Córdoba se convirtió en el territorio más preciado a conquistar por los dos candidatos presidenciales que se disputarán el balotaje el 19 de noviembre, Sergio Massa y Javier Milei. El postulante de Unión por la Patria estuvo el lunes en su doble rol de candidato y ministro de Economía en la provincia mediterránea para hacer una serie de anuncios de gestión y pedirle el apoyo a los cordobeses. Se trata del distrito más adverso en términos electorales para el kirchnerismo y el peronismo aliado a nivel nacional en las últimas elecciones presidenciales. El líder de La Libertad Avanza, por su parte, eligió romper la cábala del cierre en el Movistar Arena en la Ciudad de Buenos Aires, y concluir su campaña en la capital mediterránea la semana próxima, a la caza de los cordobeses que históricamente votaron por Juntos por el Cambio.
El motivo del desembarco de Massa en un territorio hostil como el cordobés - donde está haciendo una ingeniería fina electoral para el oficialismo el histórico puntero peronista Juan José Álvarez - son los 1.802.068 votos que sacó el mandatario cordobés, Juan Schiaretti, como candidato presidencial. Su gira electoral incluyó un pedido de perdón a los cordobeses y un guiño al futuro gobernador Martín Llaryora, a quien prometió convocar para definir una agenda común si llega a la Presidencia. Como cara visible del espacio peronista disidente que lidera en la provincia, Hacemos por Nuestro País, Schiaretti obtuvo a nivel nacional el 6,73% de los sufragios, un porcentaje a distribuir muy apetecido, más cuando el balotaje se define por un solo voto de diferencia. “Cada voto cuenta y en este tramo de la campaña, es a matar o morir”, afirma drásticamente una fuente del oficialismo.
De los 1,8 millones de votos que obtuvo el mandatario cordobés a nivel nacional, 665.717 provinieron de Córdoba, provincia en la que salió segundo a nivel presidencial, con el 29,1% de los sufragios, detrás de Milei, que se alzó con el 33,54% en las generales (769.847 sufragios), apenas cuatro puntos por delante. En tercer lugar en esta provincia se ubicó Patricia Bullrich con el 22,62% (519.252 votos), y Massa quedó en un lejano tercer puesto con el 13,42% (308.016 votos).
Según los datos analizados por Infobae, entre las PASO y las generales, los cinco candidatos presidenciales aumentaron su cantidad de votos netos en Córdoba. Pero en porcentajes, Juntos sacó 2,5 puntos menos. La Libertad Avanza mantuvo los suyos; Hacemos por Nuestro País ganó 1,5 puntos; y Unión por la patria fue la fuerza que más creció, 4,76 puntos. Massa aumentó 130.488 votos entre agosto y octubre en Córdoba, seguido de Schiaretti, quien pese a sus nulas chances de acceder a la Casa Rosada, creció 101.535 votos entre ambas instancias.
En total, Córdoba acumuló 1.254.385 sufragios el 22 de octubre que quedaron “huérfanos” después de la primera vuelta, si se suman los votantes que eligieron a otros candidatos que no eran ni Massa ni Milei, votaron en blanco o impugnaron su voto.
A ellos apunta Massa para remontar el magro porcentaje obtenido en la provincia mediterránea. Ese fue el motivo de los anuncios el lunes pasado en sus recorridas por Río Cuarto, Villa María y Córdoba Capital, que incluyeron la ampliación de la tarjeta SUBE a las principales ciudades de la provincia, medidas para el campo en materia de retenciones y mejoras para los productores de biodiésel.
Esas propuestas de Masa tuvieron una fuerte réplica unas horas más tarde del mandatario cordobés en sus redes sociales. “De nada sirve que vengan a firmarnos a algunos municipios la tarjeta SUBE, unos días antes de que sean las elecciones de segunda vuelta, mientras todos los subsidios al transporte se quedan mayoritariamente en el AMBA”, advirtió Schiaretti.
Y para que no quedaran dudas de su postura enfrentada al gobierno nacional, criticó “el desastre económico que viene haciendo el gobierno kirchnerista de Sergio Massa” en un hilo en la red X (ex Twitter). Sin medias tintas, asoció al candidato de UxP con el kirchnerismo del que Massa busca despegarse en esta campaña para perforar el techo electoral que le impone ese espacio.
La semana pasada, el aún gobernador en ejercicio ya había embestido contra Massa al vincularlo al juicio político a la Corte Suprema en la Cámara de Diputados. Sin embargo, Schiaretti no se ha expedido públicamente sobre si apoyará a alguno de los dos candidatos que compiten en la segunda vuelta. Aunque sus expresiones fueron todas contra Massa, desde su entorno aseguran que no lo hará. “Cada uno votará al candidato que considere, es un derecho del ciudadano. ¿Cómo los va a dejar en libertad, si nunca los tuvo atados?”, sostuvieron.
Tampoco lo hizo su delfín político, Martín Llaryora, gobernador electo, a quien Massa buscó seducir en su paso por la provincia. “Sepan que si el 10 de diciembre tengo la responsabilidad de gobernar la Argentina voy a juntar a mi gabinete, voy a llamar al gobernador Llaryora, que es el que eligieron los cordobeses, le voy a decir: ‘gobernador, armemos la agenda, Córdoba es el corazón de la Argentina, tenemos cuatro años de trabajo juntos’”.
