Un fantasma recorre la Argentina, es el fantasma de La Libertad Avanza, un fenómeno arrollador logró que todo lo sólido se desvanezca en el aire. Por primera vez en la historia de Argentina, un candidato anti sistema tendrá los atributos presidenciales y llegará a la Casa Rosada por el voto popular. Javier Milei lo hizo, contra todo pronóstico, contra la “maldita casta política”, contra el establishment y, sobre todo, contra él mismo. En la consecución del poder, el economista moderó pasiones y reperfiló su narrativa. Pero nada hizo que pierda la autenticidad que lo llevó a generar un ethos que la política nacional desconocía, capaz de canalizar las demandas sociales de la época y ser el candidato más competitivo sin una estructura partidaria sólida que lo sostenga.
La épica de la campaña libertaria se terminará, empero, el 10 de diciembre, cuando Milei deberá concentrar todas sus energías en construir legitimidad de ejercicio para poder implementar el plan de reformas y cambios que le prometió al electorado. Después del 22 de octubre, encontró en Mauricio Macri a su primer gran aliado. El ex Presidente tendió puentes hacia Patricia Bullrich, que estaba distanciada del libertario por la virulencia del proceso electoral, y le abrió las puertas de una parte del PRO.
Ese tridente continuará unido y buscará amalgamarse en los próximos días, con un proceso que implicará la unificación de los equipos técnicos y programáticos. Macri y Bullrich aseguraron que el apoyo al libertario era “incondicional”, sin embargo, el propio Milei es el primero que sabe que necesitará del PRO para gobernar y que el ex Presidente y la ex Ministra de Seguridad cobrarán caro el respaldo electoral que le permitió recuperar la cantidad de votos suficientes como para desequilibrar para elección contra Sergio Massa.
Milei asumirá la Presidencia sin una estructura territorial sólida, sin gobernadores ni intendentes de su espacio y en una minoría parlamentaria preocupante. Si no logra consensos y respaldo político urgente, quedará en las puertas del abismo. En este momento, no cuenta ni siquiera con un escudo legislativo para evitar un juicio político. Está obligado a ceder y negociar políticamente para no incurrir en una parálisis decisional que produzca una crisis de difícil salida.
El macrismo y el bullrichismo cerraron filas detrás de Milei y moverán hilos para garantizarle volumen político y gobernabilidad. A partir de hoy se develarán las cláusulas opacas del Pacto de Acassuso entre Macri y Milei. El PRO aseguró y financió el 50% del operativo de fiscalización que hoy hizo posible el triunfo de Milei contra el peronismo. Además, el ingeniero y la doctora en Ciencia Política militaron con fervor la candidatura del libertario, al punto de que ella se subió al escenario en el cierre de campaña de La Libertad Avanza en Córdoba.
El organigrama del Estado requiere de cientos de personas preparadas para asumir las riendas de la gestión pública. Milei no cuenta con esa estructura. El macrismo tiene dirigentes reconocidos que están interesados en integrar el gobierno de Milei.
El fin de Juntos por el Cambio
Pero esa alianza de gobierno es al mismo tiempo el acta de defunción de Juntos por el Cambio (JxC), cuya escisión principal surge al interior del mismo PRO. Horacio Rodríguez Larreta no convalida en absoluto el acercamiento con Milei y se distanciará -aún más- de Macri y Bullrich. Con él se irán referentes del partido como María Eugenia Vidal que no congenian con las ideas libertarias.
Mientras el macrismo y Bullrich se reacomodan para respaldar la Presidencia de Milei, al mismo tiempo, Larreta ejecutará movimientos para desmembrar al PRO y llevarse consigo a los disidentes para reconfigurar un espacio de centro en el que pueda reconstruir su carrera política.
La oposición empezará una etapa de rearticulación. La Unión Cívica Radical transitará el camino de erigir a su próximo Presidente y líder, en donde dirigentes como Martín Lousteau, Facundo Manes, Rodrigo De Loredo y los cinco gobernadores del partido tendrán un rol protagónico. Es una incógnita el futuro de partidos menores (en estructura y recursos), pero con capacidad de integrar coaliciones y lo que en la Ciencia Política se conoce como “poder de chantaje”. Son los casos de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, Confianza Pública, el GEN, o actores del peronismo republicano, como Miguel Ángel Pichetto.
Un sector del radicalismo y algunos de los actores políticos que integraron JxC tienen incentivos para acercarse a Sergio Massa y rearmar un polo opositor. Rodríguez Larreta, ansioso por volver a empezar con su proyecto de poder hacia 2027, también podría orbitar ese espacio. Esas alianzas serán posibles sólo si el ministro de Economía se distancia del kirchnerismo, cuya Meca será, otra vez, la provincia de Buenos Aires, a manos de Axel Kicillof, y de la propia Cristina Fernández de Kirchner.
La reconfiguración en el Congreso
Para Milei es una buena noticia la fragmentación opositora. Le permite articular políticamente para lograr consensos y construir poder. Si se concreta la designación de Cristian Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, el líder libertario podría sumar un bloque de cerca de 60 legisladores. Aún lejos del quórum, pero con más volumen como para pujar por la agenda parlamentaria.
¿Y el resto? Puede venir de los gobernadores. Dentro de los 10 mandatarios provinciales de JxC, hay un grupo dispuesto a darle gobernabilidad a Milei. Se trata del bloque que integran Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Nacho Torres (Chubut), Claudio Poggi (San Luis), Marcelo Orrego (San Juan) y Jorge Macri (CABA). Cada mandatario provincial tiene ascendencia sobre un grupo de senadores y diputados nacionales. En ese sentido, será clave la muñeca política de Guillermo Francos, quien se hará cargo del Ministerio del Interior.
Macri, por su parte, recobra centralidad política y emerge como un consejero estrella del Gobierno de Milei. Además, podrá oficiar como un “embajador ante el mundo”, como lo supo decir el propio libertario, porque conoce que el ex Presidente cuenta con una agenda de peso con actores relevantes del sistema internacional.
En tanto que Bullrich evaluará la posibilidad de integrarse formalmente al Gobierno. Quienes la frecuentan aseguran que la ex funcionaria no volvería al Ministerio de Seguridad. Cavilaría la posibilidad de otro desafío, como el de asumir la Jefatura de Gabinete de la Nación. Son posibilidades que aún no tienen ninguna confirmación.
Inicia una etapa decisiva para la historia del país. Más que nunca, la figura del Presidente será central para la estabilidad política y económica. Pese al pacto con Macri, hay dirigentes de renombre en el PRO que tienen dudas respecto a integrarse a un Gobierno de Milei, porque rechazan parte de sus ideas y, al mismo tiempo, temen “quedar muy pegados” a una eventual gestión desacertada. ¿Y si le sale bien? Es lo que analizan por estas horas en el macrismo y en el bullrichismo.
Esta noche es el primer capítulo de una larga serie, de la cual se conoce el comienzo pero cuyo futuro es de absoluta incertidumbre.