Con las negociaciones por el armado del futuro Gabinete todavía en marcha, otra ex funcionaria macrista está cerca de sumarse a la gestión de Javier Milei: se trata de la ex vicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF) María Eugenia Talerico, quien se haría cargo de la Dirección Nacional de Migraciones.
La abogada penalista, que recientemente fue una pieza importante en la denuncia contra Julio Segundo Rigau, alias “Chocolate”, un puntero del PJ que fue detenido en un cajero automático con 48 tarjetas de débito, ya se encuentra en conversaciones avanzadas con el equipo de Guillermo Francos.
De acuerdo con lo que precisaron a Infobae fuentes de La Libertad Avanza, el designado ministro del Interior, una de las personas más cercanas al presidente electo, ya tendría prácticamente decidido darle a la letrada la conducción de ese organismo, que continuará dentro de esa cartera.
Incluso, Talerico se reunió en los últimos días con Lisandro Catalán, quien asumirá como viceministro de Francos, y le contó el plan que tiene en mente para Migraciones, una entidad que adquirió especial relevancia durante la pandemia del coronavirus, ya que es la autoridad que controla el ingreso y salida de personas del país.
La directora actual es Florencia Carignano, una dirigente vinculada a La Cámpora, con quien la abogada hará la transición en los próximos días, una vez que sea efectivamente confirmada como su sucesora a partir del próximo 10 de diciembre.
Además de tener un título el Derecho Penal, Talerico es experta en temas de integridad financiera, lavado de activos y financiación del terrorismo, lo que la llevó a ser vicepresidenta de la UIF entre el 2016 y el 2020, durante la gestión de Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Además, es uno de los miembros fundadores de la ONG Será Justicia, la cual vela “por el respeto a las instituciones y la democracia” y que, por ejemplo, en uno de sus últimos comunicados repudió “enérgicamente el juicio político que se está tramitando contra la Corte Suprema”.
Asimismo, participa en la cátedra de Derecho Penal Parte General de la Universidad de Belgrano y como docente en distintos Programas de ”Prevención del Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo” de la Universidad Católica Argentina y la Universidad de Buenos Aires, así como en el Seminario de Ética para estudiantes de abogacía, de la Universidad Católica Argentina.
“Mientras esté en la arena política, no me voy a cansar de decir que: sin el pilar de la integridad y una verdadera lucha contra la corrupción, estamos perdidos. Trabajaré para que la lucha contra la corrupción sea una bandera del gobierno entrante y aportaré desde el rol que se me necesite”, explicó recientemente, al referirse sobre su futuro.
En las últimas elecciones, Talerico fue candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, acompañando a Maximiliano Abad en la boleta de Juntos por el Cambio que llevaba a Patricia Bullrich como aspirante a la Presidencia, pero no logró entrar al Congreso, ya que en este distrito el partido quedó en segundo lugar y consiguió una sola banca.
A fines de septiembre pasado, junto a otros dos dirigentes macristas, Ricardo López Murphy y Javier Iguacel -este último también se incorporó a La Libertad Avanza- denunció a los jueces que anularon el caso contra “Chocolate” Rigau por el uso de las tarjetas de débito de empleados de la Legislatura bonaerense.
“Creemos que resulta evidente que semejante cantidad de tarjetas para extraer dinero público en poder de una sola persona, demuestran que no actúa solo y que forma parte de un armado mayor de corrupción, de presta nombres, de padrinos políticos que se han organizado para defraudar al Estado”, señaló en la presentación.
Rigau fue detenido el 9 de septiembre último en un cajero ubicado en la calle 54 y la avenida 7, de la ciudad de La Plata, mientras retiraba los sueldos de 48 empleados de la Legislatura bonaerense. En su poder ya tenía 1.260.000 de pesos.
El arresto se concretó cuando un cliente del Banco de la Provincia de Buenos Aires alertó a la Policía de que había una persona que llevaba mucho tiempo parado frente a uno de los cajeros automáticos. Cuando lo requisaron, se dieron cuenta de que llevaba dinero, tarjetas, sobres, y varios tickets.