Desde el día posterior a su triunfo en las PASO, los asesores de Javier Milei le recomendaron enfocarse en confrontar el kirchnerismo y prácticamente ignorar a Patricia Bullrich. Pero el candidato libertario no pudo, o no quiso contenerse, y durante la campaña no se guardó los disparos contra su rival de Juntos por el Cambio. Hay dos versiones en La Libertad Avanza sobre esta tendencia, contraria a la estrategia pautada. Algunos dicen que su animosidad contra la exministra de Seguridad de Mauricio Macri, más que política, es inevitable y de índole personal, porque se sintió traicionado por una referente a la que veía como eventual aliada. Otros aseguran que tiene una explicación más básica, especulativa y basada en el nivel de exposición que siempre buscó alcanzar. “Es obvio que Cristina es chorra y que Massa es un desastre gestionando, nada de lo que diga sobre eso llama demasiado la atención. Pero si dice que Patricia es montonera, tiene otro color, es más titulable”, confió uno de los alfiles del líder libertario.
Desde hoy restan exactamente siete días para las elecciones generales, donde podría definirse quién será el próximo presidente si es que el ganador no se ve obligado a ir al balotaje. Y la fuerza de derecha, que se impuso la PASO, tiene decidido mantener vigente la estrategia de confrontar con el Gobierno y convencer a los ciudadanos de que son los garantes del “voto útil” contra el kirchnerismo. Pero, dadas las tendencias de su líder, no dejarán de confrontar con Patricia Bullrich, que acaba de dar un golpe de efecto con el anuncio sobre el pacto con su ex rival, Horacio Rodríguez Larreta, y está envuelta en una encerrona tras la difusión de audios donde se escucha, supuestamente, la voz de su ministro de Economía, Carlos Melconian.
Aunque los pasos de Milei son impredecibles hasta para los propios, en los distintos búnkers de los libertarios en CABA y La Plata adelantan que Milei disparará a diestra y siniestra, tanto contra Bullrich como contra Massa, en entrevistas y en su cierre de campaña, previsto para el miércoles a las 19 en el Movistar Arena.
Del lado del kirchnerismo, la mesa está servida para los libertarios. Sergio Massa enfrenta el peor escenario económico después de la escalada del dólar y del alza inflacionaria, que superó los 12 puntos según las cifras difundidas por el INDEC el jueves. Y en el flanco político tienen para elegir en el menú de escándalos K. La investigación por supuesto desvío de fondos en la Legislatura porteña dio un nuevo giro este fin de semana: el puntero Julio “Chocolate” Rigau se entregó en La Plata. Y Martín Insaurralde, que debió renunciar a su candidatura como primer concejal y al cargo de Jefe de Gabinete, está ausente de la arena pública desde que trascendieron sus fotos con la modelo Sofía Clerici. Pero en los últimos días se conoció que sus armadores locales están ejerciendo el clientelismo de manera burda en Lomas de Zamora, con el reparto masivo no sólo de comida y dinero sino también de heladeras e incluso, bicicletas.
En el plan de presentarse como “la única opción distinta”, insistirán en que tanto Unión por la Patria como Juntos por el Cambio “son más de lo mismo”. El argumento más reciente será el anuncio de Patricia Bullrich sobre la incorporación de Horacio Rodríguez Larreta como su jefe de Gabinete, a pesar de que el alcalde porteño tuvo coqueteos fuertes con el masissmo, que la propia Bullrich había denunciado. En paralelo, arremeterán contra Melconian, su eventual ministro de Economía, no sólo por sus (in)capacidades para la gestión, como clamaba Milei hasta la semana pasada, sino por los audios difundidos por redes sociales que fueron atribuidas al economista.
“Hicieron el anuncio de Larreta para tapar el Melco-Gate, pero no les va a alcanzar, es demasiado fuerte”, opinó un dirigente libertario el sábado por la tarde, mientras esperaba con ansias escuchar en detalle la respuesta del economista liberal en el programa de Mirtha Legrand que saldría emitido por la noche. “Es una mentira total y es mentira total el contenido”, afirmó.
