Jorge Macri piensa, actúa y espera. El jefe de Gobierno electo de la Ciudad de Buenos Aires sabe que a partir del 10 de diciembre se convertirá en uno de los hombres más poderosos del PRO a nivel nacional y por estas horas analiza milimétricamente las decisiones que tomará para constituir su equipo de asesores. La ruptura de Juntos por el Cambio (JxC) y el inminente balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei generó un complejo ajedrez político en la arena porteña, en el que el futuro alcalde busca maniobrar con precisión quirúrgica. La relación entre el PRO y la UCR está rota en CABA, el vínculo entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta obtura acuerdos y la falta de mayoría propia en la Legislatura obliga al nuevo oficialismo a tender puentes más allá del macrismo para lograr gobernabilidad y marcar la agenda parlamentaria.
Restan apenas 20 días para el balotaje presidencial y 40 para la asunción de Jorge Macri. El dirigente ha mantenido reuniones de transición con Rodríguez Larreta, alcalde porteño saliente. La relación entre ambos fluye, luego de la tensión política suscitada durante el proceso electoral. Sin embargo, aún no hay definiciones concretas sobre todo el esquema de Gabinete macrista y respecto a la designación de autoridades de la Legislatura. El primo del ex presidente maneja la situación con enorme cautela política. Mantiene infinidad de reuniones, aunque con estricta reserva y lejos de la prensa.
Después de la elección, Jorge Macri esperó al escrutinio definitivo de la Justicia. Había quedado a centésimas de un triunfo ante Leandro Santoro en primera vuelta. Empero, el candidato de Unión por la Patria se bajó y desistió de competir en un eventual balotaje. Eso le despejó el camino al dirigente del PRO para avanzar en el armado de su Gabinete. Aunque la implosión nacional de la coalición le exigió prudencia política. Aprovechó a ganar tiempo a la espera de conocer quién será el próximo Presidente. Tiene una larga relación con Massa, así como buen diálogo con Milei. De momento, se diferenció de su primo y mantendrá la neutralidad. Sigue la impronta del resto de los gobernadores electos de JxC y apela a la equidistancia para evitar roces futuros con la Casa Rosada.
El jefe de Gobierno electo llegó el lunes de un viaje de ocio y el martes se reincorporó a sus actividades. Durante el día mantuvo reuniones políticas en sus oficinas de la calle Arribeños y participó en el acto por los caídos de la Policía de la Ciudad. Por estas horas, piensa en dos carriles simultáneos para lograr gobernabilidad y poder construir poder. Por un lado, el armado de su Gabinete. Por el otro, conseguir los avales para poner al Vicepresidente 1° de la Legislatura (y nombrar al resto de las autoridades del órgano colegiado). Si bien esto último son atribuciones del Poder Legislativo, Jorge Macri pretende incidir para colocar gente de su confianza a cargo de manejar la agenda parlamentaria.
La danza de nombres para el Gabinete
En cuanto al Gabinete porteño, Jorge Macri no formalizó aún ningún nombre y mantiene en reserva la lista de sus futuros asesores. Aunque sí mantiene conversaciones constantes y ha apalabrado a una serie de dirigentes a los que desea como parte de sus colaboradores. Por caso, pretende que su gente de confianza integre su equipo, como Fernando De Andreis, jefe de campaña y adlátere de Mauricio Macri, César “Tuta” Torres, Ezequiel Sabor, Gustavo Gago, su jefe de prensa, y Gabino Tapia. De Andreis, sin embargo, hizo saber que no tiene intenciones de ocupar un lugar en el Ejecutivo.
En el organigrama actual, el Gobierno de CABA tiene 10 ministerios, seis secretarías, y nueve áreas entre la Procuración porteña, sindicaturas y unidades de gestión. A eso se suman el Banco Ciudad, decenas de entes de gestión y el Consejo de la Magistratura local. La botonera es amplia y le permite a Macri diseñar una ingeniería que contenga a propios y ajenos. No obstante, Mauricio Macri presiona para incidir en los nombramiento y evitar que el radicalismo, la Coalición Cívica y el larretismo tengan presencia en lugares preponderantes.
