El candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, confirmó anoche lo que venía pensando hace más de un mes. Proponer a Roberto Lavagna como uno de los hombres fuertes de su futuro equipo económico en caso de llegar a la Presidencia. Fue en la mesa de Mirtha Legrand y ocurrió el día después del anuncio que hizo Patricia Bullrich de presentar a Horacio Rodríguez Larreta como su eventual jefe de Gabinete.
Son movidas que se precipitan cuando apenas quedan seis días para las elecciones en las que se va a definir, el próximo domingo, mucho más que el nombre de quién estará a cargo de la primera magistratura de la Nación. Con el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, con una luz de ventaja pero lejos de ganar en primer vuelta, los escoltas mostraron el fin de semana el tono que tendrán los cuatro días que quedan de campaña. Es que el viernes, a las 8 de la mañana, empieza la veda y en ambos campamentos se medirán los movimientos del adversario.
Massa sorprendió anoche al nombrar al ex ministro y dos veces candidato a presidente pero se trata de una decisión que venía analizando con su equipo político desde hace semanas. A fines de setiembre, había trascendido que en el debate presidencial el candidato de Unión por la Patria iba a dar varias definiciones sobre su futuro elenco económico. Las versiones autorizadas hablaban de un rediseño, sin un súper Ministerio, pero con una figura fuerte que coordinara todas las áreas. También se conoció que el Banco Central sería conducido por un directorio en el que la oposición tuviera la mitad de las sillas.
Pasaron los dos debates, el de Santiago del Estero y el de la Facultad de Derecho de la UBA, y el ministro planteó varias propuestas, en materia económica, de seguridad, hasta declarar terrorista a Hamas, pero evitó hacer esos anuncios. Decidió guardarse esa carta para más adelante, tal vez para evitar que pasara inadvertido.
El ministro confirmó anoche que Lavagna tendrá un rol relevante: “Desde el 10 de diciembre, Roberto en lo que viene va a tener mucho que ver”. Pero evitó dar precisiones sobre cuál sería su rol, aunque sólo su nombre implica una fuerte definición política -por su distancia con el kirchnerismo- como también una definición económica -por su distancia de las ideas que propone Milei.
El entorno del ex ministro, tan hermético como el propio Lavagna, evitó hacer declaraciones y sólo se limitó a recordar el encuentro que ambos tuvieron después de que trascendiera el anticipo de Infobae sobre la integración de su futuro equipo económico. Lavagna, que tiene 81 años, se mantiene con bajo perfil desde el año pasado y sólo concreta encuentros con dirigentes políticos y del ámbito económico y empresarios con celosa reserva.
La presencia de su hijo, Marco Lavagna, como titular del INDEC y asesor de confianza de Massa -sobre todo en materia de relaciones con los organismos internacionales- es un dato insoslayable en el vínculo entre el líder del Frente Renovador y el ex candidato presidencial.
La posibilidad de que juegue un rol más activo en la campaña de Unión por la Patria está cifrada en una perspectiva de segunda vuelta: si efectivamente Massa supera a Patricia Bullrich y tiene que enfrentar a Milei, Roberto Lavagna podría dejar su bajo perfil.
Es que el ex ministro tiene un perfil industrialista, con un tipo de cambio competitivo y políticas activas de parte del Gobierno para lograr el desarrollo con equidad. Son posiciones económicas que están en las antípodas del modelo que propone el candidato libertario, que está a favor de la apertura, la dolarización y la eliminación del Banco Central.
Lo cierto es que Massa nombró a Lavagna como parte de los cambios que él pondría en marcha si llegara a la Presidencia. El nombre del ex ministro de Economía es también en términos políticos la incorporación de una figura que estuvo en la vereda de enfrente del kirchnerismo. Sin estridencias, siempre expresó posiciones políticas y económicas distintas a las del kirchnerismo. Tanto que, en 2019, y con todo el peronismo encolumnado detrás de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, él compitió y quedó, hace cuatro años, tercero, con el 6,14% de los votos.
Larreta, también
El fin de semana también se confirmó otra novedad en los futuros elencos de gobierno en el campo de Juntos por el Cambio. Patricia Bullrich, con la confirmación de que Larreta será su jefe de Gabinete buscó en primer lugar contener y blindar a los votos que había obtenido en primera vuelta. Se trata de una operativo clave que va en línea con una premisa que se escucha en el búnker de JxC: “Si retenemos lo que tuvimos en la primera vuelta, más los votos de los que no participan de las PASO, estamos en el balotaje”.
En Juntos por el Cambio descuentan que el adversario a vencer es Massa. Más allá de apuntar contra Milei, la estrategia que confirmaban el fin de semana es diferenciarse y agudizar las críticas contra el kirchnerismo y tratar de achicar la distancia para alcanzar el segundo lugar.
“Nos dicen que es tarde, que lo teníamos que haber hecho antes. No dependía sólo de nosotros”, respondían a las consultas sobre las demoras en un anuncio que se terminó de concretar el sábado a la mañana en el Jardín Botánico, el mismo lugar donde se habían mostrado Larreta y Morales, Bullrich y Luis Petri, las dos fórmulas que compitieron por la candidatura opositora.
Tanto Lavagna, con Massa, como Larreta, con Bullrich, son actores que proyectan la capacidad de convocar, en una segunda vuelta, a sectores y votantes de la coalición que no llegue a la segunda vuelta. Un informe de la consultora Zuban Córdoba le daba un marco conceptual acertado: “El bipartidismo o bicoalicionismo, que tanto sirvieron para analizar la política electoral, ya son historia. La alternancia que parecía corregir los errores de los oficialismos anteriores fue destronada por una tercera fuerza que promete acabar con los vicios de la política (...) A estas horas, la principal incógnita del proceso electoral es si habrá ballotage o si en 7 días tendremos ya un presidente electo. Todos los escenarios están abiertos”.