La reunión de transición cara a cara entre Alberto Fernández y el presidente electo, Javier Milei, finalmente se realizará hoy luego de una jornada de idas y vueltas que finalizó con diálogos subterráneos entre dirigentes y funcionarios de ambos sectores. Todo esto en medio de una creciente incertidumbre política y económica tras el contundente traspié del peronismo y el aplastante triunfo de La Libertad Avanza, el combo electoral del balotaje del domingo que da pie a una profunda reconfiguración del mapa de poder de la Argentina.
“Hasta el 10 de diciembre, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, son los responsables constitucionales de la situación de los argentinos. Para finalizar queremos informar que hasta este momento no hay ninguna reunión prevista entre el presidente Alberto Fernández y el presidente electo Javier Milei”, aclararon ayer desde LLA a través de un comunicado difundido por la nueva cuenta oficial de la “Oficina del Presidente Electo” en la red X, creada este lunes para difundir cualquier novedad de Milei hasta que asuma el 10 de diciembre. Luego, el diálogo se encauzó.
En la noche del domingo, tras el breve contacto telefónico que Fernández y Milei mantuvieron una vez consumada la derrota -fue facilitado por el diputado Eduardo Valdés y Guillermo Francos, futuro ministro del Interior-, había surgido la versión de que el jefe de Estado y su sucesor se verían a solas este lunes. La información se extendió hasta casi el mediodía de ayer, mientras en paralelo se superponían diversos trascendidos sobre el futuro de Massa después de que desde el riñón del propio ministro se ventilara, la noche previa, la posibilidad de pedir licencia a su cargo para “facilitar la transición”.
Una versión atribuible, según confiaron en estas horas desde el equipo económico del ex candidato presidencial, al estado de shock que se apoderó del ministro en las horas posteriores a una derrota inesperada por su contundencia.
Cuando esa noticia se expandió por las redacciones, desde La Libertad Avanza entendieron que la plana mayor del gobierno, con Massa a la cabeza, quería evitar hacerse cargo de los ajustes de los últimos 20 días de gestión, así como el ministro intentó desmarcarse de la seria crisis económica que atraviesa el país. Hasta el balotaje, el jefe del Frente Renovador había tenido éxito.
Ayer, en medio de una ola de acusaciones cruzadas, y mientras por lo bajo empezaban a intensificarse los contactos, desde Economía oficializaron el equipo para la transición económica en manos de Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur, Raúl Rigo y Miguel Pesce, el presidente del Banco Central. Y confirmaron, recién pasadas las 17, que el ministro seguiría en su cargo hasta el 10 de diciembre, y que se aplicarían una serie de medidas destinadas a contener el dólar y que incluirían una prórroga del tipo de cambio especial para exportadores, aunque sin devaluación.
El mensaje de Massa es claro: “Sigo en el cargo, pero no me ocupo de la transición”.
Se trataba, en definitiva, del principal temor del gobierno saliente: la instrumentación de una devaluación aún mayor del peso con un impacto directo en los sectores más desprotegidos.
La reunión del equipo económico, con Massa a la cabeza, tuvo lugar en San Fernando. Era, paradójicamente, el distrito bonaerense liderado por Juan Andreotti en el que se había acondicionado un lugar especial para que el candidato celebrara un eventual triunfo hasta bien entrada la madrugada del domingo.
La categórica victoria de Milei dejó al PJ en estado de shock. Anoche surgieron varios rumores sobre la decisión de Cristina Kirchner de suspender su viaje a Nápoles, Italia, invitada por una universidad de esa ciudad, algo que finalmente se confirmó en las últimas horas. La expresidente está muy expectante por el futuro del kirchnerismo y la gestión de LLA. Había buscado preservarse en la campaña, y dejar que Massa centralizara toda la atención. Por el contrario, una vez derrotado Juntos por el Cambio en las elecciones de octubre, Mauricio Macri selló un acuerdo electoral con Milei que lo volvió a poner en el centro de la escena y revalidó, de nuevo, su liderazgo.
A pesar de la falta de acuerdo para una reunión entre Fernández y Milei, desde la Casa Rosada confirmaron anoche que durante todo el día habían existido diálogos entre ambos sectores. “Hay conversaciones para ordenar la transición, hay mil charlas, se están viendo agendas y temas”, aseguraron cerca del Presidente.
Según trascendió, además de las charlas entre Julio Vitobello, secretario General de la Presidencia, y Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete libertario, el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, se telefoneó con varios dirigentes de LLA, entre ellos el propio Posse y Karina Milei, hermana del presidente electo.
Olmos se convirtió en los últimos meses en una figura central de Unión por la Patria, con una cercanía muy estrecha con Massa y diálogo fluido con el kirchnerismo. Lo esperaba un lugar de privilegio en un eventual gobierno massista. Por su rol de apoderado, entabló además una relación con la hermana de Milei y con Santiago Viola, apoderado de LLA, un abogado que conoce los entretelones de la Justicia, como Olmos, aunque sin el expertise y la sagacidad del dirigente del PJ porteño.
En el Gobierno decían que no había apuro en que se encuentren Milei y Fernández, a pesar del recuerdo del 2015, cuando Cristina Kirchner recibió en Olivos a Macri 48 horas después del balotaje que llevó al fundador del PRO a la Casa Rosada, un encuentro que duró menos de media hora, pero que sirvió para despejar cualquier tipo de inquietud institucional.
Este lunes, en despachos oficiales, corrió en tanto un trascendido que dio cuenta de que había sido el propio expresidente el que aconsejó a Milei que evitara encontrarse con Fernández y que dejara en manos de la actual administración el cierre unilateral de la gestión.
Se inicia, en ese sentido, un período desconocido para el peronismo, visiblemente golpeado por la derrota. Una verdadera caja de pandora.
En el caso de LLA, Milei volvió a recibir este lunes a Macri en su búnker para avanzar en las negociaciones vinculadas al grado de injerencia que el PRO tendrá en el futuro gabinete del mandatario electo. El nivel de operaciones y supuestos ofrecimientos era altísimo en estas últimas horas. “No habrá ningún anuncio de nombramientos hasta el día de la asunción”, avisó Milei en un comunicado, a pesar de que fue el propio economista el que blanqueó algunos nombres durante el día.
Macri, aseguraron, estaba interesado en algunos casilleros del Ministerio de Justicia: dirigentes referenciados en él esperaban el visto bueno. Existía, además, una puja sórdida por la Cancillería y la política exterior, pero el propio Milei confirmó a Diana Mondino para esta área. En Seguridad tampoco hubo anuncios. Para la AFIP se mencionó también a dirigentes que formaron parte del macrismo. La danza de nombres era este lunes extensa y variada. Una situación similar sucedió en la última semana en la Ciudad: cuando Jorge Macri confirme en estos días su gabinete, también se verá, como en el futuro gobierno de Milei, el grado de intromisión del expresidente.