El Intendente electo de Bariloche, Wálter Cortés, disparó la polémica al advertir que prohibiría el paso de camiones chilenos por la destrucción de la ruta 40, entre esta ciudad y El Bolsón. Diplomáticos de Argentina y Chile se reunieron en Buenos Aires, descartaron un conflicto entre ambos países y garantizaron el cumplimiento del acuerdo de libre tránsito, rubricado en 1974.
La polémica ocupó apenas unos minutos del encuentro entre funcionarios de ambos países. El subsecretario de Asuntos de América Latina, Gabriel Fuks, recibió al jefe de Cancillería de la Embajada de Chile, Alberto Rodríguez Aspillaga, con quien dialogó sobre la rencilla mediática que surgió tras la declaración del electo jefe comunal de Bariloche, aunque rápidamente dieron vuelta de página y avanzaron sobre otros temas.
La ruta nacional atraviesa la provincia de Río Negro y presenta, en un tramo de 30 kilómetros, severos daños estructurales que la hacen “intransitable”. Referentes políticos de la región ocuparon sus agendas en dicha situación y elevaron distintos planteos para solicitar la reparación estructural de la calzada.
Como respuesta, Vialidad Nacional inició el “bacheo” de los sectores más dañados, aunque la reparación provisoria no conformó al arco político patagónico. “Pan para hoy, hambre para mañana”, sentenciaron.
Cortés hizo foco en la circulación de camiones de gran porte provenientes de Chile, a los que consideró como “los únicos responsables” del estado de la ruta. Por eso, anticipó que desde su asunción se prohibiría el tránsito de esas unidades de carga por las rutas argentinas.
Los diplomáticos de ambos países analizaron como “utópica” la medida, basándose en el convenio rubricado el 17 de mayo de 1974 a través del cual Argentina y Chile acordaron el libre tránsito entre los países.
Distintas fuentes consultadas por Infobae especularon con la posibilidad de rever el pacto, que “a esta altura, medio siglo después, resulta obsoleto”.
Analizaron que al momento de firmarlo, el tránsito entre ambos países no era tan fluido como lo es ahora, los vehículos no eran como los actuales y por ende tampoco su capacidad de carga.
El canciller Santiago Cafiero tomó nota del planteo luego de asistir a la comisión de Relaciones Exteriores el Senado de la Nación. La senadora Silvina García Larraburu puso en autos al funcionario sobre la situación y le planteó la posibilidad de implementar un mecanismo de compensación con Chile para reparar las rutas que transitan los camiones trasandinos. La respuesta no se hizo esperar. “El convenio de 1974 impide cobrar una tasa especial a los camiones chilenos, el país podría incurrir en una falta al derecho internacional, lo que sí podría desatar un conflicto de dimensiones entre Argentina y Chile”, dijeron desde Cancillería.
Fucks, en diálogo con este medio, describió los alcances de histórico pacto. “No hay posibilidad de interrumpir el tránsito ni de cobrar una tasa especial, mientras ese acuerdo tenga vigencia”, dijo.
No se trata de un reclamo reciente. En 1998, las autoridades de Bariloche elevaron un planteo similar por el estado de deterioro de una de sus calles internas, a través de la cual transitaban las unidades de bandera tricolor. La arteria, denominada Clemente Onelli, se transformó en el segundo circuito comercial más trascendente de Bariloche, aunque el pavimento solía estar deteriorado.
Los reclamos, en ese entonces, cesaron con la construcción de la ruta de Circunvalación, una traza de 16 kilómetros que permite rodear la ciudad cordillerana y evitar el ingreso a la zona urbana.
En Villa la Angostura ocurrió una situación parecida debido a que los vehículos que atraviesan el Paso Internacional Cardenal Samoré deben circular, indefectiblemente, por el casco céntrico de la localidad neuquina. La solución al conflicto también derivó en la construcción de una ruta alternativa, aunque la obra aún se encuentra en etapa de ejecución.
Conflicto interno
Lejos de desatar un conflicto diplomático, para las autoridades nacionales la solución a la problemática “debe ser interna”. A pesar de no ajustarse a derecho, las declaraciones de Cortés “fueron acertadas, llamaron la atención”.
Admitieron, además, que la respuesta “es interna” y tiene que ver con “la finalización de vías alternativas, como la ruta 23, y el mantenimiento adecuado de la ruta actual. Ni más ni menos”.
Incluso fue el propio intendente electo quien, luego de disparar la advertencia, bajó el tono de su discurso al afirmar que “no se trata de cortar el paso, queremos llamar la atención de las autoridades argentinas para que arreglen la ruta”. Objetivo cumplido.
En paralelo, el actual senador y gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilneck, presentó un recurso de amparo para exigirle a Vialidad Nacional la “urgente” reparación de la ruta 40. El recurso fue presentado en los tribunales federales por la “grave afectación que el deplorable estado del camino produce a los servicios esenciales que brinda la Provincia de Río Negro”.
En el escrito, el mandatario electo habló de “absoluto estado de abandono” y aseguró que “el deplorable estado de la Ruta afecta seriamente la cobertura del servicio público de salud en el área en cuestión. Inadmisible”.