Para los libertarios, el acuerdo entre los contrincantes de la feroz interna de JxC, lejos de posicionarlos como un equipo unido y con capacidad para gobernar, los deja peor parados. Y, además, dicen, le da la razón a Milei. “Demuestran nuestro argumento central de campaña: que son todos los mismos de siempre, haciendo las mismas cosas de siempre, obteniendo los mismos resultados de siempre. Patricia con Larreta, que hace poco según ella era Massa; lo de Insaurralde y la corrupción; y un dólar descontrolado que no sabemos dónde puede terminar”, dijo un asesor muy cercano a Milei, que en las últimas horas retuiteó a usuarios que clamaban que Patricia Bullrich dejó de ser “halcón” al darle lugar a “las palomas” en lugares importantes en su posible gabinete.
A pesar de las denuncias de Alberto Fernández, que atravesaron la semana política que termina, no planean dejar de hablar del dólar si vuelve a escalar en los próximos días. “No nos van a amedrentar. Más allá de la joda de que Alberto se puso a trabajar, es muy grave que quieran limitar así la libertad de expresión”, se puso serio un libertario de peso. Es posible que en los próximos días haya novedades en las causas que le iniciaron el Presidente, la abogada Valeria Carreras y Bullrich por intimidación pública e incitación a la violencia económica. Por ahora, el candidato de LLA pidió, a través de sus abogados, que se desestimen por “falta de acción”. Y ahora resta la decisión de los tres jueces que tienen a cargo las respectivas presentaciones, Julián Ercolini, María Eugenia Capuchetti y María Servini.
Como si fuera poco, a la seguidilla de escándalos políticos, el jueves Milei sumó una suerte de “contradenuncia” contra el Gobierno por la supuesta difusión de noticias falsas contra su espacio. Aunque no todos en LLA crean que involucrar a la Justicia sea el mejor accionar. “Judicializar la política está mal, no conduce a ningún lado. Espero que cuando gobernemos no nos metamos en esa”, dijo un armador de alto rango en la jerarquía libertaria. Para las próximas horas se avecinaría otra presentación judicial, después de que una de sus candidatas a concejal en Moreno denunciara amenazas y agresiones físicas para amedrentarla en su propia casa en la previa de un mítin. “La ataron de pies y manos y le metieron papel higiénico en la boca”, contaron desde la cuenta oficial del frente político en X. Milei, por ahora, sólo replicó el posteo.
Mientras preparan el cierre de campaña del miércoles, en LLA también acomodan el escenario en el hotel Libertador, que funcionará como búnker para esperar los resultados el domingo que viene. Milei se prepara para un “batacazo”, confiado en el arrastre que tendrá en la provincia de Buenos Aires -”Carolina Píparo va a sorprender”, adiverten- y en la Ciudad, donde están esperanzados en que Ramiro Marra entre al balotaje contra Jorge Macri. De todas formas, están sorprendidos por el crecimiento que les daban las encuestas esta semana sobre el candidato que resultó tercero en las Primarias, Leandro Santoro, que juega por UP pero se desligó del gobierno nacional y llevó a cabo una campaña estrictamente localista. “Está en 30 puntos, puede haber una sorpresa”, se sinceraron.
“Chocolate”, el yate Bandido, y las denuncias por la suba del dólar, los principales escándalos de las últimas semanas, prometen atravesar el tramo final hacia las Generales. Y Milei, en tanto, busca presentarse como algo “distinto”. Dado que nunca gestionó, cree que podrá capitalizar todos los temas para quedarse con la delantera.
Calculan que las acusaciones del oficialismo y de Juntos por el Cambio sobre su falta de experiencia en la gestión, sus posturas escandalosas sobre la portación de armas y el tráfico de órganos, así como sobre el cierre del Conicet y del Banco Central; y los cuestionamientos del establishment económico a sus promesas altisonantes, con la de la dolarización a la cabeza, entre otras, no servirán para cambiar el voto de aquellos ciudadanos que ya le dieron el respaldo en agosto. Ahora, para el sprint final, insistirá como nunca en mostrarse como la “única solución” para ganar en primera vuelta, e ignorará los señalamientos sobre su inexistente recorrido en el Estado.