A pesar de la frustración que le generó a Javier Milei la negativa de Sergio Massa a acceder a su pedido sobre el reglamento del debate presidencial, y de que ayer no asistió al ensayo en la Facultad de Derecho, en el entorno de Javier Milei aseguran que su participación está firme para el debate de esta noche. Frente al último y decisivo encuentro cara a cara con su rival antes del balotaje del 19, en su entorno muestran cautela. Están convencidos de que la llegada al electorado será muy amplia, y frente a una pelea casi empatada con el ministro de Economía creen que “cualquier cosa” podría poner en riesgo su capital político.
El contraste entre los ánimos de este fin de semana y los que exhibían en las anteriores instancias es marcado. Antes de las PASO y las Generales, los libertarios derrochaban confianza. Ahora, con el recuerdo del segundo puesto en octubre, son más prudentes. Creen que la clave residirá, por un lado, en la capacidad del líder para mantener la sobriedad durante toda la noche. Y por otro, de su habilidad para marcar la agenda. “En general ‘gana’ el que logra instalar ‘de qué se habló'. Pero mayormente los debates no tienen mucha incidencia, salvo que alguno se equivoque fuerte”, dijo uno de los principales asesores de Milei, comillas incluidas.
Ayer, mientras Milei se encontraba encerrado en el hotel Libertador para estudiar, sus laderos predecían un récord de rating y una explosión de comentarios en redes sociales para la noche del domingo. “Va a ser un debate distinto al que conocemos, por los cambios de reglas. Y va a estar muy peleado, seguramente sea el más importante de la historia argentina. La elección está muy ajustada y son dos tipos que debaten fuerte”, analizó uno de los hombres de confianza del jefe de LLA.
Durante el sábado, el campamento libertario quedó envuelto en un aura de total hermetismo. Aislado, Milei decidió no participar de la recorrida por la Facultad de Derecho que tenía a disposición, creada para permitir que los contendientes se familiaricen con el lugar y minimicen el margen de error. Durante las anteriores ediciones, el candidato de derecha había usado esa carta, de buen talante. Sin embargo, esta vez eligió quedarse en su improvisado búnker desde los últimos comicios en avenida Córdoba y Maipú.
En la cúpula de LLA no dijeron si su ausencia se relacionó con el revés ante su pedido para que que la CNE publicara, como él pidió, una aclaración sobre cómo se manejarán las interrupciones. Pero aseguraron que “no era necesario” que fuera a la prueba, y aclararon que envió como representante a su hermana y consejera, Karina, en señal de compromiso.
Milei había decidido introducir esa solicitud con menos de 48 horas de antelación, a pesar de que el debate para la segunda vuelta se estaba organizando desde hacía tres semanas. Justamente ese fue el argumento que usó Massa para negarse, luego de que su coalición fuera informada a través de la CNE sobre la petición de su contraparte. “Las reglas fueron consentidas y aceptadas por los representantes legales de ambos candidatos y puestas en conocimiento de los medios de información pública y, a través de estos, a la ciudadanía toda, el día 1º de noviembre”, justificaron la negativa los oficialistas.
En LLA tampoco aclararon, a pesar de las repetidas consultas de Infobae, si el pedido se desencadenó a partir de un llamado de atención desde el PRO de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, como se rumoreaba desde ese partido. Pero destacaron que la CNE les envió un texto aclaratorio más allá de la reticencia de Massa: “En atención a lo requerido, cumplo en informarle que, si bien no se encuentra prevista ninguna aclaratoria respecto del Reglamento, ni resulta necesaria en atención a encontrarse claros los términos del mismo, conforme lo previsto en el Reglamento, no está prevista la interrupción entre los candidatos”.
Más allá de las quejas, cerca de Milei confirmaron que irá sin falta esta noche a la sede de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y detallaron quiénes serán sus acompañantes: su hermana, Karina; el ex candidato porteño, Ramiro Marra; su par bonaerense, Carolina Píparo; su compañera de fórmula, Victoria Villarruel; y los diputados electos Diana Mondino, “Bertie” Benegas Lynch y Marcela Pagano. Seguramente, dijeron, también estén los referentes de La Rioja, Martín Menem; y de Santa Fe, Romina Diez.
A priori, el debate será distinto que los anteriores, por la cantidad de contendientes, que quedó reducida a dos. Habrá seis bloques, de doce minutos en total -seis para cada uno- y no habrá posibilidades de interacción entre ambos: sólo podrán hablar cuando el otro haya terminado. Esta vez, de manera inédita, tendrán permitido dejar sus atriles para dirigirse sin barreras al público y a las cámaras, desde un espacio delimitado por luces led que se dispusieron en el piso de la escenografía. No obstante, caminar por el escenario, que podría verse como un desafío extra, no será obligatorio.
Los ánimos están caldeados entre Milei y Massa, que en los últimos días “precalentaron” el debate con una serie de cruces por redes. Ayer al mediodía, el ministro de Economía publicó un video que compilaba varias apariciones violentas de su rival en programas de radio y TV, con la leyenda: “Que el insulto no se transforme en nuestro idioma”. Por la tarde, el libertario le respondió: “A esta altura de una campaña tan sucia, no me sorprende tu deshonestidad intelectual. Deberías poner también el motivo que me impulsó a insultar de ese modo. Ah claro, eso implicaría revisar la basura de la política y sus curros que nos hunden en la miseria”, sostuvo.
Minutos después, el líder del oficialismo volvió a la carga con dos spots, creados, según detallaron sus voceros, “para reflexionar sobre el peligro de escoger a alguien inestable y violento para asumir las responsabilidades presidenciales”. El día anterior habían discutido sobre el cuarteto.
Todas las encuestas dan resultados muy parejos entre los postulantes, en algunos casos con una leve ventaja de Milei, y en otros de Massa. Por eso en las cercanías del primero, que se impuso en las PASO pero quedó segundo en las Generales, creen que el precio puede muy ser alto si su jefe comete errores. “Los debates no suelen definir una elección, pero la pelea está tan empatada que cualquier cosa puede definir”, dijo un importante referente del espacio. Antes de las PASO y las Generales había mayor confianza entre los libertarios que, sienten, tienen mucho para perder. Sólo los tranquiliza pensar que del otro lado ocurre lo mismo.