Sin más recursos legales por delante, el líder mapuche Facundo Jones Huala inició una huelga de hambre seca en la cárcel donde está detenido, como última estrategia para tratar de evitar su extradición a Chile.
Los abogados defensores de quien se atribuye el liderazgo de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) agotaron los recursos posibles para tratar de evitar la extradición, motivo por el cual ahora el mapuche busca torcer el brazo de la Justicia con una maniobra alejada de las leyes.
La huelga de hambre será por tiempo indefinido “en reclamo a nuestros derechos políticos y territoriales como pueblo nación mapuche, su no extradición a ngulumapu (Chile) y su libertad inmediata, teniendo en cuenta que se a ajustado a derecho según la ley del estado argentino y se encuentra a sólo 8 meses del cumplimiento de su condena impuesta por el estado chileno”, informaron desde su entorno.
La organización que acompaña a Jones Huala volvió a calificar su caso como el de un “preso político” que es “perseguido, pero no ha tranzado ni claudicado; desde muy joven se ha entregado a esta digna y justa causa”, expresaron desde el Movimiento Mapuche Autónomo del Puelmapu que reivindicó su “valor moral y consecuente”.
Sin embargo, no es un método de presión novedoso para Jones Huala: es la segunda huelga de hambre que inicia en el año y ambas fueron para expresar su desacuerdo con su extradición a Chile.
A fin de enero de este año, apenas fue recapturado por efectivos de la Policía de Río Negro en El Bolsón, dejó de comer alimentos sólidos para llamar la atención de los jueces e intentar entorpecer el proceso de extradición que en ese momento estaba por comenzar.
El activista mantuvo la medida durante 49 días, durante los cuales experimentó varias complicaciones en su estado de salud. Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo “Línea Fundadora” lo visitó en esa unidad penitenciaria y le suplicó que abandone la medida de fuerza. “Norita lo fue a visitar, estaba muy débil y había sufrido algunos desmayos, lo vio muy desmejorado” contó el abogado de Jones Huala, Eduardo Soares, luego de la visita de Cortiñas a la cárcel.
En 2018, cuando permanecía detenido en la misma dependencia penitenciaria y aguardando como ahora su extradición a Chile, el “lonko” inició otra huelga de hambre que mantuvo durante 23 días. En ese momento quería que le permitan celebrar el “We tripantu” o año nuevo mapuche y finalmente logró la autorización del Servicio Penitenciario Federal.
Una vez extraditado, cuando ya estaba instalado en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, inició otros reclamos idénticos por distintos motivos. El primero de ellos fue con un objetivo similar al que había realizado en Esquel, ya que buscaba autorización para realizar una celebración mapuche adentro del centro de reclusión.
La nueva extradición al país vecino está a poco de concretarse. La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la sentencia que da vía libre al traslado, para que siga cumpliendo la condena por los delitos de incendio de una propiedad privada y la tenencia y fabricación de un arma de fuego.
El proceso judicial agotó todas las instancias y ahora será la Cancillería Argentina, previa consulta con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, la que confirme su derivación.
El objetivo de Jones Huala es que le permitan seguir cumpliendo la condena pero en Argentina. Así incluso lo reconoció Soares, quien admitió: “Primero pedimos por su liberación, y si no, por el cumplimiento de la condena en Argentina”.
El juzgado de Bariloche remitirá a la Cancillería el expediente judicial completo, a los fines de que resuelva de manera definitiva la concesión o no de la extradición, dentro de los diez días hábiles posteriores a su recepción.
El Poder Ejecutivo podría denegar la extradición en base a las causales establecidas en el artículo 10 de la ley 24767 de Cooperación internacional. Si se avala, la coordinación de la entrega del extraditado estará a cargo del Departamento INTERPOL de la Policía Federal Argentina.