Sonrisas. Caras de alivio y prudente silencio. Tal vez exagerado. Los dirigentes y funcionarios de Unión por la Patria que hablaron en el búnker del Complejo C, del barrio porteño de Chacarita, transmitieron imágenes y mensajes desprovistas de nerviosismo. Aunque evitaron transmitir euforia, sus palabras exponían la seguridad de que los datos que llegaban desde las mesas de todo el país estaban en línea o por encima de las expectativas.
Minutos antes de las 20, ya eran ocho las duplas de voceros que hablaron ante los medios de comunicación que cubren en las carpas montadas sobre la Avenida Corrientes las alternativas de unas elecciones que prometían ser reñidas y con final abierto. De afuera se escuchan los bombos y los cánticos de la militancia. Sin dudas, hay algarabía.
Era un clima que se transmitía y que crecía tras la llegada de Axel Kicillof y, luego, de Sergio Massa.
Uno de esos voceros fue el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, que manifestó: “Quiero felicitar a nuestro pueblo, se consolida la democracia argentina, ha crecido el número de votantes con respecto de las PASO. Felicitar también a todos los que han trabajado en esta elección, a las autoridades de mesa, a los fiscales, a todos los que de alguna u otra manera han participado”.
“Tenemos que esperar, estamos recibiendo información de nuestros fiscales pero todavía es muy pronto así que bueno, con tranquilidad a celebrar esta jornada de fiesta democrática”. A su turno, la Secretaria de Abordaje Integral del Ministerio de Desarrollo dijo: “Queremos ser prudentes, nos están llegando los primeros datos, pero estamos convencidos que tenemos que esperar a tener mejores resultados para poder tener datos concretos y poder tener respuestas concretas”.
Fueron dos de los que dieron las primeras pistas de que la información que les llega de las mesas son positivas y que la posibilidad de ir a una segunda vuelta, eventualmente con Javier Milei, está tomando a esta hora más fuerza.
Massa está previsto que llegue en torno a las 19, después de haber pasado un día con la familia y de haber cumplido los rituales de cada una de las elecciones en las que participa. Esta vez, tuvo una particularidad: su hija, Milagros, fue autoridad de mesa. A media mañana votó junto con su esposa, Malena Galmarini, y su hijo Tomás, y luego se fue a la casa de sus padres, donde compartió el típico almuerzo de lasaña.
Al búnker que está en la avenida Corrientes y Dorrego llegó primero Axel Kicillof y luego Sergio Massa. Son los dos protagonistas centrales que tiene esta elección para la coalición de gobierno de Unión por la Patria. Que en las PASO temió llegar al abismo y confía en haber recuperado una fortaleza perdida.