“Se rompió todo y ahora empieza otra historia”. Lo que se rompió en mil pedazos fue el escenario electoral y la historia que comienza es la del tercer tramo de la campaña peronista. La frase corresponde a un ministro nacional que tiene diálogo fluido con Sergio Massa y que entiende, como todo el peronismo, que en estas semanas que quedan por delante se juega un partido nuevo.
Nadie esperaba que el ministro de Economía saliera primero, ni que obtenga 4.500.000 millones de votos más que en las PASO, ni que le saque 7 puntos de diferencia a Javier Milei. Las tres cosas sucedieron y modificaron el escenario tentativo previo a las elecciones generales, donde Massa aparecía en un segundo lugar, debajo del líder de La Liberta Avanza (LLA).
El tercer capítulo de la historia electoral que empieza hoy ya tiene una parte escrita. El peronismo se volcó con fuerza al territorio como no lo hizo antes de las elecciones primarias y el movimiento dio resultado. Entonces, se volverá a repetir. Massa necesita que los gobernadores e intendentes vuelvan a jugar a fondo. Y, sobre todo, Axel Kicillof, que traccionó miles de votos en Buenos Aires, una de las bases del triunfo nacional.
“El domingo ganó el territorio y la militancia. Ganó lo que no tiene Milei. La disconformidad de las redes no ganó la elección. No es todo tik tok. Y eso es lo que vamos a seguir haciendo hasta el balotaje”, resaltaron en el búnker oficialista. Casa por casa. Barrio por barrio. Esa idea de militancia marcó el pulso de la campaña y dio resultado. Volverán a transitar el mismo camino.
En el mundo libertario hay quienes creen que Massa tocó su techo electoral el último domingo y que parte de la transferencia de votos opositores a su candidatura ya se concretó. Entienden que el descenso de Patricia Bullrich de 28 a 23 puntos fue capturado, en un porcentaje importante, por el ministro de Economía. Creen que fueron votos radicales, por lo que en el momento del balotaje no se sumarán sobre la nueva base de 37 puntos que obtuvo.
“Tienen un gran desconocimiento de cómo funciona la política. Hablar de techo cuando un candidato recuperó 10 puntos para entrar a un balotaje, es una burres fenomenal. En las próximas semanas van a estar desesperados pensando cómo y de dónde sacar votos”, analizó un funcionario nacional del massismo.
En el búnker de UP tienen en claro que los sectores donde más votos pueden rescatar son los que representaron Juan Schiaretti y Myriam Bregman. El peronismo cordobés y la izquierda. El primero obtuvo el 6,78% de los votos, mientras que la segunda sacó el 2,70%. En total son 2.494.247 votos, según el recuento provisional, que Massa irá a buscar.
La búsqueda de esos votos se inició la misma noche del triunfo cuando decidió hablarles “a los votantes de Juan y Myriam”. El ministro tiene en claro que esos votos son determinantes para poder llegar a la Casa Rosada y que tiene margen de acción para poder cautivarlos. Entiende que, frente a Milei, es una mejor opción para aquellos que no lo acompañaron pero para los que el libertario parece ser un límite.
También irá a la búsqueda de los votos del radicalismo. Los dirigentes de la UCR ya debaten en silencio qué hacer el 19 de noviembre. “Los radicales comparten con nosotros los mismos valores democráticos”, fue el mensaje del candidato presidencial al electorado opositor. Empezó el juego de seducción. Como adelantó Infobae, la primera línea del partido se reunirá el próximo miércoles para debatir lo que pasó y lo que pasará.
La idea de polarizar con el líder de LLA permanece intacta. Como es lógico, se profundizará en los próximos días. Más que nunca los voceros del peronismo hablarán “del abismo o la estabilidad, el orden o el caos, la esperanza o la bronca”, como definieron algunos de ellos en la noche de festejo que se vivió en el Complejo C.
En el búnker peronista anticipan un “balotaje parejo” y resaltan que lo importante para los días que vienen es seguir contando las medidas que tomaría Massa en un eventual gobierno. No enojarse, no salir del eje de propuestas ni convertir la polarización en una grieta. Es un camino fino por el que debe transitar. Un delicado equilibrio que salió bien en el segundo tramo de la campaña y que aspiran a repetir. “Hay que dar un paso más y mostrar nuevas propuestas”, aseguran.
En el peronismo sostienen que hacia adelante “la discusión económica no está más”. Es decir, que el impacto real de la inflación, la devaluación y el aumento del dólar blue ya fue absorbido. No es un problema para esta instancia de la campaña. Así lo pensaban antes de la elección general y lo reconfirmaron después del domingo. Lo que se discute es el modelo de país y las propuestas. Esa será la cancha del último partido.
En las próximas horas los principales dirigentes que trabajan en la campaña se reunirán para empezar a evaluar cómo votaron las millones de personas que se incorporaron respecto a las PASO, y si hubo migración de votos entre los candidatos en las horas previas a la elección. Datos precisos para trazar la nueva estrategia. No hay demasiado margen de acción porque la campaña será corta e intensa.
Otra de las cosas que quieren ver con más detalle es cuántos votos que acompañaron a Bullrich pueden ser capturados por Milei. Entienden que será cerca del 10 o 12%. El voto duro y antikirchnerista que, de antemano, tenía decido votar al libertario si la candidata del PRO se quedaba en el camino.
“Hay que salir a la calle a juntar votos. De a uno. Quedó demostrado que esta campaña es de conversación. Hay que hablar con la gente. Primero eso, después ver si se suman dirigentes de otros espacios. La gente se sacó de la cabeza el miedo y quiere elegir un presidente. Eso lo favorece a Sergio”, analizó un influyente intendente del conurbano bonaerense.
Massa empezó a desandar los últimos metros hacia la Casa Rosada. Tiene poco más de 20 días para convencer a una mayoría. En el peronismo el optimismo creció exponencialmente. La incertidumbre del fin de semana desapareció por completa en la noche del domingo. Se resetearon. Ahora las dudas quedaron sepultadas y creen que la presidencia no se les puede escapar de las manos.