La performance de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires no alcanzó para que Sergio Massa logre imponerse en el balotaje de este domingo. En el nuevo escenario político, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, es acaso la única esperanza que le queda al peronismo para la etapa venidera. Será la cara de la oposición, aunque necesitará garantizar la inyección de fondos nacionales para su gestión.
El objetivo del peronismo era imponerse en la provincia de Buenos Aires y puntualmente en el conurbano por una diferencia de 20 puntos en lo que respecta a votos válidos. Sin embargo, la distancia fue demasiado menor que sumado a la performance en el resto de las provincias hizo que Javier Milei sea el nuevo presidente. En la provincia de Buenos Aires y con el 97% de las mesas escrutadas, Unión por la Patria se imponía por menos de un punto de diferencia: 50,75% para UP y 49,24% para LLA.
El resultado fue un baldazo para el peronismo y sobre todo en la provincia de Buenos Aires desde donde se había empujado con énfasis la campaña de Massa. Cómo continuar es una incógnita por estas horas para Unión por la Patria. Sin embargo, hay una certeza hacia el futuro que se enmarca en la figura del gobernador bonaerense.
Axel Kicillof será uno de los gobernadores peronistas que dejaron estas elecciones para la etapa 2023-2027. En ese grupo lo escoltarán en el próximo período Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Ricardo Quintela (La Rioja), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Orbitará como un peronista no K, el cordobés Martín Llayrola. Milei no contará para sí con ningún gobernador propio.
El bonaerense ganó la elección general de octubre con un contundente triunfo, por casi 20 puntos de diferencia contra sus competidores, cuando todo era optimismo en el campamento peronista. Al calor de esos festejos, había sido el propio Kicillof quien alertaba que la campaña no había terminado y que de poco serviría el resultado de octubre si Massa no lograba imponerse este domingo.
Sobre esa hipótesis trabajó toda la campaña hacia el balotaje. Incluso, se lo planteó a intendentes del conurbano en una reunión que hubo semanas atrás en La Plata, donde remarcó -junto al ministro del Interior Eduardo de Pedro- que la diferencia en la Primera y Tercera sección electoral, debía ser de 20 puntos para garantizar una victoria de Massa. En el conurbano la diferencia fue menor a la proyectada. Massa ganó apenas por menos de un punto en la Primera sección -que incluye los distritos del norte y oeste del conurbano- y por 15 puntos en la Tercera -municipios del sur del conurbano-.
“Todo lo que prometimos hacer en la provincia de Buenos Aires corre riesgo si gana Milei”, había alertado el viernes. Ahora, con Milei como presidente electo, todo de reconfigurará. “Los cambios que necesita el país son drásticos, no hay lugar para el gradualismo ni para la tibieza”, aseguró el presidente electo en su primer discurso tras la victoria en el balotaje.
En lo que refiere a su propia gestión, el mandatario bonaerense tendrá que asegurar el flujo de transferencias automáticas de recursos de parte del nuevo gobierno nacional, bajo el Aportes del Tesoro Nacional (ATN) para su planes de gestión. En la administración que finaliza, Buenos Aires fue una de las provincias más beneficiadas con este tipo de financiamiento de parte del gobierno central. Las primeras señales del equipo de Mieli dieron a entender que los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) se recortarán.
En cuanto a lo que refiere a la coparticipación federal, una modificación de esos índices implica una reforma en el Congreso con el acuerdo del resto de las provincias; una decisión por demás compleja y que siempre tuvo trabas. Sin embargo, Buenos Aires se encuentra rezagada en este aspecto.
Al reconocer su derrota este domingo, Massa dio una señal hacia el futuro. Dijo que se termina una etapa en su vida y planteó hacia que hay un grupo de militantes que “tienen la convicción y el valor de defender el país inclusivo que creemos”, pidiendo “que vengan las nuevas generaciones y el cambio generacional que necesitamos”.
Al candidato de Unión por la Patria lo escoltaba el gobernador bonaerense y otros dirigentes como Máximo Kirchner, Eduardo de Pedro, Andrés Larroque o Carlos Bianco, entre otros. En medio de la campaña, Kicillof había pedido “componer una nueva canción”, dentro del peronismo. Esa lectura abrió un debate interno l peronismo-kirchnerismo que intentó sepultarse por haberse dado en medio de la campaña. A partir de diciembre, es probable que vuelva a emerger.
Políticamente, Kicillof quedará al frente de una mesa peronista con otros actores, muchos de los cuales acompañaron a Massa en el escenario del Complejo C y con los que tendrá que convivir también en su gestión. Aunque siempre en diálogo con la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
En el medio, Kicillof está reorganizando su gabinete para el segundo mandato. Algunos funcionarios fueron electos como intendentes o cargos legislativos en las últimas elecciones. La nueva disposición ministerial que incluye cargos y organización del gobierno estaba atada al resultado de este domingo. Esto es: si Massa no ganaba, la Provincia tenía todo dado para convertirse en el principal foco de resistencia política a la gestión de La Libertad Avanza. Con los resultados del balotaje este escenario asoma hoy con más claridad.
El mandatario bonaerense también tiene que presentar ante la Legislatura bonaerense el Presupuesto y la Ley Fiscal 2024. Dos caminos a transitar que también estaban supeditados al resultado de las elecciones de este domingo. Cerca suyo deslizaron a Infobae, que hasta que no tenga cierta certeza de cómo será la política fiscal de la administración central hacia las provincias, todo está en una nebulosa que se empezaría a disipar en las próximas semanas.