La expectativa estaba en el aire. Las personas que se acercaron a votar al colegio Balmoral de Banfield, lugar de votación del ex jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde, se hacían con cierta sorna una sola pregunta: ¿vendrá hoy a votar? Envuelto en la espiral que desencadenó su escandaloso viaje a Marbella con una modelo e investigado por la Justicia por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, finalmente el intendente de Lomas de Zamora -en uso de licencia- no se hizo presente en su mesa.
El clima en el establecimiento educativo de la calle Manuel Castro 1536 fue tranquilo. El padrón, hora a hora, se fue completando de un modo fluido. Los pasillos se llenaron de vecinos: hijos y abuelos, jóvenes y adultos a la espera para entrar en el cuarto oscuro y elegir entre las cinco listas presidenciales. Pero a pesar de la normalidad de la jornada, una inquietud sobrevoló con insistencia las conversaciones, sobre todo en la mesa 593 donde suele votar el ahora ex candidato a primer concejal por Unión por la Patria en Lomas de Zamora, quien luego de la irrupción de las imágenes subidas por Sofía Clerici a bordo del yate “Bandido”, se vio forzado a renunciar a todo intento electoral.
“¿Están esperando a Martín? Suele venir temprano a votar, así que no llegó hasta ahora es que ya no va a venir”, comentó al pasar una vecina a la comitiva de periodistas y fotógrafos apostados a la entrada adoquinada del Balmoral College. La pregunta se repitió con cierta frecuencia entre los presentes. Algunas personas, incluso, se animaban a contestarla: “¿Insaurralde? Olvidate, hoy ni aparece. En el barrio se lo busca, pero está perdido en combate”.
El ex jefe de Gabinete del gobernador Axel Kicillof recibió recientemente dos denuncias en su contra que acumuló el juez federal de Lomas de Zamora, Ernesto Kreplak. En ese expediente, hoy bajo secreto de sumario, quedó imputado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito. El ojo judicial está puesto -entre otras cosas- en averiguar el origen de los fondos que utilizó el intendente de Lomas de Zamora -hoy reemplazado interinamente por Marina Lesci- para costear el viaje por las aguas del Mediterráneo. Bajo la mira del fiscal Sergio Mola, además, están la modelo que la acompañó en esa travesía y su exesposa Jésica Cirio, ambas imputadas en la causa.
“¿Y…ya apareció?, preguntó a Infobae con tono irónico un votante de 50 años que, por su apellido, compartió mesa de votación con los Insaurralde. “No va a venir, pero si me equivoco, decile de parte de los vecinos que devuelva toda la guita”, deslizó al salir del colegio de la mano de su hija adolescente. Al rato se acercó otra votante con la misma incógnita: “¿Ya dio la cara?, necesito saberlo porque jugué una apuesta con mi marido y yo dije que no venía”.
El sacudón político que provocó el “yategate” llevó a que el juez Kreplak tomara una serie de medidas para averiguar la evolución patrimonial de Insaurralde, Cirio y su reciente pareja Clerici. Con ese fin, solicitó las declaraciones juradas y los recibos de sueldo del político lomense desde que ingresó a la función pública. También le pidió informes a la AFIP, al Banco Central, a la CNV y a una docena de organismos públicos. A la Unidad de Información Financiera (UIF), en tanto, le requirió documentación para determinar si hubo reportes de operaciones sospechosas en España, donde se originó el escándalo, y en Uruguay, donde el matrimonio Insaurralde-Cirio se habría abierto una cuenta bancaria en el marco de su divorcio.
Pero el impacto fue más que judicial. En las arenas de la política, el ex funcionario bonaerense salió de la escena electoral y generó que su delfín político, Federico Otermín, que busca sucederlo como intendente en Lomas, bajara el perfil de su proselitismo en el distrito. Otermín es el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, donde también se desató por estos días otro centro de tormenta vinculado a Julio “Chocolate” Rigau, detenido en un cajero cercano a la legislatura, en La Plata, mientras extraía dinero de 48 tarjetas de débito pertenecientes a supuestos empleados del órgano legislativo.
La duda sobre la aparición de Insaurralde en el barrio de Banfield se fue diluyendo con el correr de las horas. La expectativa, si bien grande desde la apertura de los comicios, fue dejando lugar a una certeza sobre el cierre de la jornada. Ya para los últimos minutos de la votación, entre los votantes que llegaron apurados para emitir su voto se reiteró una sentencia: “No viene eh, Martín hoy ya no viene”.