El presidente electo de la Argentina, Javier Milei, realizó este lunes una serie de actividades, tanto de carácter personal, como político, en lo que fue la primera jornada de su viaje relámpago de dos días a los Estados Unidos junto a sus principales asesores.
El futuro mandatario nacional aterrizó a las 4 de la mañana (hora local) en el aeropuerto de Tereboro, en Nueva Jersey, a bordo de una aeronave privada Gulfstream V, matrícula LV-KAX, de la empresa Baires Fly, perteneciente al empresario Luis Grande.
Junto a él estaban su hermana, Karina Milei; su designado jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el consultor Santiago Caputo; el embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley, y Gerardo Werthein, próximo representante del país ante la Casa Blanca.
Al llegar, la comitiva fue recibida por el Servicio Secreto estadounidense y trasladada hasta Nueva York, para que el presidente electo y sus acompañantes se pudieran alojar en el mítico Hotel Plaza, en pleno centro de Manhattan, frente al Central Park.
Por la mañana, Milei inició su agenda en territorio norteamericano visitando con su hermana “El Ohel”, la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como “el rebe de Lubavitch” y considerado milagroso.
A las 11:39 de Buenos Aires, luego de rezar frente al mausoleo del líder religioso, el economista se retiró sin hacer declaraciones. Además de Karina, lo acompañaba el empresario Eduardo Elsztain y el propio Werthein, quien describió aquel momento como “muy emotivo”.
Más tarde, John Kirby, uno de los voceros del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, habló en rueda de prensa sobre la llegada de Milei a Washington y, si bien descartó un encuentro entre los mandatarios, confirmó que el argentino será recibido por Jake Sullivan, principal asesor de Exteriores y asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
“Tendremos que ver cómo se desarrolla todo esto. Desafortunadamente, el presidente no podrá verse con él porque estará viajando dentro del país. Pero, obviamente, queremos seguir buscando formas de cooperar con Argentina”, afirmó el funcionario.
Por su parte, Luis “Toto” Caputo, Posse y Santiago Caputo se quedaron en el Hotel Plaza, donde encabezaron una agenda propia para tomar contacto con inversores y banqueros de Wall Street que tienen inversiones en el país.
Al mediodía, antes de continuar su viaje hacia Washington, Milei almorzó con el ex presidente estadounidense Bill Clinton y con Chris Dodd, enviado de Biden para América Latina, a quienes les explicó su programa de Gobierno.
Clinton tiene mucha influencia en Washington, mientras que Dodd cumple órdenes directas de Biden en la región. Los dos se fueron muy entusiasmados después de escuchar la presentación del libertario durante el almuerzo servido a puertas cerradas.
Tras escuchar los argumentos de Milei, Clinton aprovechó la oportunidad para comentar sobre la importancia de utilizar las primeras semanas de gestión para asumir las medidas políticas más importantes. En tanto, Milei agradeció los consejos del influyente político demócrata.
A su turno, Dodd ratificó la voluntad de la Casa Blanca de apoyar a la Argentina en un escenario de grave crisis económica. El funcionario es una pieza importante de Biden en sus relaciones diplomáticas con América Latina. El ex senador apuntó con su reunión con Milei -específicamente- a demostrar el respaldo del presidente de los Estados Unidos al mandatario electo de la Argentina.
Después del almuerzo con Clinton, Milei y su delegación oficial regresaron a New Jersey para abordar el avión privado que los llevó a DC, donde fueron recibidos por el embajador argentino en suelo norteamericano, Jorge Argüello.
Ya en Washington, el mandatario electo y su comitiva se hospedan en el The Hay-Adams Hotel, que se encuentra a 50 metros de la Casa Blanca, en pleno corazón de la capital estadounidense. El flamante mandatario llegó con toda su comitiva, saludó a quienes estaban esperándolo y subió a su habitación para descansar, a la espera de continuar con su agenda durante este martes.
En DC completarán una agenda que diseñó Stanley junto a Werthein. Se trata de una sucesión de reuniones que servirán para promover las relaciones de trabajo entre la Casa Blanca y el FMI con el próximo gobierno de La Libertad Avanza.