Si nos detenemos a pensar un momento, en esta campaña electoral no hubo, por parte de ningún partido, un spot publicitario que nos llevemos como marca, a diferencia de otras campañas, incluso de aquellas del siglo pasado que aún hoy se recuerdan. En esta es diferente, el impulso de comunicación y protagonismo a 40 años de la restauración de la democracia en nuestro país, son los jingles. Y para hablar de esto, entre otros temas que abordamos, Marcos Aramburu, nos hizo un lugar en su agenda colmada de trabajo y producciones.
Marcos, ¿tomás dimensión de la relevancia que tienen los jingles en esta campaña?
Cuando fuimos a transmitir en vivo desde el bunker de UP, se nos acercaron muchos políticos, y nos dijeron algo que para mi es exagerado: la mitad de todo esto es gracias a ustedes. Aún me cuesta dimensionarlo, porque para mi no es así, pero por otro lado ves videos de gente militando y escuchando los jingles en parlantes. De todos modos creo que para poder seguir haciéndolo, de hecho ahora estoy armando mi jingle del próximo programa, necesito no dimensionarlo.
¿Por qué?
Porque ahí hay algo de que si pensás que estás haciendo la campaña realmente, uno se pone instantáneamente en un lugar de responsabilidad, una especie de solemnidad, que de hecho les pasa a muchos equipos de campaña que se ponen a hacerlo, y pierden la frescura.
Osea que hay equipos de candidatos que enviaron producciones hechas por ellos
Nosotros nos damos cuenta cuando nos mandan un jingle hecho por un equipo de campaña, porque no tienen vida, por eso creo que para poder seguir haciéndolo es necesario, al menos para mí, tomarlo como un chiste, como una joda que grabo estando en mi casa.
Desde que comenzó la Fábrica de Jingles, una sección dentro del programa Tres Estrellas, que se emite de lunes a jueves de 13 a 15hs en Gelatina, la producción recibe semanalmente un promedio de 2000 jingles que pasan un proceso de selección para luego salir al aire. El equipo que conduce el programa los reacciona en vivo, ninguno, salvo Marcos que identifica el suyo cuando sale en el momento, conoce el contenido, lo que crea aún más un efecto de reacción genuino.
Por eso creo que si me pongo a dimensionar ahora esta idea, de que el jingle que voy a hacer va a tener una incidencia en la vida electoral del país, pierde gracia. Me da la sensación que voy a ser menos fresco.
Entonces, ¿ahí reside el éxito?
Es que los jingles triunfaron por su desfachatez. Por poder decir cosas que nadie podía decir, reírse de cosas de las cuales nadie puede reírse institucionalmente.
Al momento, es autor de jingles que referencian a Sergio Massa sobre la base de las canciones El hijo de Hernández y la Argentinidad al Palo, pero también escribió uno para Patricia Bullrich con un tema de Pappo, para Ramiro Marra con La parte de adelante de Calamaro, y también hubo uno para Martín Lousteau con la Isla del sol, del cual remarca, ese de Lousteau su equipo de campaña lo empezó a pautar en redes sociales, no me molestó que lo usaran pero sí que me bloquearan para que no pueda verlo, algo que sabemos es imposible evitar.
¿Hay un trabajo serio de producción y edición en el caso de tus jingles?
Como te decía esto es un chiste, no lo tomo como algo de relevancia para la campaña, hay algunos como el que estoy escribiendo ahora (sobre la base de la canción Tití me preguntó de Bad Bunny) que me lleva un tiempo mayor de producción porque no es un género musical al cual estoy acostumbrado editar, pero por ejemplo cuando escribí el de Los Piojos, a cada amigo o amiga que venía a casa le pedía grabar su voz para los coros.
La tendencia tomó una relevancia única, y de algún modo también permitió a la militancia política sumar desde su espacio una acción a la campaña, ¿cómo ves esa participación de la gente?
Es lo único bueno de la campaña a nivel creativo. Los jingles son una reivindicación de los músicos como sujetos políticos. A mi me gusta mantenerlos desde un lugar poco sacralizado, pero no para sacarles valor, sino para darle relevancia a lo artístico, porque por lo general se idolatra a un músico si es exitoso pero si son amigos que tienen una banda que la ven pocas personas, no. Y los jingles los mandan personas que tienen bandas amateurs, entonces en vez de solemnizar el jingle esto permite demostrar que esos pibes y pibas que tocan la guitarra y que pasan muchas veces como hippies, son los que hicieron la campaña presidencial, que lograron decir cosas que nadie podía decir, y que de alguna manera mueven y traccionan la campaña. El arte es una herramienta de construcción política.
En abril de este año se imprimió el libro Las ceremonias, crónicas de personas que usan drogas, la primera publicación de Marcos Aramburu. En la solapa, como usualmente se estila, hay una pequeña biografía de él que nos cuenta que es guionista, locutor, colaborador en varios medios y plataformas y que ama a Diego Armando Maradona.
¿Qué representa Maradona en tu vida?
Lo tengo tatuado, lo tengo por toda mi casa. Es lo más cerca a sentirme conmovido espiritualmente por la figura de alguien. Mi fascinación no tiene que ver solo por su habilidad deportiva. Es una persona con una sensibilidad única, que tuvo la capacidad de influir en la vida, en la política, por eso. Yo no creo que haya algo esotérico alrededor de él, creo que es una persona diferente a todas las demás, con un poder de conmover al resto. Maradona es un ícono mundial, es una figura cercana a la gente que inspira a millones. Y para mí es el sentir nacional, el gen argentino, la identidad que me hace sentir en casa.
Y respecto a tu libro, ¿era algo que tenías pensado desde hace tiempo?
En realidad fue una propuesta de El gato y la Caja, que para mi fue un voto de confianza gigante y un desafío. Me pidieron escribir un libro de crónicas sobre drogas, ellos ya habían publicado uno desde un aspecto puramente científico y querían aportar la otra parte, la de las vivencias. Y las historias que se describen fue un trabajo mío, investigar, entrevistar. Es un libro más sobre personas que sobre drogas, eso quiere decir que las drogas sin las personas no son analizables socialmente.
En un recorrido breve pasamos por varios temas y de todos se podría ampliar mucho más. Hoy, lo trascendente es la posibilidad que abrieron, desde un espacio en los medios, para que muchas personas puedan canalizar sus opiniones políticas. Esto es algo que plantea Marcos en reiteradas ocasiones, la idea de que no es condicionante una posición, un título o una formación, para poder expresar lo que se siente política y socialmente.
El libro, muy recomendable, explora un aspecto humano, lo mismo que en otro sentido demuestran los jingles, cuando desde artistas hasta militantes, escriben lo que piensan y lo opinan cantando, con una sensibilidad única, empática y cercana, como la de su ídolo y el de millones de argentinos.
En nuestra identidad hay algo de eso, ya el Martin Fierro lo plantea, Yo no soy cantor letrao, mas si me pongo a cantar, no tengo cuándo acabar y me envejezco cantando, las coplas me van brotando como agua de manantial.
Última Marcos, ¿a quién en la historia política de nuestro país te hubiese gustado escribirle un jingle?
A Perón, aunque tenga ya el “jingle” más famoso y trascendental de la Argentina.