A poco más de un mes del ataque terrorista perpetrado por Hamas en Israel, no hay ninguna certeza sobre el paradero de los 21 argentinos que fueron secuestrados aunque se cree que están cautivos en los túneles secretos de Gaza.
Frente a la negativa de la organización fundamentalista de brindar información fehaciente sobre la totalidad de los 239 rehenes, el mundo entero está en vilo y Qatar asumió de manera sorpresiva un rol clave: el de mediar con el grupo terrorista. Hasta el momento logró la liberación de dos civiles estadounidenses.
En este contexto, Sergio Massa, candidato a presidente de Unión por la Patria, reveló que también está involucrado en las negociaciones para que los argentinos regresen sanos y salvos a sus hogares. “Estoy tratando de ayudar a que algunos de los liberados sean argentinos por mi relación con el gobierno de Qatar, pero lo hago desde la mirada humanitaria, no desde la mirada política”, señaló al ser entrevistado por el diario español El País.
Al referirse a lo sucedido, Massa se mostró optimista de que “en las próximas horas pueda haber un alto del fuego para negociar la entrega de algunos rehenes”. El candidato oficialista ya había dicho con anterioridad que creía que Hamas debía ser considerada como una organización terrorista y había tomado distancia de la posición del kirchnerismo sobre el tema.
Esta entrevista fue la primera que el actual Ministro de Economía le brinda a un medio extranjero tras aventajar a Javier Milei en las elecciones generales del 22 octubre. Además de referirse a la Guerra en Medio Oriente habló de sus orígenes en la política, sus diferencias con Cristina Fernández de Kirchner, las enormes dificultades económicas y sociales que atraviesa el país, su agenda de gobierno en caso de ganar la elección y las virtudes y defectos de su adversario en la contienda electoral.
Su visión de la política exterior
“No me gusta compararme con nadie. La política exterior va a tener pragmatismo y va a tener un solo objetivo, que es abrir mercados para que Argentina venda trabajo bien pago al mundo. La batalla hoy es comercial, va más allá del conflicto en la Franja de Gaza y del acto terrorista de Hamas, más allá de la invasión de Rusia a Ucrania”, sentenció.
“El grueso del debate es económico y es por darle de comer a la gente, por administrar el valor agregado a los minerales críticos, por hacer valer el recurso energético y por ver quién le vende más inteligencia aplicada de su propio capital humano al otro. Me parece que esas son las cuatro batallas”, aseguró Massa sobre su plan de gobierno.
Luego, al referirse al Mercosur dijo que “hay que salvarlo”, en contraposición a lo que piensa Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza. “Yo escucho a Milei diciendo que va a romper relaciones con Brasil y antes de pensar en el Mercosur pienso en los 163.000 empleados del sector automotriz que perderían su trabajo”, advirtió.
“Pienso en el sector de exportación salteño que exporta poroto y tabaco y perderían su trabajo; pienso en cómo sería la vida comercial, empresaria e industrial en Misiones que vive de la relación bilateral con Brasil; pienso en la industria bioforestal correntina y el drama que representaría para ellos. Pienso, además, cómo sería por ejemplo en términos de relación energética, porque estamos haciendo gasoductos para, entre otras cosas, venderle a Chile y a Brasil, y si rompemos relaciones con Brasil, el gas de Vaca Muerta va a quedar enterrado 140 años”, explicó.
Massa remarcó que le “preocupa la ignorancia del impacto de las declaraciones públicas en la vida real de la gente” y puso como ejemplo las propuestas de Milei sobre la libre venta de armas, la venta de órganos o el arancelamiento educativo. “Son todas cosas que nada tienen que ver con los valores que en estos 40 años de democracia construyó la Argentina”, señaló.
Sus declaraciones sobre Javier Milei
“La segunda vuelta es ‘Milei sí o Milei no”, aseguró Massa con miras al balotaje del 19 de noviembre. Con esa frase, dio a entender que muchos actores políticos ni siquiera utilizan su nombre. “Fijate que apelan al pasado para tratar de sacar del centro la inestabilidad emocional y la falta de praxis de gestión de Milei”, sentenció.
“Apelan a comparaciones del pasado porque en realidad tienen que esconder el candidato. A la hora de elegir un presidente, la gente elige quién va a cuidar a sus hijos los próximos cuatro años”, agregó Massa al remarcar el desequilibrio, la falta experiencia en gestión y la violencia con la que se expresa Milei.
Al señalar cuál fue la virtud que colocó al libertario como uno de los candidatos más presidenciables, Massa reconoció que “supo interpretar el enojo de la gente porque tuvimos cuatro años de caída del ingreso con Macri, y un endeudamiento feroz con el FMI”.
Recordó que los argentinos “tuvimos dos años de pandemia en los que se consolidó la caída del ingreso real, una pésima negociación con los bonistas y una enorme dificultad para poder resolver temas tan profundos como la inflación” y que Milei “supo interpretar toda esa suma de enojos”.
Sin embargo, consideró que “a la hora de votar la gente va a votar con esperanza, no con bronca”. Dijo que “eso ya pasó en la primera vuelta”.
Su relación con Alberto Fernández y Cristina Kirchner
Al ser consultado sobre cuáles son sus diferencias conceptuales con la vicepresidenta Cristina Fernández, Massa recordó que “fueron siete años de diferencias políticas” y se refirió al pedido que le hizo el entonces presidente Mauricio Macri para que lo acompañara al Foro de Davos tras su asunción en La Rosada, algo que a ella la molestó.
“Todos quienes trabajaban conmigo me decían que no vaya porque desconfiaban de Macri y yo en ese momento pensé en la Argentina. Yo amo a este país. Ordenando algunas variables y definiendo políticas de Estado, es un país de enormes oportunidades”, afirmó.
Con respecto a las enseñanzas que le dejaron estos cuatro años de gran conflictividad en la coalición de Gobierno, especialmente entre el presidente y su vice, Massa explicó que “se dio una coalición con reparto de responsabilidades transversales y no verticales”. Y aclaró: “Yo no tuve conflicto en mi ministerio, porque del primero al último funcionario lo decidí yo”.