“Anotá, Pedrito”, le indicó la vicepresidenta Cristina Kirchner a un militante que la acompañó durante su discurso en la presentación de la reedición del libro “Después del derrumbe. Conversaciones de Torcuato Di Tella y Néstor Kirchner”. El joven es Pedro Rosemblat, de 33 años, conocido por su personaje “El Cadete”, pero lejos del humor político, también estuvo cerca de encabezar una lista de Unión por la Patria en un distrito clave.
Pese a que Rosemblat tomó mayor reconocimiento público con su participación en el programa “El Destape” de Roberto Navarro por C5N, antes había creado el personaje “Pibe Trosko”, con el que publicó en 2013 el libro “Patria o suerte. Venceremos”, de Editorial Aguilar.
El joven comenzó en 2012 a cuestionar a la oposición en las redes sociales de Pibe Trosko, al tiempo que estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA), estudios que no concluyó. Más allá del nombre, Rosemblat explicó hace unos años en un diálogo con Revista Almagro que “nunca tuvo mucho contacto con la Izquierda”. De igual forma, así comenzó a hacerse viral.
Todo esto se intensificó con el personaje de El Cadete, que presentaba al aire de C5N, pero también llevaba al teatro. Tal como hacía con Pibe Trosko, la clave de su actuación era hacer humor político y, en este caso, con tinte kircherista. En 2014, comenzó en Radio Nacional. También pasó por Radio 10, Radio América, Nacional Rock y Radio del Plata.
Tras su participación televisiva, condujo “Total Interferencia” en la radio Futurock, así como llevó adelante el programa Patrulla Perdida por El Destape Radio. En paralelo, recorrió el país con su obra teatral Proyecto Bisman.
Actualmente, pasó al formato streaming en Somos Gelatina, donde es conocido por hacer la “Fábrica de Jingles” en el marco de la campaña por las elecciones presidenciales. Por otro lado, hace “Saliendo que es eléctrica”, un streaming de entrevistas y debates de actualidad.
Antes de las elecciones de 2019, le preguntaron a Rosemblat qué consideraba que sucedería si alguien del riñón político de Cristina Kirchner llegaba a la Casa Rosada. “Creo que puede ser muy problemático”, dijo en su momento a Revista Almagro.
En esa oportunidad, habló de la necesidad de plantear una “expresión superadora del kirchnerismo”, luego surgió el Frente de Todos. “Hay una discusión que tenemos que dar: no discutir personas, ser capaces de trascender a los dirigentes y empezar a hablar de política, de proyectos de país”, planteó.
Con el paso de los años, la participación política de Rosemblat comenzó a expandirse más allá de lo meramente humorístico o comunicacional. Así, llegó a lanzarse como posible precandidato a jefe de Gobierno por el espacio de Juan Grabois.
“Somos los que para defender a Cristina no miramos encuestas y lo vamos a hacer toda la vida, les guste o no les guste. Por eso es que en estas elecciones estoy dispuesto a representar esta identidad”, expresó al lanzar su candidatura en abril.
Sin embargo, Unión por la Patria decidió encolumnarse detrás de Leandro Santoro en una lista única y el youtuber quedó fuera de la contienda electoral.
Este sábado se convirtió en “el cadete” de la vicepresidenta. En un momento de su disertación, Kirchner le pidió a Rosemblat que anote unas cifras en una pizarra.
“Vení Pedro, que te voy a dictar”, le indicó. “Uy qué nervios, dios”, soltó el presentador ante el inesperado pedido. “Anotá Pedrito, anotá por favor. Anotá bien que te está mirando el país, querido”, le dijo la dirigente y luego comenzó a darle una serie de instrucciones.
Frente a esto, Rosemblat deslizó: “Esto puede ser el final de mi carrera”. Tras ello, siguió un monólogo de la expresidenta: “Poné 15 puntos acá. Dale, grande. ¿Podés escribir un poquito mejor? Ahora escribí acá 8.29%. Esto es todo lo que podríamos denominar gasto social. Anotá 0,12% y 0,27%. Ahora vas a tener que sumar. No hace falta el porcentaje. Y ahora anotá 4,75%”. “Muy bien, ahora sumá”, fue la última indicación de Cristina. La cuenta resultó 13,43%. Los números en cuestión son los principales componentes de las transferencias de ingresos a personas en millones de pesos anuales.
Aunque su función era moderar el encuentro que tuvo lugar en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en ese momento se convirtió en “el cadete” de la ex mandataria.