A partir de hoy restan sólo tres semanas para el balotaje y, si se excluyen los tres días de veda, 19 días de campaña. Contrarreloj, Javier Milei buscará reiniciar la campaña después de una semana difícil, donde se vio obligado a avanzar sin vacilar en un acuerdo con el PRO de Mauricio Macri y Patricia Bullrich a pesar de que sabía que provocaría ruidos internos. Y donde cometió un error no forzado al mostrarse muy inestable en una entrevista que llegó a tener repercusión internacional por sus características desopilantes.
Ahora, el candidato libertario se encuentra frente al desafío de contentar a la dirigencia; retener a los votantes propios; y, al mismo tiempo, seducir al mayor porcentaje de los que se inclinaron por Patricia Bullrich o bien no fueron a votar. En el espacio, naturalmente, dicen que tienen posibilidades serias. Pero quedaron muy lejos los aires triunfalistas que se impusieron durante la totalidad de la carrera hacia las Generales, antes de que Sergio Massa se quedara con el primer lugar y LLA se estancara en el 30 por ciento que había obtenido en las Primarias.
Además, Milei debe lidiar con los ruidos que se produjeron con los dirigentes de las filas propias en la provincia de Buenos Aires e incluso en el ámbito nacional. Los más fieles, a pesar de los resquemores, siguen a su lado y en la cúpula creen que ya quedaron contenidas las dudas de los propios sobre la repartición de cargos en un eventual co-gobierno. Al menos hasta la elección. La clave fue postergar cualquier definición al respecto.
Ayer habló por primera vez después de que se selló el pacto LLA-PRO Victoria Villarruel, la compañera de fórmula de Milei, que había puesto -en privado- reparos a la llegada de Bullrich. Especialmente, por la posibilidad de que la ex candidata vaya a exigir -o le hayan prometido- poder de decisión sobre las áreas de Seguridad, Defensa y Justicia. Exactamente los sectores sobre las cuales, estaba decidido hasta las Generales, la postulante a vice del espacio de derecha tendría total ascendencia.
En una entrevista con radio Rivadavia, Villarruel remarcó el concepto sobre el que vienen machacando desde hace semanas en LLA: que no se está hablando de cargos. Sin embargo, dejó en claro que esas áreas quedarían en sus manos: “Javier me encargó el área de Defensa y Seguridad, así como ciertas cuestiones relacionadas con estos temas de otros ministerios. Llevo meses trabajando en la tarea de integrar estas áreas con personas capacitadas que no tengan compromisos con el gobierno actual”, sostuvo.
Aunque al final, intentó dar el tema por terminado hasta el final de noviembre. “Podemos consensuar áreas políticas, pero no es algo que se haya discutido esta semana. Me he reunido con líderes del PRO, pero no hemos hablado de esto, ya que nuestra prioridad inmediata es garantizar la fiscalización”, remarcó.
A diferencia de Villarruel, que pertenece a su riñón, hay muchos candidatos que resultaron electos a los que Milei ni siquiera conoce, porque se integraron a través de sus armadores, ya sea en el interior o en el territorio bonaerense, y que podrían ceder ante la seducción de la dirigencia peronista que maneja Sergio Massa. El jueves arreciaron los rumores de que un grupo de legisladores electos de la PBA estaban próximos a abandonar el barco. Y si bien esto finalmente no ocurrió y hasta se desmintió, Milei desconfía de su fidelidad y trata de encontrar a los responsables de los trascendidos.
Errores no forzados
Mientras se dedican a reducir daños colaterales políticos, los libertarios están enfocados como nunca en no repetir errores no forzados. Vienen haciendo este esfuerzo desde hace semanas, inclusive antes de las elecciones. Por ejemplo, habían designado a un puñado de voceros para que hablaran en nombre del espacio. Pero después ocurrió el caso de la diputada Lilia Lemoine, que se tranformó en el chivo expiatorio de la derrota por su proyecto sobre la renuncia de la paternidad. Y esta semana fue el propio Milei quien protagonizó un gaffe de enormes proporciones, cuando se mostró muy inestable en una entrevista con A24.
Nadie en el espacio se atreve a culparlo. “Estaba cansado”, lo excusan distintos referentes. Pero por lo bajo, refunfuñan. “Vamos a tratar de minimizar los errores comunicacionales que hubo, en algunos casos por todos conocidos”, explicó un referente libertario. Y, en el caso del propio Milei, agregó: “No lo justifico, pero esto es muy desgastante para cualquier ser humano. Son muchas las horas de exposición, y todos en algún momento tenemos un exabrupto”, dijo.
De ahora en más, los libertarios tratarán de medir cada paso con extremo cuidado, e insisten en que Milei y Bullrich harán campaña por separado. Sin embargo, ayer por la tarde ambos coincidieron en lanzar exactamente la misma crítica al Gobierno, cada uno por su lado. La ex ministra de Macri publicó un mensaje en la red social X donde contó que había ido a cargar nafta y no había podido por los faltantes en el sector. Mientras que el candidato presidencial difundió una serie de fotos en una (otra) estación de servicio. “El modelo de la casta siempre termina igual: con escasez o aumento de precios”, dijo. En LLA no desmienten que vayan a coordinar los mensajes. Pero remarcan que no habrá fotos ni recorridas ni conferencias de prensa conjuntas.
Además de recorrer el territorio, sus diputados y senadores electos empezaron a tender puentes con “el otro lado” (aunque primero tuvieron un cónclave conjunto entre sí mismos, porque no tienen un vínculo aceitado, y muchos se conocieron en persona recientemente). Ya empezaron a hablar con referentes legislativos de otras fuerzas, especialmente el PRO, con las que intentarán aliarse a partir del 10 de diciembre.
“No tenemos certeza sobre si vamos a tener un interbloque. Pero como mínimo va a haber mucho diálogo y facilidad de consenso para proyectos donde tengamos similitudes de ideas para replantear lo que haga falta para el país”, dijo uno de los diputados electos. Mientras que un senador electo agregó: “Todos los senadores con mandato hasta el 25 o el 27 van a tener que acompañar nuestras reformas. Estamos en una crisis profunda. Vemos un Congreso donde ninguna fuerza va a tener una mayoría automática. Pero no funciona con la matemática que hacen los periodistas, no es uno más uno”, sostuvo.