Un nombre que emerge para tener un rol clave en Gobierno porteño es Néstor Grindetti, que viene de perder la disputa por la gobernación de Buenos Aires con Axel Kicillof y la intendencia de Lanús a manos del kirchnerismo. El dirigente del PRO seguirá, en tanto, como presidente del Club Independiente. Grindetti es amigo de los Macri y mantuvo conversaciones con ambos acerca de la posibilidad de integrar el Gabinete. Hay anuencia de ambas partes y es casi un hecho. Se definirá el rol en los próximos días.
Otra persona que pujará por espacios en el organigrama porteño es Bullrich. Conforme pudo indagar Infobae, está previsto que la ex ministra de Seguridad tenga dirigentes de su confianza dentro del equipo de asesores de Jorge Macri.
Un lugar disputado es el de Educación. Allí, Rodríguez Larreta pretende la continuidad de la gestión de Soledad Acuña a través de Manuel Vidal, actual jefe de Gabinete de ese ministerio y líder de La Generación. No obstante, otros nombres que suenan para esa cartera son el de Siciliano, especializado en política educativa, y el de Gabriel Sánchez Zinny, ex ministro de Educación de Vidal en Buenos Aires y dirigente que goza de respeto de todos los sectores del PRO.
Para el Ministerio de Hacienda, quien aparece como candidato a tomar las riendas es Gustavo Arengo Piragine, actual subsecretario del ministro Martín Mura. El contador y máster en Políticas Públicas tiene la anuencia de Rodríguez Larreta y, en principio, de Jorge Macri. En tanto que Gustavo Coria, ministro de Seguridad y dirigente íntimo de Santilli, pica en punta para seguir en su rol actual. En tanto que no se descarta que Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos porteño, se desempeñe al frente de algún área de gestión.
Quien también pujará por tener representación institucional es Roberto García Moritán. El legislador liberal tiene un acuerdo de palabra para asumir frente al Ministerio de Desarrollo Económico. En ese caso, dejaría su banca en la Legislatura y en su lugar asumiría Yamil Santoro, armador político de Moritán.
Otros dirigentes que flotan en la superficie para asumir en el staff de Jorge Macri son Leticia Montiel, al frente de la secretaría de Legal y Técnica -cargo que actualmente desempeña-, Manuela López Menéndez, quien podría continuar en la Subsecretaría de Transporte, Francisco Quintana, a quien se le termina su mandato como Presidente del Consejo de la Magistratura y suena para asumir como ministro de Justicia porteño, mientras que Andrés Gribnicow, gestor cultural conocido de Jorge Macri, es quien se menciona en los pasillos de la política de CABA para hacerse cargo del Ministerio de Cultura. En tanto que si no prospera la designación como Vicepresidente 1° de la Legislatura, Darío Nieto es apuntado para estar al frente de la Secretaría de Innovación y Transformación Digital.
La difícil tarea de controlar la Legislatura sin quórum propio
En relación al Poder Legislativo, hay discusiones políticas arduas que van de la mano con la necesidad que tiene JxC de arribar a consensos para poder sacar leyes en la Legislatura porteña, que en total cuenta con 60 bancas. El quórum para sesionar es de 31 legisladores. En esta elección, JxC ponía en juego 17 de sus 32 escaños. Con los resultados del domingo, la coalición quedó con 30 legisladores. Si bien podrá sostener la primera minoría, quedará ajustada para tener quórum propio. Así como necesitará sí o sí de apoyo de otros bloques para sancionar proyectos que exigen ser aprobados con dos tercios.
De ese número, el PRO quedó con 12 bancas loteadas: están repartidas entre legisladores que responden a Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Bullrich y Macri. La UCR tendrá 9, divididos entre un grupo mayoritario que reportan a Martín Lousteau y a Emiliano Yacobitti y el resto que están ligados a Daniel Angelici. En tanto que la Coalición Cívica de Elisa Carrió y Confianza Pública de Graciela Ocaña controlará un bloque de 4 legisladores. Mientras que Republicanos Unidos tendrá 3 escaños y el Socialismo de Roy Cortina uno.
