El triunfo contundente de Javier Milei sacudió a todo el mapa de poder y generó un nuevo sistema de partidos, cuya reconfiguración será inevitable. Juntos por el Cambio (JxC) terminó de explotar luego de conocerse el resultado del balotaje, porque la alianza de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con el libertario arrastró a una parte de la coalición, sobre todo del PRO, y fragmentó al resto de los integrantes, que en este momento no están dispuestos a acercarse al nuevo Gobierno. Es en este contexto que los 10 gobernadores de JxC decidieron reunirse para analizar el panorama institucional y unificar una posición de cara a la asunción del nuevo Jefe de Estado.
La reunión será mañana a las 13 en la Casa de Mendoza, en Callao 445 de la Ciudad de Buenos Aires, y consistirá en el segundo encuentro presencial que los jefes territoriales tienen desde que JxC perdió las elecciones generales del 22 de octubre y quedó afuera del balotaje. Se trata de un grupo de dirigentes jóvenes o que buscan generar una renovación para liderar un polo opositor tras la ruptura de la coalición que los hizo nacer.
El encuentro será protagonizado por los integrantes de lo que se denomina como la Liga de Gobernadores de JxC que el 25 de octubre, horas después de que se conociera el pacto entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Milei que fracturó a JxC, se juntaron en la Casa de Corrientes en Buenos Aires para mostrar una foto de unidad y difundieron un comunicado que fijó una postura “neutra” de cara al balotaje, se diferenció de la alianza con La Libertad Avanza.
Está previsto que mañana a la reunión en la Casa de Mendoza asistan el anfitrión Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Nacho Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) acompañado por Gerardo Morales, mandatario saliente, Leandro Zdero (Chaco), Marcelo Orrego (San Juan), Jorge Macri (CABA), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), y Claudio Poggi (San Luis). Cabe resaltar que no está prevista la presencia de Milei ni de Guillermo Francos, futuro ministro del Interior de la Nación. En principio, será un encuentro de los jefes provinciales para adoptar una postura concertada frente a este panorama político, quizás como antesala a un eventual cónclave con el Presidente electo.
Francos ya se reunió individualmente con algunos de los dirigentes territoriales. Fueron reuniones privadas, con estricta reserva, durante el proceso electoral. Así como también el propio Milei, que tiene cierto trato con varios de los mandatarios provinciales, por conocerse del Congreso, como son los casos de Orrego y Torres, de la política, como con Jorge Macri, o de la vida, como Frigerio, a quien conoce de hace más de 20 años por compartir espacios en común a partir de la economía, profesión en la que son colegas.
De todos modos, aún no definieron un encuentro con el Presidente electo. Centralmente porque no tienen un postura común respecto al Gobierno de La Libertad Avanza. Hay un sector de los gobernadores ligados al PRO que colaboró en la fiscalización de la elección y que está dispuestos a contribuir en la gobernabilidad de la nueva gestión. Conocen que Milei asume con debilidad política, sin gobernadores, con apenas seis intendentes en todo el país, sólo 38 diputados nacionales y apenas 7 senadores. Contará con el envión político que le garantiza la legitimidad de origen por ganar el balotaje, pero deberá articular para construir la legitimidad de ejercicio que le permita implementar las reformas que prometió.
En cambio, otro sector tiene renuencia a una alianza estratégica con Milei. Gerardo Morales, principalmente, que tiene ascendencia sobre Sadir, su sucesor, considera que el nuevo Presidente fue agresivo con su persona y, sobre todo, con su partido, la Unión Cívica Radical. Cornejo y Valdés, también radicales, tienen matices respecto al jujeño, son dirigentes pragmáticos que han mantenido diálogos con Milei, aunque apuestan a generar una postura orgánica que no dañe la integridad del partido. Una postura similar tiene Pullaro, gobernador electo de Santa Fe, acaso quien será uno de los mandatarios más poderosos de JxC pero más perfil bajo: es un dirigente concentrado en su territorio que no tiene hoy interés de nacionalizar su figura política. El santafesino entiende que es prudente una buena sintonía entre los gobernadores opositores, aunque evalúa más importante un fortalecimiento del rol de los partidos; en su caso, de la UCR.
Los gobernadores conocen a la perfección que Milei los necesitará para gobernar. Pretenden contribuir en lo que puedan, aunque sin regalar nada. Los gobernadores controlan a un puñado de senadores, representantes directos de los intereses de cada provincia, y tienen influencia sobre un grupo importante de diputados. El frente PRO que buscan conducir Macri, Bullrich y Cristian Ritondo es una bancada de 50 legisladores en la Cámara baja. Si se suma al bloque de Milei, llegan a 88 escaños. Es decir, lejísimos de quórum mínimo para poner en marcha una sesión, que son 129 diputados.
La Liga de gobernadores puede tener la llave para asegurarle quórum y dosis de gobernabilidad al próximo Jefe de Estado. Pero, de nuevo, nada será automático ni lineal. Cada provincia tienen sus necesidades, intereses y visiones. Los mandatarios tienen especial interés en ser tenidos en cuenta y consultados para la discusión del Presupuesto nacional, el tratamiento de leyes clave para las provincias y las economías regionales, la eventual reforma de legislación tributaria, fiscal y laboral que tienen incidencia en toda la geografía argentina.
Francos deberá hacer malabares para mantener la armonía y el equilibrio político. Idéntica tarea deberá asumir quien presida la Cámara de Diputados. Macri y Bullrich pretenden a Ritondo en ese lugar, aunque no todos los gobernadores tienen idéntica postura. Es un puesto, a su vez, al que aspiran legisladores libertarios, como Oscar Zago, otrora adlátere de Daniel Angelici, y para el que suenan dirigentes como los peronistas Florencio Randazzo -ligado a Juan Schiaretti- y Miguel Ángel Pichetto, de JxC.
Es el alaba de una nueva etapa política.