Malena Galmarini se mostró emocionada este martes por la puesta en marcha de una obra en Dock Sud, desde donde la titular de AySA brindó un discurso en el que no pudo contener las lágrimas y recibió el consuelo del ministro de Economía y su esposo, Sergio Massa, quien se acercó a ella para darle un beso y un abrazo al final de su intervención.
La escena se dio en el marco de un acto en el que también estuvo presente Alberto Fernández y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. El mismo se realizó en el partido de Avellaneda, donde se dio inicio a la construcción de la planta de pretratamiento del Sistema Riachuelo, que tiene como objetivo evitar la contaminación por líquidos cloacales de la cuenca.
Se trata de un proyecto que, en palabras de Galmarini, es “histórico y trascendental”. En este sentido, fue ella la primera en hablar durante la jornada y la encargada de presentar la iniciativa. Lo hizo visiblemente conmocionada, algo que advirtió al principio de su discurso: “Les voy a ser sincera, estoy nerviosa y muy emocionada, así que téngame paciencia”, aclaró al comenzar, ya con la voz quebrada.
Luego de explicar cómo surgió la obra, cuáles son sus puntos más importantes y los beneficios a largo plazo que traerá, la dirigente hizo mención a su relación con la política y se quebró.
“Yo hago política para transformar la vida de la gente y nadie me va a sacar eso. Y estamos acá transformando la vida de la gente, digan lo que digan”, exclamó la presidenta de Aysa.
De cara a las elecciones de octubre, en las que Massa será el candidato a presidente de Unión por la Patria, Galmarini continuó refiriéndose -implícitamente- a los competidores del resto de las coaliciones.
“En vez de decir, que vengan a hacer, que vengan a poner el lomo. Porque hay un montón de argentinos y argentinas que todavía les falta, y ninguno de los otros son capaces de defender a la gente. Por eso que nos vamos a sacar a Argentina adelante, somos los que estamos acá”, subrayó.
En la misma línea, pidió a los argentinos defender las empresas del Estado, la obra pública, la salud ambiental y a los trabajadores. Y llamó a votar al ministro de Economía en los próximos comicios: “Les pido por favor. Es casa por casa, barrio por barrio. A veces no se dice todo lo que se hace, pero lo más importante es hacer”, dijo.
Nuevamente emocionada y sin contener las lágrimas, Galmarini finalizó su discurso: “La lluvia dicen que bendice. Y yo creo que va a ser una gran historia para adelante”, cerró su intervención. La reacción de Sergio Massa fue inmediata: se levantó del banco en el que estaba sentado detrás de ella, se dirigió hacia el centro del escenario y le dio un beso en frente de la militancia que se encontraba presente en el lugar. Luego de unos minutos se alejó, la abrazó y dejó que recibiera el saludo del Presidente y el resto de los dirigentes en el acto.
A su turno, Alberto Fernández tomó la palabra y, de cara a las elecciones, se refirió al momento en el que deberá entregar el mandato al dirigente que sea electo como jefe de Estado. Reveló que sueña con entregarle el mando a su funcionario y repetir una escena que ambos protagonizaron décadas atrás, durante la gestión de Cristina Kirchner, la cual recordó Fernández esta tarde.
“15 años atrás, yo dejaba de ser jefe de Gabinete. Renunciaba. ¿Y quién me sucedía? Sergio. Y fui a su juramento. Y después nos fundimos en un abrazo y me dijo ‘ayudarme, hermano’. Nunca me olvido. Y fue jefe de gabinete”, rememoró frente a Massa.
Y agregó: “¿Saben una cosa? Tengo un sueño. Que el 10 de diciembre, la banda pueda dársela a Sergio. Que lo pueda abrazar y que me pueda decir ‘ayudame hermano’. Porque los que somos compañeros, solo tenemos que ayudarlo. No tenemos ni que fiscalizarlo, ni tenemos que cuestionarlo. Solo debemos ayudarlo”, dijo.