En La Libertad Avanza (LLA), con Javier Milei a la cabeza, trataron de despegarse con firmeza, durante las últimas 48, de los dardos que lanzó el intelectual liberal Alberto Benegas Lynch contra el Papa en el cierre de campaña del miércoles, y sobre todo, de su planteo de que la Argentina debería “romper relaciones con el Vaticano”. Enfrentados a una serie de cuestionamientos de la oposición, y conscientes de que la relación con Francisco es delicada, lanzaron un operativo de desvinculación, tanto a través de declaraciones públicas como de aclaraciones en privado a referentes religiosos y políticos del propio frente y de otros.
Los teléfonos de varios de los principales dirigentes y técnicos de LLA se llenaron de chats y llamados durante el jueves posterior al acto del Movistar Arena, en referencia a las declaraciones del académico liberal. Y entre los máximos dirigentes se impuso un malestar difícil de canalizar internamente. Todos coinciden en estimar a Benegas Lynch y saben del altísimo afecto que le tiene Milei. Pero admitieron que sus comentarios fueron, al menos, poco atinados, sobre a cuatro días de las elecciones generales del domingo. “Fue un exabrupto. Somos disruptivos, pero eso no da para decir cualquier cosa”, deslizó un dirigente que tendrá un lugar de peso en un posible gobierno libertario.
El nivel de inquietud interna quedó demostrado en la jerarquía de los encargados de explicar. Los propios Milei y su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, salieron a asegurar, con todas las letras, que romper relaciones no es un plan propio, algo que también Benegas Lynch había dicho durante su discurso, pero que no sirvió para aplacar para aplacar los ánimos después. En resumen, plantearon que la ruptura de relaciones con el Vaticano no es una propuesta del espacio y señalaron que fue un planteo absolutamente individual del prestigioso académico, admirado y alabado por el candidato libertario.
“No, eso no es así”, dijo Milei al día siguiente del acto en Villa Crespo, ante una pregunta en Crónica TV, donde también reconoció la importancia de la Iglesia en el país. Sin embargo, intercaló en su explicación un cuestionamiento al periodismo y deslizó, brevemente, una nueva crítica a la institución. “La verdad es que es una forma maliciosa que usan los medios para hacer este tipo de cosas. Fue parte del discurso de Alberto Benegas Lynch hijo, fue una declaración a título personal. No está en los planes. Alberto es un intelectual, y los liberales no somos manada. Hace tiempo que la Iglesia viene agrediéndonos de manera sistemática. Y nosotros entendemos que la Argentina es un país católico, con fuertes vínculos con la Iglesia. Sería una irresponsabilidad de mi parte hacer algo de esas características”, sostuvo Milei.
Además, repitió, como en otras ocasiones, que en caso de que el Papa quisiera venir al país durante una eventual presidencia libertaria, estaría dispuesto a recibirlo “con los honores propios de un Jefe de Estado y con el reconocimiento de que es el líder espiritual de los católicos”.
Villarruel siguió la misma línea, pero por radio, y con algo más de firmeza. “Me sorprendió, porque no es el momento de plantear este tipo de cuestiones. Tampoco creo que las declaraciones, tanto de Javier como de su Santidad, tengan la relevancia como para llevar a una suspensión de las relaciones con el Vaticano, que tienen un componente en lo religioso y en lo político, a nivel mundial. No concuerdo con esas declaraciones, ni era el momento”, lanzó.
Diana Mondino, la empresaria que Milei planea designar como Ministra Relaciones Exteriores justo tenía previsto de una charla en la Universidad Austral al día siguiente del cierre de campaña. Y allí, por Zoom, planteó: “No se puede confundir la opinión de una persona, por valiosa que sea, con una política de largo plazo de una República que vive en democracia (...). Las relaciones con el Estado del Vaticano continurán de forma habitual (...). Adicionalmente, el Papa es el máximo dirigente de la religión católica en un país donde una sustancial mayoría profesamos esa fe, dentro de los cuales me incluyo”, expresó en ese momento.
En LLA dijeron que los líderes no hablaron con la prensa específicamente para esclarecer el tema. “Las entrevistas ya estaban previstas desde antes. Lo que hicieron, tanto Victoria como Javier, fue responder con una opinión ante una pregunta inevitable. La opinión de Alberto era suya y no hubo necesidad de disculparse, ni mucho menos”, dijeron en el entorno del candidato.
Por ahora no dejaron trascender oficialmente, ante una consulta de Infobae, si hubo algún contacto con referentes de la iglesia en el país o con el propio Vaticano. Aunque en off the record, uno de los dirigentes de la cúpula libertaria dijo que tuvo llamados de su parte. Otro negó que tal cosa haya ocurrido. “No es necesario, ya nos expresamos públicamente”, lanzó.
El discurso de Benegas Lynch cayó como un balde de agua fría en el espacio de derecha, donde ya se habían visto obligados a aclarar repetidamente las críticas que había deslizado Milei contra el Papa antes de ser candidato, pero también en plena campaña, cuando dijo en la difundida entrevista con el periodista estadounidense Carlson Tucker: “El Papa juega políticamente, es un Papa con fuerte injerencia política. Ha demostrado además una fuerte afinidad con dictadores como Castro o como con Maduro. Es decir, está del lado de dictaduras sangrientas. Tiene afinidad por los comunistas asesinos. De hecho, no los condena y es bastante condescendiente con ellos. También es condescendiente con la dictadura venezolana. Es decir, él es condescendiente con todos los de izquierda aun cuando sean verdaderos criminales. Eso es un problema”.
Luego de aquellas definiciones, se vio obligado a retractarse. Dos semanas después del diálogo con el ex integrante de la cadena FOX, Milei aprovechó el primer segmento del debate presidencial para mostrarse arrepentido. Lo hizo ante una chicana cantada de su competidor de Unión por la Patria, Sergio Massa. Pero deslizó que se lamentaba específicamente por sus opiniones previas a candidatearse. “Mis afirmaciones fueron hechas en otro contexto, cuando no estaba en política. Y yo había pedido perdón por eso. Cuando me equivoco, no tengo problema en repetir que estoy arrepentido por ello”, sostuvo.
Esas aclaraciones no sirvieron para aplacar la molestia en el Vaticano. Antes incluso de que Benegas Lynch hablara, el Papa se refirió indirectamente a Milei, en un diálogo con la agencia estatal Télam, donde deslizó: “Les tengo miedo a los flautistas de Hamelin (...). Todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo”, dijo. Sus palabras fueron reproducidas en medios de distintos países, y en varios casos fueron relacionadas con el candidato más votado en las PASO, inclusive en los títulos de los articulos. Si Milei se impone en los comicios del domingo, una de las tareas de sus representantes diplomáticos, probablemente, será recomponer relaciones con el propio Vaticano.