Angelici, que tiene una amistad de años con Jorge y Mauricio Macri, es el puente entre el radicalismo y el PRO. En la UCR aseguran que el ex presidente de Boca Juniors “no se va a cortar solo” y articulará para cerrar un acuerdo que tenga el visto bueno de su partido (es decir, la venia de Yacobitti y Lousteau). Un dato significativo es que empresario del juego también tiene puentes con el peronismo porteño, especialmente con Juan Manuel Olmos, vicejefe de Gabinete de la Nación, líder del Nuevo Espacio de Participación (NEP). Ambos se conocen de la política porteña y por deambular los palacios de tribunales como operadores judiciales. Son vínculos que le permiten a Angelici un doble juego capaz de contener al radicalismo, por un lado, y presionar al PRO, por otro.
La Libertad Avanza, cuyo presidente de bloque es Ramiro Marra, quedará con nueve legisladores tras la elección del 22 de octubre. Macri apuesta a consolidar el vínculo con los libertarios para asegurarse el quórum y la mayoría para poder legislar. De todos modos, el Jefe de Gobierno electo intenta tener la suficiente cautela, porque un acuerdo explícito con Milei en la Ciudad dinamitaría por completo cualquier posibilidad de puentes con el radicalismo, la Coalición Cívica y el resto de los partidos de JxC.
La pelea en el PRO por la Vicepresidencia 1° del parlamento
Según pudo conocer Infobae, el macrismo pretende ungir a Darío Nieto, legislador porteño y dirigente íntimo de Mauricio Macri, como vicepresidente 1° de la Legislatura. Si bien la Vicejefa de Gobierno electa, Clara Muzzio, tendrá la prerrogativa de presidir las sesiones del Poder Legislativo, el vicepresidente 1° es quien reúne las herramientas institucionales para manejar la agenda y las palancas del parlamento porteño.
El nombre de Nieto es resistido por el radicalismo, un sector del PRO, así como también, conforme averiguó este medio, por el Frente de Todos (15 bancas) y la izquierda (3 legisladores). Es decir, por estas horas no logra los 31 votos para ser designado. Rodríguez Larreta le manifestó a Jorge Macri que pretende que Emmanuel Ferrario, legislador y dirigente de la mesa chica del larretismo, continúe como vicepresidente 1°. Otros nombres en danza para ese rol son los legisaldores Sergio Siciliano, que reporta Vidal, Matías López, del riñón de Santilli, y Paola Michielotto, ligada a Ritondo. En tanto que la espada legislativa de Bullrich será Juan Pablo Arenaza, aunque de momento no se baraja como opción para conducir el Legislativa.
Jorge Macri explora de forma subterránea un acuerdo con el bloque libertario. No necesariamente se traducirá en cargos o lugares. El primo del ex Presidente busca tener affectio societatis con los legisladores de Milei a fin de conseguir los números para poder legislar -y ante la posible reconfiguración del mapa político a nivel nacional-. De momento, La Libertad Avanza mantiene cautela. Según pudo conocer este medio, si JxC no logra la continuidad de Ferrario ni se impone una figura clara del PRO, los libertarios buscarán impulsar a Eugenio Casielles, dirigente con habilidad política para articular con todos los bloques, para la Vicepresidencia 1° o para alguno de los otros roles consignados para la autoridades de la Legislatura.
La discusión está trabada y esa dificultad impide avanzar en acuerdos imprescindibles para la gobernabilidad de Jorge Macri. El Jefe de Gobierno requiere de una persona de su confianza para estar al frente de la Legislatura, aunque también de un dirigente con la capacidad suficiente de articulación política como para imponer su agenda parlamentaria. Otra incógnita a resolver, que estará sujeta a negociación política, es quién ocupará la presidencia del interbloque oficialista y de las comisiones. De todos modos, la unidad de la bancada dependerá del futuro de JxC a nivel nacional, que está atado a la elección presidencial.