La que sí se expresó ya públicamente fue la diputada nacional de Hacemos por Córdoba, Natalia de la Sota, hija del ex mandatario cordobés ya fallecido, José Manuel de la Sota, fundador de ese partido provincial y antecesor de Schiaretti, al que Massa recordó en más de una oportunidad en su gira cordobesa. La integrante del bloque Córdoba Federal que conforman los 3 diputados nacionales alineados con el gobernador, lo hizo también en la red X. Justificó su decisión en que elegía “un Estado solidario y presente”. No obstante, sostuvo que “seguía perteneciendo” a “su casa”, por su partido Hacemos Por Córdoba, “sin claudicar los reclamos que Córdoba tiene ante el gobierno nacional”.
Crítico durante toda su gestión del Gobierno nacional, Schiaretti estuvo cerca de llegar a un acuerdo electoral con Juntos antes de las PASO, que terminó siendo vetado por Bullrich y Mauricio Macri. Hoy, en el PRO están convencidos que “el votante de Schiaretti va a elegir a Milei porque es fuertemente antikirchnerista”. Para reforzar esa apuesta, el libertario cerrará su campaña con un gran acto en la provincia para aprovechar el rechazo al kirchnerismo en ese distrito.
Según la última medición de CB Consultora, la segunda que realiza después de la primera vuelta y que le otorga una ventaja a Milei de tres puntos en el total país, el libertario se impone en la región del centro del país con casi 55% contra el 45,8% del candidato oficialista. Para garantizarse un triunfo en la segunda vuelta, el candidato de UxP debería compensar esos votos cordobeses que le serían esquivos en la provincia de Buenos Aires, donde arañó el 43%, y sumar votos en el Norte Grande que integran una decena de provincias históricamente peronistas y representan un cuarto del padrón electoral.
Esta consultora recoge que, en el balotaje, Milei se llevaría el 74% de los votantes de Bullrich a nivel nacional. Sin embargo, en la apertura del voto cordobés, esta misma encuesta señala que el 33,2% de los votantes de Schiaretti dicen que votarían a Milei en el balotaje, mientras un 39,3% lo haría por Massa.
Cómo votó Córdoba en elecciones anteriores
En las elecciones del 2015, Daniel Scioli había sacado 37% en las generales contra 34,15% Mauricio Macri a nivel nacional. Sin embargo, el postulante de Cambiemos se terminó imponiendo en el balotaje al escalar 17 puntos y alcanzar el 51,3%, contra el 48,6% obtenido por el postulante del Frente para la Victoria, que sumó solo 11,6 puntos adicionales en la segunda vuelta.
Pero en las PASO de ese año, en Córdoba ganó la fuerza que llevaba a Massa como el candidato de una apuesta peronista no kirchnerista, Unidos por una Nueva Argentina (UNA), con casi el 38% de los votos. Macri sacó 34,5% y Scioli quedó tercero con 14,3% de los votos. Pero en las generales, Massa no pudo repetir el triunfo. Perdió un porcentaje importante de votos a manos de Cambiemos, que creció 31 puntos en la provincia mediterránea y alcanzó el 53,2% contra 19,2% de Scioli, apenas por debajo del 20,4% que obtuvo UNA.
En el balotaje, Macri se impuso en Córdoba con el 71,52% de los votos contra 28,5% de Scioli. La provincia mediterránea fue la que le garantizó el triunfo al fundador del PRO, ya que en el principal distrito electoral del país, Buenos Aires, no había logrado imponerse: sacó 48,85% contra 51% de Scioli.
Pero si el peronismo no hubiera ido dividido, el postulante de Cambiemos no se hubiera quedado con la presidencia. El Frente para la Victoria y UNA habrían sumado el 60% de los votos contra 34% de Cambiemos en la elección general y no hubiera habido balotaje.
Para visualizar la cantidad de votos, pararse sobre las líneas en cada elección
En los comicios de 2019, el peronismo no kirchnerista llevó como candidato a Roberto Lavagna, por Consenso Federal. Producto de la polarización, que traccionó votos a favor de Juntos por el Cambio, el ex ministro de Economía cosechó apenas el 5% de los votos en las elecciones generales, casi 3 puntos menos que en las PASO. El Frente de Todos se impuso en la primera vuelta con el 48,24% de los votos sobre 40,28% de Juntos por el Cambio, por lo que no hubo balotaje entre Alberto Fernández. Pese a que Macri había logrado remontar más de 8 puntos desde las PASO (cuando había sacado desde 31,8%), su deseo de un segundo mandato quedó trunco.
Si bien Córdoba había vuelto a inclinarse a favor de Juntos por el Cambio, la brecha con el Frente de Todos no había sido tan amplia como en 2015. La candidatura de Fernández logró un 30,4% en las PASO en esa provincia, porcentaje que no logró retener en la general, cuando estuvo ligeramente por debajo (29,31%). En cambio, Macri subió más de 13 puntos en la provincia mediterránea: pasó de 48,18% en las Primarias a 61,31% en la General. Duplicó así los votos del candidato presidencial elegido por Cristina Kirchner.
Para visualizar el porcentaje de votos, pararse sobre las líneas en cada elección
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