Este domingo 19 de noviembre se lleva a cabo en el país la segunda vuelta electoral o balotaje 2023. En esta instancia, el diputado nacional y representante de La Libertad Avanza, Javier Milei, y el actual ministro de Economía y postulante de Unión por la Patria, Sergio Massa, se enfrentan en las urnas para competir por la presidencia de la Nación.
La participación en esta instancia electoral es obligatoria para todos los ciudadanos que se encuentren habilitados para votar en el padrón electoral. La Ley de Ciudadanía Argentina, la 26.674, establece: “Todo elector tiene el deber de votar en la elección nacional que se realice en su distrito”. La legislación indica que “son electores los argentinos nativos y por opción, desde los 16 años de edad, y los argentinos naturalizados, desde los 18 años de edad” que no estén inhabilitados por ley a emitir el voto.
En total, hay 35.394.425 personas habilitadas para votar en el padrón electoral el próximo domingo en la segunda vuelta electoral, que se realizará entre las 8 de la mañana y las 6 de la tarde, horario en que cerrarán sus puertas los centros de votación.
¿Quién gana el balotaje, según la ley?
En el balotaje se utiliza el mismo criterio que en las elecciones generales. Si bien lo único relevante es cuál de las dos fórmulas obtuvo más votos, el Código Electoral Nacional establece que resultará “electa la que obtenga mayor número de votos afirmativos válidamente emitidos”.
¿A quién favorece el voto en blanco?
En el balotaje, el voto en blanco no tiene efecto alguno sobre el resultado de la votación. Por lo tanto, emitir sufragio de esta manera no implica beneficiar indirectamente a ningún candidato en particular.
En la segunda vuelta, solo se consideran los votos afirmativos por alguna boleta partidaria. La fórmula presidencial que sume más votos individuales es la que resultará vencedora, independientemente del porcentaje o la cantidad de votos blancos, impugnados o nulos.
Ahora bien, ¿por qué a veces se afirma que el voto en blanco puede beneficiar “al candidato más votado”? Se trata de una situación que se aplica a otro tipo de elecciones, no al próximo balotaje.
Por ejemplo, en las elecciones generales como la del pasado domingo 22 de octubre, el voto en blanco se excluye del conteo y solo se consideran los votos afirmativos. Para el sufragio en la categoría presidencial, que los sobres vacíos no se contabilicen en el cómputo, mejora la probabilidad de que el candidato más votado pueda conseguir el mínimo umbral de un 40% de votos (y los 10 puntos de diferencia con el segundo) para ganar en primera vuelta. En esa competencia, importaban los porcentajes porque la proporción de votos se divide sobre la cantidad total de votos afirmativos.
Una situación similar ocurre con los cargos legislativos como diputados o senadores, ya que estos se reparten según los criterios de proporcionalidad y el sistema D’Hondt, lo que favorece la sobre representación de las listas electorales que obtienen mayor cantidad de votos. Se trata de un efecto que se profundiza cuando al voto en blanco se le suma un alto abstencionismo electoral.
¿Por qué hay balotaje 2023?
El balotaje se realiza cuando ninguno de los postulantes logró obtener el mínimo de votos preestablecido. En Argentina hay segunda vuelta cuando no se llega a obtener el 45% de los votos afirmativos válidamente emitidos, o en caso de que ningún candidato obtenga el 40% de los votos válidos con una diferencia de al menos 10 puntos del segundo.
Los artículos 97 y 98 de la Constitución Nacional establecen qué es lo que necesita una fórmula presidencial para resultar ganadora. El primero señala que “cuando la fórmula que resultase más votada en la primera vuelta, hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación”.
De acuerdo al Código Electoral Nacional, “en la segunda vuelta participarán solamente las dos fórmulas más votadas en la primera, resultando electa la que obtenga mayor número de votos afirmativos válidamente emitidos”.
¿Es obligatorio votar en el balotaje 2023?
Sí. En Argentina el voto es obligatorio y todas las personas que figuren en el padrón electoral tienen la obligación de votar. La Ley de Ciudadanía Argentina, la 26.674, establece: “Todo elector tiene el deber de votar en la elección nacional que se realice en su distrito”. La legislación indica que “son electores los argentinos nativos y por opción, desde los 16 años de edad, y los argentinos naturalizados, desde los 18 años de edad” que no estén inhabilitados por ley a emitir el voto.
Qué pasa si no voto en el balotaje 2023
Si un elector habilitado para votar no participa de los comicios, le corresponderá una multa y no podrá ser designado para desempeñar funciones o empleos públicos durante tres años a partir de la elección. Además, se lo incorporará al Registro de Infractores al deber de votar.
Según consta en el artículo 125 de la Constitución Nacional, “se impondrá una multa de $50 a $500 al elector mayor de 18 y menor de 70 años que dejaré de emitir su voto y no justifique su ausencia ante la Justicia Nacional Electoral dentro de los sesenta (60) días de la respectiva elección”.
En consecuencia, las multas por no votar son las siguientes:
- Si el elector no tiene infracciones previas sin regularizar: $50;
- Si el elector tiene 1 infracción previa sin regularizar: $100;
- Si el elector tiene 2 infracciones previas sin regularizar: $200;
- Si el elector tiene 3 infracciones previas sin regularizar: $400;
- Si el elector tiene 4 o más infracciones previas sin regularizar: $500.