Fue Fernando Gray, el intendente de Esteban Echeverría, de extensa trayectoria en el peronismo, el que asomó a la superficie política la discusión sobre el futuro de la conducción del PJ Nacional y el PJ Bonaerense, en manos de Alberto Fernández y Máximo Kirchner, respectivamente. Ayer publicó en sus redes sociales un pedido de renuncia en ambos lugares que movió la estantería del partido.
“Transcurrida una semana desde la derrota del peronismo en las elecciones y sin mediar convocatoria, pronunciamiento o tan solo un ‘gesto político’ de los órganos partidarios, corresponde que el presidente del PJ Nacional, Alberto Fernández, y quien se arroga la presidencia del PJ de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, presenten sus renuncias”, expresó Gray en un comunicado.
El jefe comunal está enfrentado con Máximo Kirchner desde el 2021, cuando asumió al frente del partido en la provincia de Buenos Aires. En el proceso electoral Gray denunció que había irregulares en la convocatoria a las elecciones. Tal es así que decidió impugnar el proceso electoral del líder de La Cámpora y trasladar la discusión a la justicia, hasta llegar al piso más alto de ese poder. La causa hoy está en manos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La derrota electoral golpeó con fuerza en las entrañas peronistas, donde la dirigencia advierte, con absoluta naturalidad, que la estructura perdió verticalidad y que de aquí en adelante el debate sobre cómo debe reorganizarse el peronismo los tendrá a todos parados sobre una línea horizontal. Hacia adelante hay un largo camino por recorrer y un puñado de liderazgos en pugna.
En ese contexto, Alberto Fernández tiene mandato vigente en el PJ hasta abril del 2025. Asumió en marzo del 2021, con la Argentina sumergida en la pandemia y la intención de lograr que el espacio político se mantenga unido y fuerte para enfrentar la compleja situación económica y social que nacía de la extensa cuarentena. Pero su pérdida de poder incesante, además de la derrota del oficialismo en las últimas elecciones, le ponen un límite a su continuidad al frente del partido.
“En principio la idea es que continúe hasta que termina el mandato”, indicaron en el entorno presidencial, además de aclarar que Fernández, tal como confesó en algunas entrevistas que brindó en los últimos días, tiene la intención de viajar a España para dar clases en universidades que ya lo convocaron, lo que no implica que se quede a vivir allí todo el año
Desde que decidió bajarse de la reelección el Presidente fue perdiendo poder e influencia a pasos agigantados. Ese proceso se acentuó después de que Sergio Massa se erigió como el candidato a presidente de Unión por la Patria y acordó con los integrantes de la fórmula presidencial actual que se despegaran del centro de la escena, y fuera él quien concentrara la campaña electoral. Ese movimiento no alcanzó para ganar las elecciones y dejó heridos a Fernández, Massa y Cristina Kirchner.
En gran medida esa falta de conducción es la que lo deja muy debilitado para seguir siendo el presidente del PJ. “Es poco serio que siga al frente del partido. Estuvo cuatro años y no hizo nada. Que renuncie o que tome licencia”, sostuvo un histórico dirigente del peronismo bonaerense. Y agregó: “Dijo que quiere tomar distancia e irse a España. No puede seguir en el PJ”.
En el interior del peronismo advierten que Fernández “no tiene autoridad política” para seguir al frente del partido. Mucho menos teniendo en cuenta que su mandato presidencial se termina el 10 de diciembre, el espacio político está dinamitado y él no puede ser un punto de encuentro para todos los sectores que en la actualidad conviven bajo el techo del oficialismo.
“A la larga Alberto tiene que dejar el PJ. Es demasiado tiempo esperar hasta abril del 2025 para renunciar. En ese tiempo va a aumentar la gente que lo quiere ver afuera. O pide una licencia o renuncia”, sintetizó un funcionario nacional que conoce bien a la plana mayor de la dirigencia peronista y cómo se mueve la fuerza política cuando el que está arriba de todo está debilitado y encerrado en un laberinto.
Es probable que la presión para que Fernández deje la presidencia del PJ aumente con el correr de los días. La opción de la licencia abre el juego a una sucesión jerárquica que en un sector del peronismo no genera disgusto. La vicepresidenta primera es Cristina Álvarez Rodríguez y el vicepresidente segundo es Axel Kicillof. Dos kirchneristas estrechamente ligados a Cristina Kirchner, que aún no se sabe qué rol tendrá en los meses que vienen.
El gobernador de Buenos Aires aparece en el escenario político actual como el posible líder de la oposición. Los intendentes bonaerenses, con los que se reunió ayer, le pidieron que conduzca al espacio político nacional que, a partir del 10 de diciembre, pasará a tener el rol de oposición. El jefe comunal de Ensenada, Marico Secco, fue el encargado de expresarlo públicamente.
“Tiene que conducir. Tiene el coraje para hacerlo y llevar adelante una provincia sin los recursos que antes tenía de Nación. La verdad es que lo mejor que puede hacer es conducir el hermoso grupo que hemos logrado. 84 intendentes y el gobernador con una elección extraordinaria. Están todas las condiciones dadas para ir hacia adelante”, sostuvo.
Un dirigente bonaerense que respeta al Gobernador pero sabe la interna que atraviesa en su distrito le puso paños fríos al posible rol de Kicillof. “Si asoma la cabeza, va a tener que enfrentarse con Máximo. Y nadie sabe cómo podría reaccionar Cristina. No sé si tiene la vocación de poder para convertirse en líder y tener independencia de CFK”, se sinceró. El mandatario bonaerense tiene tiempo para mostrar hasta dónde es capaz de flexibilizar su ambición política.
Secco es parte del nuevo dispositivo político de Axel Kicillof. Junto a Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza) y Andrés “Cuervo” Larroque (La Patria es el Otro) conformaron un esquema de poder nuevo luego del escándalo que eyectó a Martín Insaurralde del gabinete bonaerense y como consecuencia de una desgastada relación entre el Gobernador y Máximo Kirchner.
Hay un sector de la dirigencia peronista que ve en Kicillof un posible presidente del PJ Nacional y cree que esa plataforma política puede servirle para poder consolidarse como el líder de la nueva oposición. Por eso el gobernador aparece como una opción viable en el que caso de que Alberto Fernández decida alejarse de la presidencia del PJ en el corto plazo. Aunque esa no parezca ser su voluntad por estas horas.