Luego de que la oposición deslizara la posibilidad de que se cometa un fraude electoral en este balotaje presidencial, el gobernador bonaerense Axel Kicillof trató de llevarle tranquilidad a los argentinos. “Tenemos un sistema electoral que es inviolable si se cumplen todos los pasos, y eso es lo que está ocurriendo”, afirmó el funcionario provincial, quien transmitió que las elecciones -al menos en su distrito- se están realizando con “total normalidad”.
“El sistema es robusto, no falló nunca y así va a seguir”, remarcó Kicillof. Y agregó: “A 40 años de democracia, es la décima elección presidencial y tiene esa importancia. La clave es votar pensando en el futuro, pensando en los propios y en los demás”.
El gobernador insistió en que “el voto es una expresión de solidaridad”, ya que “no solo es lo que queremos para nosotros, sino también para las generaciones venideras y los mayores”.
Luego, se refirió no solo a la campaña que hicieron los dirigentes políticos de Unión por la Patria, sino a la que hizo la gente común en las calles y en las redes sociales. “La sociedad asumió que se elige presidente y salió a expresarse de manera espontánea. Fue un hecho maravilloso. Eso es la democracia, que cada uno se exprese”, afirmó.
Kicillof recordó que “fue una campaña larguísima, de más de 9 meses, y bastante cansadora”. Y agregó: “Lo dijimos el 22 de octubre, que la campaña seguía hasta tener los resultados de la elección nacional porque la Provincia requiere de un gobierno nacional que acompañe y lleve políticas en sintonía”.
El gobernador también contó que habló con Sergio Massa muy temprano por la mañana y que quedaron en encontrarse alrededor de las 18.30 en el búnker de Unión por la Patria en la Ciudad de Buenos Aires.
Con respecto a lo que hay en juego en este balotaje para los próximos 4 años, remarcó: “Las dos opciones abren dos escenarios muy distintos. La relación con el que gane siempre será en el marco de la convivencia democrática”.
Kicillof emitió su voto en la Escuela Superior de Formación de Salud de La Plata. Arribó cerca de las 10.15 y cuando ingresó, su mesa era la única que tenía fila. Mientras aguardaba su turno, saludó a las autoridades de mesa con un beso, les regaló facturas y ellos lo invitaron con un mate.
Tras salir del cuarto oscuro y colocar el sobre en la urna, la gente lo aplaudió y muchos gritaron al unísono: “Vamos Axel”.