicio contra CFK, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso. Por el caso fueron detenidos Nuñez Pinheiro y Zanchetta, un ex policía que el mismo día del hackeo a Borinsky buscó sus datos en base SudamericaData, en donde sólo en 2022 había hecho otras dos mil búsquedas de magistrados, políticos y artistas. Ahí aparecía que Zanchetta buscó los datos de los jueces Gustavo Hornos, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi, Ernesto Kreplak y de los ministros de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti. Él se excusó diciendo ser periodista.
Del análisis inicial de los dispositivos de Zanchetta donde aparece ahora la tercera vía de la causa: el fiscal Gerardo Pollicita lo acusó de ser un agente inorgánico de la AFI y que también tuvo como “objetivos” a jueces y dirigentes. Y que, en su celular, aparecía un diálogo con “Conu” Rodríguez, en el marco de una operación contra la ministra de Desarrollo Social Victoria Tolosa Paz en octubre del 2022. En ese diálogo, el espía le pregunta si seguía “reportando” a él tras su salida del gobierno de Axel Kicillof y su llegada a la AFIP. “Conu” le responde que sí.
La fiscalía hizo hincapié en un “contacto asiduo” entre entre Zanchetta y Rodríguez durante 2022 y diálogos que, según dijo, denotaba “familiaridad”. E insistió en que el financiamiento de esas tareas quedaron enmascarada en pauta publicitaria que recibieron los medios en donde el espía publicaba como “periodista”.