Javier Milei será el nuevo Presidente de la Nación tras una elección atípica que lo tuvo como revelación en las PASO, le dio esperanzas al peronismo en las generales y finalmente consagró a los libertarios en el balotaje.
El único antecedente no era un buen augurio para el candidato de Unión por la Patria: en 2015 Mauricio Macri se había impuesto ante Daniel Scioli por 51,3% de los votos, contra el 48,6 por ciento.
La segunda vuelta electoral fue incluída en la Constitución Nacional con la reforma de 1994 en el artículo 96. Sin embargo, el gobierno militar autodenominado Revolución Argentina también había impuesto un régimen similar en 1972. A pesar de eso, el primer balotaje recién llegó en 2015.
En 1973, Héctor Cámpora (Partido Justicialista) y Ricardo Balbín (Unión Cívica Radical), deberían haberse enfrentado en una segunda vuelta porque el delegado de Perón había obtenido el 46,5% de los votos. A pesar de que no llegó al 50%, Balbín decidió no participar de las segunda vuelta, al igual que hizo Carlos Menem (24,45%) frente a Néstor Kirchner (22,25%) en 2003.
Al igual que ocurrió este domingo, la segunda vuelta de 2015 también se caracterizó por una remontada. Scioli, el candidato del kirchnerismo, se había impuesto con el 37% ante un 34,15% del candidato de Cambiemos.
A pesar de todo, Macri se coronó en el balotaje al crecer 17 puntos y alcanzar el 51,3% de los votos, contra el 48,6% de Scioli. El Frente para la Victoria sumó 11,6 puntos adicionales que no fueron suficientes para asegurar una victoria del peronismo.
En la segunda vuelta de hace 8 años, la participación bajó respecto de la general, pero levemente: hubo 113.203 votos menos y pasó de 81,07% en la primera vuelta a 80,77% en el balotaje. Esta ligera caída revela que no hubo nuevos votos en esa segunda instancia, sino una redistribución de los que habían recogido las otras fuerzas.
El mayor caudal de votos a distribuir en la segunda vuelta fueron los de UNA, 5,3 millones, que sumados al resto de las fuerzas minoritarias, totalizaron 7,2 millones. De ese total, el 40% fue para Scioli y el 60% para Macri.
En aquella oportunidad, los votos de la provincia de Córdoba también fueron determinantes. La provincia mediterránea, que concentra el 8,66% del padrón electoral del país, le dio una ventaja de más de 930.000 votos a Macri, que consiguió el 71,52% (1,5 millones de votos) contra el 28,48% de Scioli (616.000 apoyos).
El otro distrito en volumen de votos que le permitió el triunfo al líder del PRO en 2015 fue la Ciudad de Buenos Aires, que representa el 7,16% del padrón electoral. Cambiemos duplicó en el territorio porteño la cantidad de sufragios de Scioli, y Macri consiguió una ventaja de más de medio millón de votos. El ex mandatario se impuso en el distrito donde nació su partido con el 64,8% contra 35,2% del ex motonauta.
A nivel nacional, Scioli se impuso en 15 provincias pero no le alcanzó para ganar. Macri lo aventajó en 678.774 votos en el total.
El balotaje de 2023 tuvo un giro similar. En las PASO Milei fue el candidato más votado, con el 29,86% de los votos, Juntos por el Cambio, que tuvo una feroz interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, se alzó con el 28%, y Unión por la Patria quedó tercero con 27,28% (Massa se enfrentó a Juan Grabois en una interna testimonial).
A la sorpresa de la performance del candidato libertario luego se sumó la inesperada victoria de Sergio Massa en las elecciones generales, cuando el oficialismo subió al 36,7%, mientras que La Libertad Avanza se mantuvo en 30% y Patricia Bullrich cayó el 23,81 por ciento.
El giro final, que llevó a Milei a la Casa Rosada, lo protagonizaron la provincia de Buenos Aires, donde el libertario superó el 49% de los votos, y Córdoba, donde La Libertad Avanza llegó al 74%, una elección incluso más contundente que la de Macri en 2015.
A nivel nacional, Milei rozó el 56% de los votos. Una victoria que no dejó lugar a dudas, tras varias semanas donde se habían instalado sospechas sobre posibles irregularidades en la fiscalización y el recuento de votos.