Sergio Massa se quedó definitivamente con una bandera discursiva importante para afrontar el tramo final de la campaña electoral. Una que dejó en el camino Horacio Rodríguez Larreta el día que perdió las PASO con Patricia Bullrich en Juntos por el Cambio. El consenso.
El ministro de Economía volvió a insistir con la idea de - en el caso de llegar al poder - constituir un gobierno de unidad nacional. Ampliar la base política de una futura gestión y sumar a distintos sectores que hoy están en el ala opositora. Ganar, convocar y armar un gobierno, desde el inicio, con más colores que los del peronismo tradicional.
Poner en práctica esa idea desde un principio significa armar un gabinete nacional en el cual haya representantes de la oposición. En el búnker de Unión por la Patria (UP) advierten que pueden sumar a dirigentes de la UCR, el peronismo cercano al PRO, los partidos vecinales y los provinciales, como los que gobiernan Río Negro, Neuquén y Misiones.
Aunque ya lo había deslizado en otra oportunidad, Massa hizo hincapié en la idea con una imagen muy simbólica. Lo dijo durante un acto en Salta en el que lo acompañaron Gerardo Morales y Gustavo Valdés, dos gobernadores radicales del norte grande. Además, estuvo Oscar Herrera Ahuad, mandatario de Misiones, que forma parte del Frente la Concordia Misionero, un espacio provincial de relación fluida con el titula del Palacio de Hacienda y el peronismo.
A menos de un mes de las elecciones generales, el ministro de Economía le empezó a dar lugar a una identidad más aperturista respecto al vínculo con la oposición. Lo contrario a lo que hacen Javier Milei y Patricia Bullrich. El libertario asegura que va a sacar a la “casta” del poder y engloba a toda la política bajo ese título y la candidata del PRO afirma que quiere llegar a la Casa Rosada para terminar con el kirchnerismo.
“Ni Milei ni Patricia quieren un gobierno de unidad nacional. Rompen puentes en forma constante. No buscan dialogar. Hay que terminar con esa grieta”, sostuvo un funcionario nacional de estrecha relación con Massa. En el entorno del ministro dicen que el 10 de diciembre comenzará un “nuevo tiempo” con un gobierno distinto y que rompa la grieta, lo que parece ser una gran utopía para la mayoría de los argentinos.
Como ya lo hizo en el 2015, cuando fue candidato a presidente, Massa vuelve a insistir en la necesidad de cerrar la grieta. La diferencia es que en esta oportunidad lo hace parado en uno de los polos en los que está dividida la política argentina, donde el oficialismo y la oposición han tenido enormes dificultades para llegar a acuerdos parlamentarios y hacer funcionar el Congreso
De acá en adelante será el candidato que proponga un consenso con la oposición y un acuerdo de gobernabilidad. Quiere mostrarse como la contracara de los candidatos opositores. Por eso en el búnker de UP se animan a decir que “el cambio es Massa”, ya que se muestra como una opción con claras diferencias respecto a Milei y Bullrich, aunque es también, al mismo tiempo, el representante de un peronismo más moderado que, a diferencia del kirchnerismo, siempre fue proclive al diálogo con la oposición.
El giro en la campaña tiene que ver con posicionar a Massa como un candidato que entiende que el juego político de la grieta fracasó, que es necesario bajar los niveles de confrontación entre los diferentes sectores y que para que eso ocurra sería importante que haya un gobierno que rompa los límites del UP. Una apertura verdadera después del fracaso del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
“Si las opciones son Milei y Massa, no tengo ninguna duda, votaré a Massa”, dijo Alberto Weretilneck, gobernador electo de Río Negro y jefe político de Juntos por Río Negro, un partido provincial que se consolidó en el territorio. “Entre Massa y Milei, Massa es el centro. Yo siempre voy a estar al centro. Voy a estar con quien proponga acercarse al centro”, explicó Emilio Monzó, que es parte de la pata peronista de Juntos por el Cambio.
Emiliano Yacobitti, de Evolución Radical, sostuvo que los radicales “no votarían a Milei en un balotaje”, por lo que dejó entrever con claridad que acompañarían a Massa, en el caso de que Bullrich quede fuera de camino. El diputado Alejandro “Topo” Rodríguez, que trabaja con Juan Schiaretti dejó en claro que si hay un balotaje entre Milei y Massa, se inclinará por el candidato de UP. “No voy a ser ni neutral ni indiferente, no quiero el país que proponen ni Bullrich ni Milei, que cada vez se parecen más”, indicó.
Esas posturas reflejan los guiños de ida y vuelta que hay entre Massa y la oposición antes de las elecciones. Su posible lugar en el balotaje junto a Milei, le permite contar con adhesiones que ven en el libertario un límite absoluto. Si el camino para llegar a la presidencia fuera ese, el ministro de Economía tendría margen de acción para sumar a dirigentes de la oposición con la idea de que conformen un eventual gobierno.