El gesto duró apenas segundos pero se observó con claridad. Mientras finalizaba la foto grupal del III Foro de la Franja y la Ruta que se celebra en Beijing, Alberto Fernández se acercó con una sonrisa a Vladimir Putin, con la intención de estrecharle su mano al hombre de Estado que es repudiado por la comunidad internacional -incluso ha sido la postura oficial argentina- tras la invasión a Ucrania.
Las imágenes fueron capturadas por el sitio Russia Today (RT). Allí se aprecia el instante en que Putin se gira para dirigirse a sus pares y lo ve a Fernández, que aprovecha esa situación para darle un saludo al mandatario ruso. En la misma secuencia, otros jefes de Estado, entre ellos el presidente chino Xi Jinping, se acercaron a Putin y al gobernante de la República Popular China.
No fue el único momento en el que quedó de manifiesto la sintonía con Moscú. Durante su discurso inaugural en el foro, Fernández agradeció a China por el apoyo financiero brindado a su nación y celebró la inclusión de Argentina en el grupo BRICS. Lo llamativo fue una mención explícita, en tono de elogio, que le hizo a Putin.
“Celebro también la propuesta que ha hecho el presidente Putin para trabajar en los BRICS y mejorar la comunicación entre los países”, puntualizó.
El saludo entre Fernández y su par ruso tuvo lugar este miércoles en Beijing, en las primeras horas del día en Argentina. Los dos presidentes viajaron junto a otros jefes de estado invitados a la capital china para participar del III Foro de la Franja y la Ruta de la Seda, que conmemoró su décimo aniversario. Todo sucedió mientras el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden acababa de visitar Israel para darle respaldo a ese país en su batalla contra el grupo terrorista Hamas.
Desde que estalló la guerra en Ucrania, el vínculo bilateral entre Argentina y Rusia se redujo a su mínima expresión. Poco antes de iniciarse el conflicto, la política exterior de Fernández había mostrado una fluida cooperación por la compra de las vacunas Sputnik V contra el COVID-19 e, incluso, el jefe de Estado le ofreció a Putin que Argentina “sea la puerta de entrada” de Rusia a América Latina. Todo pasó a archivo desde que el Gobierno condenó el ataque perpretado por Moscú y apoyó la defensa del presidente ucraniano Volodímir Oleksándrovich Zelenski.
Actualmente, el escenario de operaciones en el este de Europa pasó a un segundo plano a partir del accionar terrorista del grupo fundamentalista Hamas y la respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza.
Putin viajó a la capital asiática en calidad de invitado de honor de su homólogo Xi Jinping. Ambos países están alineados para contrapesar la influencia de Estados Unidos y de las potencias europeas occidentales en la transición hacia un nuevo orden multipolar, con el bloque Brics como plataforma de lanzamiento.
El Gobierno apoya la política que lleva adelante el organismo de países emergentes, encabezado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y al que pretende sumar a Argentina a partir del 1 de enero junto a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán y Egipto. Alberto Fernández destacó en Beijing “el respaldo que hemos recibido para unirnos a los BRICS es un reflejo del multilateralismo que compartimos y de nuestro anhelo por un mundo más equitativo y justo”.
Desde la perspectiva oficial, el acercamiento a este polo de poder geopolítico sirve a los intereses de financiamiento y de impulso a obras de infraestructura con aval de China, uno de los socios estratégicos comerciales principales del país. Además, desembarcó recientemente al Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics (NDB), Dilma Rousseff, otra aliada del espacio político de Unión por la Patria. La entidad financiera comandada por la ex presidenta brasileña es otra alternativa para conseguir divisas y proyectar inversiones. Durante su estadía, Alberto y Dilma mantuvieron un encuentro bilateral y formalizaron el pedido de ingreso del país a dicha banca.
En su discurso, Alberto Fernández también celebró la ampliación del segundo tramo del acuerdo swap con China, que pasó de 5.000 a 6.500 millones de dólares, equivalentes a 47.000 millones de yuanes. “Esta noticia es el fruto de cuatro años de esfuerzos para fortalecer los lazos con China. En momentos de dificultad, el Gobierno de Xi Jinping ha demostrado gran generosidad y atención hacia nuestras necesidades. Nuestra gratitud se extiende a todo el pueblo chino”, puntualizó.
El país tiene rubricados varios compromisos con la República Popular China, que entrarán en una zona de incertidumbre si se produce un cambio de gobierno hacia un signo político opositor a partir del 10 de diciembre. Junto el apoyo por el “swap”, Xi Jinping aporta respaldo financiero para obras de infraestructura estratégica, que consta de dos tramos: uno ya aprobado por 14.000 millones de dólares -acordado en la V Reunión del Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica (DECCE)- y un segundo paquete por 9.700 millones de dólares.