El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, había cerrado un plenario de la UOM junto al secretario general del gremio de los metalúrgicos, Abel Furlán, en la ciudad de San Vicente y su sábado por la tarde se perfilaba tranquilo, hasta que las imágenes del Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde -de viaje por Marbella con la modelo Sofía Clerici y a bordo de un yate de lujo- empezaron a replicarse en redes sociales, luego en portales y finalmente escalando políticamente a tres semanas de las elecciones. Había que tomar una decisión.
Entonces el candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, se comunicó con el gobernador bonaerense. Massa, iba rumbo al debate presidencial del domingo de esta noche. Con el mandatario provincial evaluaron el impacto que podría tener el episodio de Insaurralde. No era un hecho menor, se trataba del Jefe de Gabinete de la provincia, pero también uno de los armadores principales del peronismo bonaerense y que se mueve en tándem con el presidente del PJ provincial, Máximo Kirchner. Insaurralde, además, es -o era- el jefe de campaña de UP en la provincia de Buenos Aires. Massa pidió ordenar la situación. Se acordó pedir su salida.
En el curso de las llamadas y mensajes, Kicillof también habría cruzado comunicación con la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Luego sí, habló con el intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora. Insaurralde presentó su renuncia y Kicillof se la aceptó de inmediato. Los ánimos no eran los mejores.
“Como no quiero que se me utilice para afectar al espacio político en el proceso electoral, presenté hoy mi renuncia al cargo de jefe de Gabinete de la Provincia”, fue el mensaje que se difundió desde el equipo de comunicación del ya ex funcionario provincial.
Hay varios aspectos que siguen siendo materia de debate e interrogantes dentro de la propia dirigencia. La teoría del “fuego amigo” es uno de esos razonamientos. Hay, también, algunas certezas. “Esto es una cagada. Es una detrás de otra: primero lo de las tarjetas -el caso de “Chocolate” Rigau-, ahora esto. Si lo queremos hacer, no nos sale”, se lamentaba un dirigente de primera línea del peronismo de la provincia de Buenos Aires. El “temor” por lo que sucederá en el debate presidencial de este domingo por la noche es otro agregado.
Massa se enteró del dilema rumbo a Santiago del Estero a donde llegó vía terrestre junto a su esposa y presidenta de AySA, Malena Galmarini, el ministro del Interior y jefe de campaña nacional, Eduardo de Pedro, entre otros. En el Frente Renovador causó enojo la irrupción de las imágenes en cuestión. “Estuvo estudiando y enfocado en el debate, ahora va a tener que responder por esto, es obvio que lo van a plantear el resto de los candidatos”.
También en La Plata, en el entorno de Kicillof, hay malestar por todo esto. Además de que el rol de Insaurralde nunca se terminó de digerir, las balas picaron cerca del gobernador. El intendente de Lomas de Zamora fue “impuesto” a Kicillof tras la derrota de las PASO del 2021 y por presión del diputado nacional y jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner. Había sido la Vicepresidenta la que en aquel momento terminó definiendo el recambio de piezas que pedían un grupo de intendentes del conurbano y su hijo. Cuando desembarcó en Ejecutivo bonaerense, Insaurralde también se había hecho cargo de esa campaña en la que el peronismo estuvo cerca de darla vuelta en la diferencia entre la PASO y la elección General.
En ese entonces, Kicillof tuvo que ceder y corrió de la Jefatura de Gabinete a Carlos Bianco, su mano derecha. No lo echó, sino que creó una nueva área -Jefatura de Asesores- para cobijar a quién lo había acompañado durante toda la campaña del 2019 y antes en lo que fue la gestión al frente del Ministerio de Economía de la Nación. Le dio autonomía y una estructura que le permite hacer pie en cualquier municipio.
El acto que Unión por la Patria llevó adelante en Ensenada también se convirtió en un termómetro de lo que se vive en el peronismo de la poderosa provincia de Buenos Aires en plena campaña electoral y que con la filtración del video de Insaurralde y el desencadenante de su salida cobra otro valor. Fue organizado por los intendentes Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Andrés “Cuervo” Larroque, bajo el paraguas del espacio La Patria es el Otro -todo con la supervisión de la gobernación bonaerense- y dejó a Kicillof como aglutinador de nuevo polo de poder dentro del peronismo que además incluye a los gremios y organizaciones sociales.
En esa lista no aparecen La Cámpora ni el PJ bonaerense que conduce Máximo Kirchner y tiene a Insaurralde como enlace de un grupo de intendentes. Es un sector que se muestra distante a componer “una nueva canción”, como planteó Kicillof. Se lo hicieron saber tanto Kirchner y otras dirigentes K como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza o la senadora nacional, Juliana Di Tullio.
El caso de Insaurralde, además de lastimar al propio lomense, golpeó a Kicillof. En los próximos días se anunciaría el reemplazo. En la renuncia se establece que Kicillof podría nombrar un nuevo jefe -o jefa- de Gabinete o bien que interinamente otro ministro cumpla ese rol -ocurrió hace unos meses cuando Julio Alak, de Justicia, absorbió Seguridad ante una intervención quirúrgica que tuvo que realizarse el ministro Sergio Berni-.
El decreto 11/20 establece cómo es el esquema de reemplazos. La normativa remarca que en caso de la ausencia del Jefe de Gabinete será reemplazado por el ministro de Hacienda y Finanzas. Quién está a cargo de esa área es Pablo López. De hecho la aceptación de la renuncia lleva su firma junto con la de Kicillof. López es un funcionario de perfil bajo y del grupo de trabajo de hace años del gobernador.