Detrás del debate presidencial que se realizó ayer en la Facultad de Derecho de la UBA, hubo una impresionante organización y producción por parte de la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (CAPIT). De ella, el periodista y escritor Alejandro Borensztein es uno de sus integrantes y está al frente de esa tarea desde 2015.
Entrevistado en Radio Mitre, Borensztein reveló los secretos jamás contados que sobrevuelan el cruce televisivo más esperado entre los candidatos e hizo una importante aclaración: “El debate que ves, es el debate posible que acuerdan entre sí los equipos de campaña”.
El debate que no es debate
“Lo que realmente estamos viendo es el debate posible, el debate que los equipos de campaña proponen. El debate en realidad es muy agotador y los tiempos son muy cortos, no hay tiempo para exponer nada. Estamos hablando de debates entre cinco candidatos”, explicó Borensztein, quien además aclaró que “la tendencia natural es que el candidato no quiera venir a debatir”.
De hecho, recordó que no había debates hasta 2015 y ahora hay una ley que los obliga a concurrir. “Naturalmente tratan de reducir los riesgos. Por lo tanto, las condiciones que ellos ponen son lo más restrictivas posible para arriesgar lo menos posible. Esta es la realidad. No es que el debate es así porque nosotros queremos que sea así. Es así porque los políticos, entre ellos, y los equipos de campaña se ponen de acuerdo para limitarlo de alguna manera”, especificó.
Los ejes temáticos y la opinión pública
Los ejes temáticos que se abordaron fueron: Seguridad, Trabajo y Producción, Desarrollo humano, Vivienda y Protección del Ambiente (este último fue votado por la ciudadanía).
“Hay un comité asesor que elige los temas: desde los rectores de universidades hasta los candidatos. Desde Estela de Carlotto o Gil Lavedra hasta un montón de personalidades que definen de qué se va a hablar en el debate. Ellos definieron 10 temas”, contó Borensztein.
“Nosotros, como productores, les dijimos a los jueces que más de seis temas no entraban. Los jueces decidieron que cuatro temas fueron elegidos por los equipos de campaña. Esto es importante de saber. Los temas principales los eligieron los mismos candidatos y quedaron dos temas para que la opinión pública los definiera, porque eso es lo que quería el comité asesor y también los jueces”, destacó.
“Armaron una web donde la gente votaba. No es que la gente propuso temas o que era amplio, sino que había seis temas que tenían que votar y habían sido propuestos por el comité asesor. Entonces, ¿qué resultó? No sé”, agregó el productor del evento.
¿Preguntas acordadas entre los candidatos?
“El primer debate de 2015 fue revolucionario. Tal vez poca gente lo recuerda. También fue en la Facultad de Derecho. Fue un debate muy acotado y tuve la sensación de que había candidatos que habían acordado las preguntas entre ellos. Pero bueno, fue la primera experiencia”, dijo Borensztein en alusión al intercambio que sostuvieron seis de los cinco candidatos, pues Daniel Scioli solo participó del encuentro previo al balotaje junto a Mauricio Macri.
“El debate del balotaje fue un suceso y tuvo una audiencia increíble. Desde entonces hasta aquí hemos estado moviendo las metas, poco a poco, y llevando a los candidatos a aceptar hacer cosas que en 2015 no hubieran aceptado, como el derecho a réplica y las preguntas entre ellos de manera más cruzada”, ilustró.
Los ayuda-memoria de los candidatos
“Acordamos que los candidatos no podían subir con más de cinco papeles escritos en letra Arial tamaño 14. Esto no lo pedí yo. Esto no lo pidieron los jueces. Esto lo acordaron los candidatos”, admitió Borensztein.
La prohibición de las esposas de los candidatos
Al final del segundo debate presidencial de 2015, el ambiente pareció relajarse cuando los moderadores anunciaron el final. El periodista Rodolfo Barili llamó a la esposa de Daniel Scioli, Karina Rabolini, y a la de Mauricio Macri, Juliana Awada, para que los acompañaran. El objetivo: posar para las cámaras.
La reacción de Awada sorprendió al auditorio. Vestida de impecable blanco y sonriente, apenas subió al escenario abrazó a su esposo y le dio un beso apasionado. La imagen, que en muchos casos captó al candidato del FpV como testigo en primer plano, se viralizó de inmediato en redes sociales y generó numerosos comentarios.
“Todos nos quedamos con el beso. Es más, yo a veces bromeo en mis notas que ella lo hizo presidente con un beso. La gente se queda con esos golpes de efecto, pero bueno, es el debate”, recordó Borensztein al justificar por qué este año no se permitió que participaran ni las esposas ni los esposos de los candidatos.
El coaching
“Hicimos un pequeño coaching con cada uno en la previa, uno o dos días antes, estuvimos con ellos y también estuvimos con ellos en el momento en que iban a comenzar. Es muy duro saber que estás delante de 40 puntos de rating, cosa que no te ocurre nunca, y con tus adversarios al lado, y que sabes que si cometes un error importante pierdes una presidencia.
También en eso uno trata de cuidarlos un poco, porque entiendo el nivel de estrés al que están sometidos”, señaló el productor de TV.
Rating
En esta oportunidad, la sumatoria del encendido de TV entre los canales de aire y cable que transmitieron el debate obtuvo un pico cercano a los 39 puntos, cuando en el primer encuentro de 2019 había llegado a picos de 45 puntos.
El debate del balotaje, en marcha
“Nos estamos preparando para el debate del balotaje, la verdad que sí. Después, si no hay, no hay, pero nosotros ya estamos trabajando en eso desde la semana pasada”, anticipó Borensztein. Si se hace, sería otra vez en la Facultad de Derecho “por el enorme valor institucional y federal que tiene”.