Faltan apenas 13 días para que Javier Milei asuma formalmente como nuevo presidente de la Argentina. La transición tiene por delante todavía casi dos semanas. En algunos despachos ya se nota el clima de mudanza, porque cambiarán sus habitantes durante los próximos cuatro años. Por eso hasta la Casa Rosada fue esta mañana una delegación en representación del nuevo gobierno con el objetivo de ajustar todo lo que ocurrirá en el palacio de gobierno el 10 de diciembre.
La comitiva la encabezó el ex canciller en el último tramo de la gestión de Mauricio Macri, Jorge Faurie, con amplia experiencia en el manejo del Ceremonial, indispensable en este tipo de acontecimientos. Lo acompañaron unas 15 personas. Ninguno quiso hablar con la prensa acreditada.
Hubo una reunión con diversos sectores de la administración actual que empezó a las 11.30 y que se extendió por más de una hora. Recorrieron distintos sectores de la Casa Rosada porque se necesitan ajustar los detalles de la transmisión televisiva, por dónde ingresarán las autoridades oficiales y los invitados a la ceremonia, cómo serán las medidas de seguridad, entre otros ítems. Del gobierno de Alberto Fernández participaron representantes de la Casa Militar, de Ceremonial, de Comunicación y de Seguridad.
Tras la jura de Milei en el Congreso de la Nación ante la Asamblea Legislativa que establece el artículo 93 de la Constitución Nacional se realiza habitualmente el traspaso de mando, cuyas especificaciones no figuran en la Carta Magna. Pero lo tradicional es que el presidente electo reciba de manos del saliente los elementos y las insignias formales y simbólicas en el Salón Blanco de la Rosada.
“Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de: ‘desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina’”, reza ese artículo 93.
Aunque todavía restan más encuentros para seguir ajustando el traspaso de mando se evidenciaron algunas diferencias entre las partes. Una de las pretensiones de las nuevas autoridades fue la de aumentar la cantidad de lugares en el Salón Blanco, que tiene una capacidad que ellos consideran reducida. Fuentes de la Rosada indicaron a Infobae que allí no es posible sumar sillas, además de que hay un sector reservado para el periodismo.
Desde la década del 60 todo lo inherente a este traspaso, caracterizado por la entrega de la banda presidencial y del bastón, se “protocolizó”. La mayoría de los presidentes que asumieron desde la vuelta de la democracia en 1983 lo respetaron. Se estableció el Reglamento de Ceremonial de la Presidencia.
En su artículo 141, ese Reglamento establece que “en el pórtico de la Casa de Gobierno (explanada de la calle Rivadavia), el señor Presidente será recibido por el jefe de la Casa Militar, el director de Ceremonial y un edecán del Presidente saliente, quienes lo acompañarán hasta el Salón Blanco (estrado que se hallará delante del Busto de la República)”.
Después el presidente saliente le entrega a su sucesor, frente a la mesa colocada sobre el estrado, las insignias presidenciales. A continuación debe haber una despedida entre ambos y el saliente deberá retirarse del Salón Blanco conjuntamente con sus exministros. Deberán ser acompañados hasta el pórtico de la Casa Rosada por el jefe de la Casa Militar entrante (actualmente la conduce el coronel Alejandro Guglielmi, quien no se sabe si continuará en el cargo), el director de Ceremonial y un edecán del nuevo presidente.
La última instancia será cuando el nuevo mandatario designe y les tome juramento a sus ministros, ante el Escribano Mayor de Gobierno.
El viernes había estado la hermana del futuro presidente, Karina Milei, reunida con el titular de la Secretaría General de la Presidencia, Julio Vitobello, en su despacho contiguo al del presidente Alberto Fernández. Durante esta semana se espera que haya más reuniones para completar la transición entre ambos gobiernos.
Mientras se avanza en estos preparativos, en el Patio de las Palmeras ya hubo renovación de las plantas que están alrededor de la fuente. Hubo intensa labor de los jardineros durante los últimos días y reemplazaron a las prímulas que se habían colocado hace varios meses por flores de azúcar, que son más resistentes a las altas temperaturas.