Bullrich afronta un test clave de la campaña, en medio de una recomposición inquietante de Juntos por el Cambio

Con la mira puesta en el debate de esta noche, la candidata presidencial de JxC tiene dificultades para ordenar a los dirigentes de su espacio, Mauricio Macri incluido. Este lunes habrá una gran escenificación del PRO para cerrar heridas internas

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Patricia Bullrich, con su esposo, Guillermo Yanco, y sus principales colaboradores en el viaje a Santiago del Estero para el debate presidencial
Patricia Bullrich, con su esposo, Guillermo Yanco, y sus principales colaboradores en el viaje a Santiago del Estero para el debate presidencial

Ya nada será igual. El país anterior a las PASO parece muy distinto al actual, con un Javier Milei empoderado mientras Patricia Bullrich y Sergio Massa hacen números y malabares de campaña para recuperar los votos que perdieron en el camino hacia esta nueva Argentina que nadie puede decodificar. Ni qué hablar del escenario que puede darse después de las elecciones generales. ¿Hay margen para sorpresas? Algunos encuestadores no lo descartan, aunque se sabe que los sondeos les han permitido vivir de su oficio pese a que hoy su margen de error es “+/- una eternidad”.

Bullrich se esfuerza por mantener lo más unido posible a Juntos por el Cambio, aunque hay dirigentes de su propio espacio que se la están haciendo difícil. ¿Tenían necesidad los radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés de sacarse una foto con Massa en medio de la campaña? ¿No podría haberse quedado en el país la senadora de JxC Lucila Crexell para evitar que el kirchnerismo aprobara en la Cámara Alta el pliego de la ex jueza Ana María Figueroa? Las preguntas están hechas de la misma sustancia que el interrogante de por qué Mauricio Macri tardó tanto para desmentir que pensara aceptar la oferta de Milei de ser su “representante ante el mundo” en un eventual gobierno libertario.

Si la candidata de JxC termina ganando las elecciones, las tensiones podrían disimularse porque, como se sabe, el poder siempre ordena (o casi siempre si se piensa en el gobierno de Fernando de la Rúa). Pero un revés de Bullrich en las urnas marcaría el final de la coalición opositora tal como la conocemos. ¿Habrá una nueva alianza dura, socia de los libertarios, y otra de sesgo moderado, más en sintonía con el massismo? Nadie mira el tablero político con tanta anticipación. Puede ser un error.

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, ante una etapa de reacomodamientos y riesgos de fractura
La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, ante una etapa de reacomodamientos y riesgos de fractura

Por lo pronto, en 2024 deberán elegirse las nuevas autoridades del PRO nacional, hoy conducido por el diputado nacional santafesino Federico Angelini, un macrista-bullrichista de pura cepa, en reemplazo de la ex ministra de Seguridad, que pidió una licencia en el cargo para dedicarse de lleno a la campaña. Nadie duda de que la decisión de quién presidirá el partido quedará en manos de Bullrich si se convierte en presidenta de la Nación. Si no, se prevé que la acción de oro será de Macri. Antes, en diciembre, se elegirá al nuevo titular del Comité Nacional de la UCR, hoy piloteado por Morales. También en este caso la renovación o no del partido dependerá de la suerte electoral de JxC. Para Alfredo Cornejo, flamante gobernador electo de Mendoza, “no importa tanto el nombre de quién presidirá el partido porque el radicalismo primero debe definir su rol en el nuevo mapa político”.

Pase lo que pase, hay algo seguro: el poder de Juntos por el Cambio estará estrechamente asociado a una liga de gobernadores de la coalición, que desde el 10 de diciembre manejará provincias como Santa Fe, Chaco, San Luis, Jujuy, Chubut, Corrientes y Mendoza. Todo indica que se sumarán Entre Ríos si se confirma el triunfo de Rogelio Frigerio y la ciudad de Buenos Aires en caso de que Jorge Macri ratifique su victoria de las PASO. La gran duda es qué pasará con la provincia de Buenos Aires: la suerte de Néstor Grindetti es decisiva para el futuro de JxC, gane o pierda a nivel nacional. Lo ayudarán las fotos de Martín Insaurralde, jefe de gabinete del gobernador Axel Kicillof, en un lujoso yate por el Mediterráneo, acompañado por una modelo, champagne y bolsas de compras en Louis Vuitton.

Sin embargo, la recomposición opositora podría anticiparse si hay un balotaje entre Milei y Massa. Se descuenta que Macri llamará a votar por el libertario. Ya anticipó que hará lo mismo Maximiliano Pullaro, el radical de Evolución que gobernará Santa Fe. Una postura opuesta tendría el ala dialoguista: Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Martín Lousteau no quieren saber nada con Milei. El dilema será para la Coalición Cívica porque Elisa Carrió detesta tanto al candidato de La Libertad Avanza como al de Unión por la Patria. Así, JxC quedaría a segundos de la ruptura.

Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, juntos en un acto en Lomas de Zamora al lado de Néstor Grindetti, Cristian Ritondo y Diego Santilli, entre otros
Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, juntos en un acto en Lomas de Zamora al lado de Néstor Grindetti, Cristian Ritondo y Diego Santilli, entre otros

Otro interrogante cuya definición está condicionada al resultado de las elecciones es el futuro gabinete porteño si gana Jorge Macri. No será lo mismo en sintonía con un triunfo de Bullrich que con una derrota. Aquí, el aroma a fractura con la UCR de Lousteau es más perceptible. Hoy, suenan muchos nombres aún sin confirmar, pero será indisimulable la influencia de Mauricio Macri en la grilla de nuevos funcionarios porteños. Fernando de Andreis, mano derecha del ex presidente y jefe de campaña de Jorge Macri, tiene el puesto asegurado. Lo mismo Ezequiel Sabor, ex secretario de Trabajo del gobierno de Cambiemos que hoy opera para el primo del ex mandatario. Incluso se habla de Darío Nieto, legislador porteño y ex secretario privado de Mauricio Macri, como vicepresidente 1° de la Legislatura de la ciudad. El larretismo tendrá una presencia quizá solitaria de Clara Muzzio como vicejefa de Gobierno, mientras el alcalde porteño proyecta tener una fundación para seguir trabajando en política y, de paso, darles refugio a varios de sus actuales colaboradores de confianza.

En medio de tantas definiciones que dependerán de qué suceda el 22 de octubre, Bullrich rearmó la estrategia para recuperar terreno y meterse en el balotaje, donde, según esas encuestas en las que nadie confía, pero que sirven de parámetro, podría ser la única en vencer al ascendente Milei.

Todas las miradas están puestas en el primer debate presidencial, que tendrá lugar este domingo en Santiago del Estero. Bullrich se preparó cuidadosamente en largos simulacros en un estudio de TV, con sparrings como Juan Pablo Arenaza, su jefe de campaña, quien hizo el papel de Massa; José Luis Espert como Milei, Luis Petri como Juan Schiaretti y Laura Alonso como Myriam Bregman. Todos trataron de incomodarla con preguntas envenenadas para que practicara las respuestas. Quienes la vieron quedaron muy conformes. El objetivo, sobre todo, es no cometer errores. Bullrich no se propondrá conquistar al votante de Milei sino al electorado de JxC que no votó o eligió otra opción.

Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en la presentación del nuevo libro de la candidata de JxC
Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en la presentación del nuevo libro de la candidata de JxC

Decidida a cerrar heridas por la interna, la candidata de JxC ya sumó a la campaña a Larreta (44 días después de las PASO), que está tan consustanciado con la necesidad de un triunfo opositor que este sábado salió a recorrer solo la ciudad para pedir el voto a Bullrich. Esta semana, María Eugenia Vidal debutará al lado de la ex ministra de Seguridad en una recorrida por Mar del Plata.

Pero la gran escenificación política de las próximas horas se dará este lunes, a partir de las 12, en un extenso encuentro del Consejo Nacional del PRO, organizado por Angelini en el en el Belgrano Athletic Club como una demostración de fuerza del partido y, a la vez, como un intento de clausurar las disputas internas (al menos hasta el 22 de octubre). Lo cerrará Bullrich a las 16, pero antes hablarán Mauricio Macri (mediante una videollamada porque está en el exterior), Rodríguez Larreta y Vidal. Estarán los referentes del PRO de todo el país, gobernadores electos, intendentes, legisladores y habrá un panel de figuras femeninas en ascenso como Clara Muzzio, Gisela Scaglia y Hebe Casado.

María Eugenia Vidal se quedó en la segunda fila, al lado de Julio Garro y Diuego Valenzuela, durante la presentación del libro de Patricia Bullrich; ahora, se sumará a su campaña
María Eugenia Vidal se quedó en la segunda fila, al lado de Julio Garro y Diuego Valenzuela, durante la presentación del libro de Patricia Bullrich; ahora, se sumará a su campaña

Macri volverá al país el 8 de octubre y ya se planea un encuentro a solas con Bullrich. Superaron las tensiones por los coqueteos del ex presidente con Milei y la postulante de JxC quedó conforme con sus definiciones en favor de ella y su viaje a Córdoba para hacer campaña, pero aún quedan algunos nubarrones en la relación. El fundador del PRO se siente excluido de la tarea proselitista y se bajó de una recorrida con Bullrich por el distrito cordobés luego de no haber conseguido la agenda de actividades 48 horas antes. “Así no trabajo”, fue el mensaje que hizo llegar a la candidata y viajó solo.

Bullrich, por su parte, ventiló en una entrevista con CNN que le reprochó a Macri que haya criticado a los diputados radicales que participaron de la sesión de la Cámara Baja por la eliminación del Impuesto a las Ganancias. “El populismo es muy contagioso”, afirmó el ex mandatario, en una nueva escalada de fricciones con la UCR que incluyó réplicas de Morales y de Lousteau. La candidata de JxC, aun mentalizada en no abrir nuevas fisuras internas, admitió: “Le dije (a Macri) que no es hora de salir a generar problemas ni críticas”. Y agregó: “Lo de Milei había quedado bastante claro con las declaraciones que hizo en TV y en los actos a los que fue. Hablé con él sobre este tema. No es momento para discutir estos temas. Le dije que era el momento para hablarles a los argentinos”.

Por lo visto, no sólo el populismo es contagioso. También la tendencia a las tensiones permanentes.

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