El silencio ensordecedor que habitaba en el búnker de Juntos por el Cambio (JxC) se rompió intempestivamente a las 21:45 con música de Tan Biónica. Con los resultados nacionales confirmados, que dejan a Patricia Bullrich afuera del balotaje y muestran un crecimiento de Sergio Massa, el orador que emergió de pronto fue Jorge Macri. El primo del ex presidente encabeza la elección a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, supera el 49% de los votos y se acerca a ganar en primera vuelta contra Leandro Santoro de Unión por la Patria (UxP). En la coalición optaron por esa salida ante la falta de reacción por el escrutinio nacional.
Recién 22:20 irrumpió Bullrich en el escenario, acompañada por toda la dirigencia nacional. “No pudimos cumplir el objetivo”, sostuvo la dirigente ante el aplauso de la militancia. “Nunca vamos a ser cómplices del populismo en Argentina. Desde el lugar que me toque, no me voy a rendir nunca”, agregó. Sobre el final, aseguró que los valores de JxC “no están a la deriva, no se vende ni se compran”, y concluyó: “Vamos al cambio siempre que Argentina lo necesite. Seguro que vamos a volver a tener una oportunidad”.
Hasta que se conocieron los primeros datos oficiales, el clima de desazón comenzó a ganar terreno en el búnker de JxC, montado en el Goldencenter de Parque Norte. Las noticias que llegaban de los fiscales partidarios en los distintos puntos del país marcaban datos desalentadores. No sólo eso, sino que sorprendentes: el ministro de Economía arrojó un crecimiento que lo llevó a liderar la elección con 36% de los votos, relegando a Javier Milei, que había sido el fenómeno de las PASO, a un segundo lugar, lejos, con 30%. Mientras que Bullrich perforó el 28% del 13 de agosto y pelea por llegar al 24 por ciento.
El escenario de derrota dio las primeras señales a las 20. El centro de cómputos instalado en uno de los salones de Parque Norte indicaban números impensados para Bullrich. Las mesas testigo daban cuenta de que JxC no había logrado crecer en las provincias que esperaban mejorar, sino que, por el contrario, les había costado mantener el caudal de las PASO. En cambio, Massa cosechaba números muy por encima de las primarias en distritos como Mendoza, Santa Fe, el Norte y, sobre todo, la provincia de Buenos Aires.
En paralelo, Jorge Macri se entusiasmaba con el escrutinio porteño, que los ubica en las puertas de evitar el balotaje. Minutos después de las 20, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y el equipo de campaña del primo del ex Presidente ya se encontraban en el búnker de Parque Norte. De hecho, Fernando De Andreis, jefe de campaña, fue el primero en hablar ante la prensa. Apenas después de las 19, el ex secretario general de la Presidencia detalló que la elección de CABA se había realizado con normalidad y que tenían datos positivos. La información se corroboró tres horas después y le facilitó a JxC una excusa para romper el silenzio stampa en el que se hundían a medida que llegaban las planillas de los fiscales de todo el país.
Durante la tarde, el entorno de Bullrich fue cauto ante las consultas de la prensa. Incluso, hubo sigilo para responder consultas en off the record. Recién a las 20:40 la ex ministra arribó al búnker. Casi en simultáneo llegó Néstor Grindetti, candidato a gobernador bonaerense de JxC. Al llegar, la candidata presidencial saludó a los dirigentes presentes y se recluyó en la sala preparada para ella y su mesa chica.
- ¿Va a hablar Patricia? -, preguntó un periodista a uno de los dirigentes más íntimos de Bullrich.
- No sabemos todavía -, respondió el asesor bullrichista.
Los únicos dirigentes que concedieron declaraciones a la prensa, además de De Andreis, fueron Damián Arabia, candidato a diputado nacional y armador bullrichista, Martín Yeza, intendente de Pinamar y candidato a diputado nacional, Karina Banfi, diputada radical, y Maximiliano Abad, candidato a senador nacional por Buenos Aires. Luego, primó el silencio y un clima de desconcierto.
Jorge Macri fue acompañado en el escenario por la plana mayor de JxC. Desde Mauricio Macri, Larreta, Vidal y Maximiliano Ferraro. Aunque ninguno emitió sonido. Improvisaron sonrisas y gestos de algarabía alzando las manos. La militancia aplaudía y trataba de inyectar épica. Sin embargo, el discurso fue breve, centrado en CABA y se limitó a decir que “los resultados nacionales no son los que esperábamos”. A las 22, la tarima volvió a quedar vacía ante la expectativa de un posible discurso de Bullrich que intente explicar los porqués del resultado menos esperado para su espacio político.