Este martes, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, recibió a dos de los futuros ministros del presidente electo Javier Milei. Si bien el líder libertario todavía no anunció quién estará a cargo de esa área durante su gobierno a partir del 10 de diciembre, en las conversaciones que entablaron Guillermo Francos -tendrá a su mando el Ministerio del Interior- y Nicolás Posse -el nuevo jefe de Gabinete- con Fernández, empezaron a circular nombres para ocupar lugares clave en los organismos de seguridad.
En ese contexto, uno de los nombres que aparece con fuerza para conducir a la Policía Federal es el del comisario general Luis Alejandro Rollé. Actualmente integra la cúpula de esa institución como Superintendente de Aviación Federal, que se ocupa, por ejemplo, de la gestión de los helicópteros de la fuerza. Rollé participó del encuentro en las oficinas de la calle Gelly y Obes al 2200 en Palermo. También estuvieron el actual jefe de la fuerza, Juan Carlos Hernández, el subjefe Osvaldo Mato y el jefe de gabinete de asesores de esa cartera, Lucas Gancerain.
La reunión fue motorizada por Posse, uno de los interlocutores que designó Milei para este período de transición. Precisamente, fuentes dentro de los organismos de seguridad aseguran que fue Posse quien propuso al candidato tras conocerlo en los debates presidenciales, donde Rollé tuvo un rol preponderante en el dispositivo interno. De hecho, las mismas fuentes aseguran que Juan Carlos Hernández, jefe de la PFA, le comunicó a Rollé que había sido seleccionado para supuestamente sucederlo. Entre quienes lo impulsaron, por otra parte, algunas fuentes señalan al coronel Jorge Antelo, quien ocupara el cargo de Director Nacional de Planeamiento y Estrategia en el Ministerio de Defensa durante la gestión de Mauricio Macri como presidente de la Nación.
Rollé accedió a su actual puesto el 22 de noviembre del año pasado cuando fueron cambiados 9 superintendentes de la Federal. Antes había encabezado la histórica división Robos y Hurtos y había sido parte de la Dirección General de Orden Urbano y Federal, dedicada al manejo de efectivos de infantería, control y confrontación en disturbios. Cultor del perfil bajo, respetado por sus colegas, es uno de los de más larga trayectoria en la PFA.
Varias fuentes tanto políticas como policiales aseguran a este medio que Rollé habría aceptado el cargo. Si es finalmente confirmado -una ratificación que le corresponde al ministro de Seguridad que designe Milei- le tocará un cargo de especial peso. Seguridad se transformará en una de las carteras de mayor relevancia para el presidente electo porque su intención es combatir los problemas relacionados con el delito “con todo el peso de la ley”, como ya lo expresó durante la campaña electoral y también en los reportajes que concedió una vez que lo consagraron las urnas.
Rollé, por lo pronto, ya habría agendado una reunión con Posse en los próximos días con el fin de presentar su plana.
En mayo de 2020, plena pandemia, Rollé fue protagonista de una anécdota singular. Creyó que le habían hackeado la casilla de mail o que le hacían un chiste de mal gusto cuando recibió un respetuoso memo interno, el viernes 8 de ese mes por la mañana, bajo el título de “informe muy urgente acerca de actividad aérea anómala”. Fue la primera vez que se realizó el primer pedido oficial y público en la historia de las fuerzas de seguridad argentinas para saber si, efectivamente, había objetos voladores no identificados (ovnis) en el territorio argentino.
Quién estará al frente de Seguridad en el gabinete de Milei todavía es una incógnita. Y la designación del nuevo jefe de la Federal se definirá con el nuevo ministro. En un principio, como el tema está bajo la órbita de la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, quien deberá presidir el Senado, las dudas persisten. Está latente la posibilidad de que sea Patricia Bullrich, elogiada por el líder libertario por su labor durante el gobierno de Macri y, además, surgió como otro candidato Jorge Vives, coronel retirado de Inteligencia.
Rollé, si es finalmente jefe, también contará con un activo clave: el trabajo realizado durante los últimos años dentro de la Superintendencia de Investigaciones Federales, que se convirtió en el área más fuerte dentro de la PFA para combatir el delito complejo, con vínculos con el FBI, Interpol y Homeland Security. Engloba, por ejemplo, las áreas de Antiterrorismo, Delitos Constitucionales -que investiga amenazas contra funcionarios-, la división Homicidios, con una tasa récord de capturas de asesinos evadidos de la Justicia, el área de Trata de Personas -que arrestó al periodista Ezequiel Guazzora semanas atrás-, la división Antisecuestros, Búsqueda de Prófugos, divisiones estratégicas en la Triple Frontera y en Rosario y la confluencia del Puerto de Zarate, un punto narco caliente. También, su división Antimafia, con enlaces con la Embajada y la Policía Italiana, que persigue objetivos como la N’Drangheta, de presencia comprobada en el país.