En un nuevo mensaje de alerta sobre la situación política, uno de los brazos laicos de la Iglesia Católica se pronunció ante las próximas elecciones del 22 de octubre. La Comisión Nacional de Justicia y Paz (CNJyP), que depende de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), convocó a las fuerzas políticas y candidatos a generar “espacios de diálogo” y a lograr un “acuerdo político, social y económico de gobernabilidad”.
“A poco de cumplirse 40 años de la recuperación de la democracia y del estado de derecho, reiteramos nuestra disposición, en actitud de escucha, para promover y facilitar el diálogo entre las fuerzas políticas y sociales con el objetivo de que se alcancen los acuerdos que nuestra Argentina necesita”, expresó la entidad a través de un comunicado titulado “Votar por la Justicia y la Paz”.
El texto está encabezado por una cita del Papa (Fratelli Tutti, 198-224), donde señala que “la construcción de la paz social de un país es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos“, sostuvo el comunicado. “En estos tiempos en nuestra Patria, en América Latina y en el mundo, el diálogo y la escucha deben convertirse en instrumentos permanentes de justicia y paz, fortaleciendo la amistad social”, expresó Francisco I.
La CNJyP, integrada en su mayoría por laicos y especialistas del derecho, remarcó como concepto fundamental que “no hay verdadera libertad sin fraternidad, justicia social y paz”, en una mención crítica a las ideas que impulsa el candidato presidencial Javier Milei, aunque sin ninguna referencia explícita al libertario ni a ninguna fuerza política.
“Concurrir a votar en paz, el próximo 22 de octubre, será una contribución para afianzar una democracia que signifique ciudadanía plena, ejercicio de derechos, que asegure condiciones para el bienestar de nuestro pueblo, que supere la fragmentación, con sensibilidad social, que garantice igualdad de oportunidades, con independencia económica”, argumentó la institución.
En el fragmento más destacado del texto, el organismo de la CEA consideró “imprescindible” generar “espacios de diálogo y encuentro” que posibiliten “un acuerdo político, social y económico de gobernabilidad, más allá de cuál sea el resultado electoral”.
El texto además puntualizó que “el voto expresa la voluntad popular y exige a los candidatos que triunfen en la elección, disponerse a resolver los graves problemas que enfrentamos, con la cooperación y ayuda de todos los demás, bajo el principio de que nadie se salva solo“. Además, puntualizó en recordar que “es urgente devolver a la política, su carácter de ser una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien”.
La Comisión está integrada por creyentes y profesionales como Miryan Andújar, Verónica Chicón, Pablo Comeglio, Juan Luis Díaz, Norberto Liwski, Rita Meza, Pablo Narvaja, Nicolás Palma y Ayelén Tomasini. Desde 2021, se incorporaron Martha Arriola, el presbítero Hernán Martín, Laura Ranella, Mariana Roel, Juan José Sánchez, Alfonso Santiago, Mateo Schale, José Urtubey, Guillermo Valera y Alberto Vicenzi.
Esta agrupación realizó un diagnóstico preocupante sobre la actualidad política, en la que recuerda que hace 40 años, con la recuperación de la democracia y luego de “la noche más oscura”, se “soñaba con un ideal democrático con valores populares” que “garantizarían la igualdad, el desarrollo económico, la integración republicana de la Nación”.
Sin embargo, la entidad evaluó que “las pujas en lo económico y en lo político abrieron la puerta para una crisis de representación en las instituciones” junto con “un proceso de desintegración y fragmentación del cuerpo social”. Como consecuencia, la democracia “dejó de identificarse con la expresión de los intereses de las mayorías y del bien común” para pasar a ser “una herramienta condicionada por poderes minoritarios o corporativos”.
Después de las PASO, la Conferencia Episcopal ya había emitido una “declaración conjunta por un diálogo responsable y comprometido” después del batacazo electoral de Javier Milei que dejó en shock al círculo rojo. “El voto no es solo un acto de elección, también puede ser un llamado de atención”, subrayaron. “No hay país posible sin diálogo, tampoco hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto”, señaló la entidad, en alusión a la retórica que suele desplegar el dirigente libertario, y que entre sus injurias incluye como blanco al propio Papa Francisco.
“La existencia misma de la Nación como el ámbito fértil para el desarrollo de una vida en comunidad, que afiance los valores de la paz, de la igualdad, del trabajo, de la inclusión, de la justicia y de la equidad territorial para realizar juntos un proyecto en común, parece hoy amenazada”, lamentó.