(Enviado especial a Washington).- El embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, se reunió hoy con su sucesor, Gerardo Werthein, para ejecutar una transición ordenada a pocos días de la asunción presidencial de Javier Milei. El encuentro fue distendido, se sirvió un desayuno americano y duró tres horas.
En su cuenta oficial de X (antes Twitter), Arguello posteó en referencia a su cónclave con Werthein: “Mantuvimos un productivo intercambio sobre el positivo estado de la relación bilateral en materia de diálogo político, comercio e inversiones. Analizamos los objetivos logrados y los nuevos desafíos de la agenda diplomática”.
El tono del posteo de Arguello fue sostenido por el futuro embajador Werthein durante el diálogo que mantuvo con este enviado especial en el lobby del hotel Hay-Adams. “Arguello es un caballero, es muy serio. Tuvimos un excelente desayuno de trabajo”, sintetizó Werthein antes de abandonar el lobby rumbo al restaurant del hotel para continuar su ajetreada agenda en Washington.
Durante el desayuno, Arguello explicó el método diplomático en DC, que implica muchísimas reglas no escritas. En este sentido, un presidente de los Estados Unidos le recomendó a su sucesor que se compre un perro como compañía porque “en Washington no hay amigos”.
Werthein sabe como funciona el poder en la capital de los Estados Unidos. Empresario de profesión, es amigo personal de Bill Clinton, y la embajada argentina en Washington es un desafío personal que encaja justo con su manera de encarar las cosas y observar el tablero internacional.
Desde una perspectiva geopolítica, Werthein estará más aliviado que Arguello. El futuro embajador en Washington representará a un gobierno que ya anunció su cercanía con Estados Unidos, la condena a los regímenes autoritarios en América Latina, las diferencias inexorables con China y la crítica constante a la invasión de Rusia a Ucrania.
En cambio, Arguello debió utilizar toda su experiencia diplomática para explicar porqué Alberto Fernández coqueteó con Vladimir Putin, se acercó a Xi Jinping, defendió en la OEA a Nicaragua, visitó La Habana y defendió a la dictadura de Nicolás Maduro.
Así y todo, Arguello logró que Joseph Biden reciba a Alberto Fernández en el Salón Oval. Un hecho político que pocos creían posible.
Argüello tiene previsto dejar Washington y regresar a Buenos Aires la próxima semana para dar por finalizada su tarea como representante diplomático Argentino ante los Estados Unidos. En la delegación quedará a cargo de los funcionarios de carrera que están destinados allí, hasta que se concrete efectivamente el nombramiento formal de Werthein.
Al empresario le queda por delante el trámite legislativo para que, a propuesta de futuro presidente, el Senado vote su nombramiento. Más allá de ese trámite institucional indispensable, Werthein tiene previsto poner en marcha una agenda dedicada a profundizar las relaciones políticas y diplomáticas entre Estados y, al mismo tiempo, expandir los negocios y la actividad comercial.
Entre los rubros tradicionales, vinculados a energía y alimentos están las inversiones en el litio y el desarrollo de semiconductores, una prioridad que el propio Jake Sullivan en el encuentro en la Casa Blanca mencionó en la reunión con Milei y su comitiva.
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