Dirigentes de primera línea de la centroderecha y de partidos liberales de Iberoamérica apoyaron hoy la candidatura de Patricia Bullrich y advirtieron sobre los riesgos y amenazas del populismo en ambas márgenes del Atlántico. Lo hicieron en una reunión del think tank Grupo Libertad y Democracia, que reúne a 22 ex presidentes.
El II Encuentro Grupo Libertad y Democracia, que organizó la Fundación Libertad, se llevó a cabo en la Legislatura porteña y fue inaugurado con discursos de Mauricio Macri y el chileno Sebastián Piñera, y una presentación de la propia Patricia Bullrich, que habló de la inminencia de una “batalla final” contra el kirchnerismo, a la que comparó con el desembarco en Normandía. Sin mencionarlo, se refirió al libertario Javier Milei, cuyo nombre estuvo ausente.
De todos modos, en un contacto con la prensa, Macri se refirió al candidato presidencial de La Libertad Avanza, debido a que respaldó un dura crítica contra su persona en redes sociales. “Espero que no se enoje también conmigo porque lo que yo vengo diciendo es basado en mi experiencia siendo presidente y lo complicado que es gobernar Argentina, cosa que compartí con él también”, dijo. Y aclaró que de ese sector político fue invitada a participar la diputada Diana Mondino.
Aunque evitó mencionarlo, Bullrich tuvo una frase que claramente se refirió a Milei. “Este es el paso histórico, es la batalla final contra un kirchnerismo que está debilitado. Y cuando ya estamos desembarcando en Normandía, no nos vamos a correr para que intente llegar al gobierno un grupo nuevo (en tácita referencia a La Libertad Avanza), que tiene derecho pero no va a tener la espalda, el coraje y el temperamento de decir ‘basta, nunca más nos van a impedir gobernar’. Porque si esto es así, este poder (por el kirchnerismo) vuelve rápido”.
Además, afirmó que “esta última gestión ha sido el ocaso del kirchnerismo, nos han llevado a la crisis más importante de nuestra historia. Los argentinos lloran, están angustiados, se van al lugar de donde vinieron sus abuelos porque sienten la toxicidad de un país que tiene tomado el poder por un núcleo que, hagas lo que hagas, se quiere quedar en el poder y lo dice abiertamente”.
Para Bullrich, “ahí está el desafío” que afronta la fuerza política que representa: “Debemos romper de una vez y para siempre de este intento de que la gobernabilidad esté presa del poder de un grupo mafioso”.
Antes de esas palabras, hablaron Piñera y Macri. El líder chileno reiteró su posición sobre la amenaza que representan los populismo para los sistemas democráticos, como así también el registro de una nueva década perdida en América Latina por regímenes que limitaron las libertades y el desarrollo económico y social.
El ex presidente apuntó contra las dirigentes de centro izquierda que “tienen una narrativa poderosa basada en el resentimiento y la reivindicación, en sacarles a unos para darles a otros, destruyendo el valor de la palabra”, por lo que alertó que es imprescindible “construir la propia narrativa que defina los valores en Educación, Derechos Humanos, Seguridad, que no es verdad que los victimarios son víctimas... Y en el campo de la economía, la racionalidad del orden, que no se termine aplastando a las sociedades que se las somete a la pobreza con los procesos inflacionarios que desata” el populismo.
“Hay que crear una narrativa que valore el emprender, el desarrollo personal, el actuar en forma conjunta sin estar sometidos por este tipo de autocracias y de ideas destructivas”, finalizó.
Narcotráfico y populismo
Después de los discursos de Piñera, Macri y Bullrich, se iniciaron los paneles donde se abordaron diversos temas. En el primero, “Narcopopulismo, un nuevo desafío para América Latina”, hablaron el ex presidente de Colombia Iván Duque, y por videoconferencia se difundieron mensajes de Guillermo Lasso (Ecuador), Juan Guaidó (presidente interino de Venezuela 2019-2023), Vicente Fox (México), y Mariano Rajoy (España).
En ese sentido, Duque fustigó a quienes definió como “pobrecistas” a aquellos líderes políticos que se definen como “progresistas, porque quieren empobrecer a los pueblos de América Latina, mediante la lucha de clases y el odio, como así también dividir para allanar el camino al poder y perpetuarse en el poder”. En una descripción que podría aplicarse a cualquier país de la región, el ex mandatario criticó a los “sindicatos que son capturados y acallados” por esos sectores políticos de izquierda. “Ellos son muy vocales cuando gobernamos nosotros, pero cuando gobiernan los que se denominan progresistas se silencian y dejan de defender los intereses de los trabajadores y cultivan los intereses de las cúpulas sindicales”. Describió que esos sectores ponen bajo control o buscan hacerlo con los sindicatos docentes, la Justicia, los medios de comunicación y las cúpulas militares, entre otros sectores clave del poder y las instituciones de los países. “Esto es una amenaza real a las democracias”, afirmó. Y advirtió que el Grupo Democracia y Libertad “nació para quedarse, para promover nuevos liderazgos, para enfrentar a estos pobrecistas”.
Por su parte Rajoy, habló sobre “las amenazas del populismo, la demagogia, la corrupción y el narcotráfico nos necesita más fuertes y unidos que nunca” y planteó la necesidad de enfrentar con dureza el drama de las drogas y el narcotráfico”, debido a que “tratan de arrebatarnos la libertad y la democracia”.
El presidente Lasso coincidió con las palabras del líder español, mientras que Vicente Fox planteó que es urgente “buscar resultados” frente a las crisis económicas que afectan a los países de la región, que empujan a amplios sectores sociales a actividades criminales. De hecho, dejó un dato alarmante: “en México, el narcotráfico es el tercer empleador”.
“Tenemos que trabajar en ver cómo aceleramos la igualdad, cómo cerramos la brecha entre la retaguardia que espera de los dirigentes soluciones a sus problemas”, advirtió el líder mexicano y señaló la urgencia de abordar un desafío nuevo: “La ciudadanización de personas a quienes no llegaron las respuestas a sus problemas. Se necesita proponer una tierra prometida para convencer”.
En tanto, Juan Guaidó respaldó y elogió a Patricia Bullrich y se refirió de manera crítica a la actualidad de los países gobernados por el populismo autoritario, que deriva en dictadura, narcotráfico auspiciado por regímenes como el de Nicolás Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua o de los Castro en Cuba”.
“Hay que responder a los ciudadanos de manera inmediata a sus necesidades, porque los Estados terminan demorando por sus burocracias a esos reclamos. Esto deriva en populismos. Hay que cerrar la brecha de desigualdad y de participación”, afirmó Guaidó. “Importa lo que sucede en Argentina, en Ecuador, en Venezuela, importa la democracia”.
En el mismo panel, también expuso el diputado Ricardo López Murphy, quien saludó a la hija de Jeannine Áñez, la ex presidenta de Bolivia, que está presa en Bolivia, que actualmente gobierna el sector político que conduce Evo Morales. Y planteó la necesidad de defender el régimen de libertad y la Constitución y lanzó una arenga: “Cuando dicen que no nos van a dejar gobernar y nos amenazan, nosotros decíamos ‘Acá no se rinde nadie, carajo’”.
Populismo cultural
En el segundo panel “Cómo combatir el populismo cultural y fortalecer una narrativa de libertad”, expusieron María Corina Machado, líder de Vente y candidata presidencial de Venezuela; Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de México; Álvaro Delgado, el secretario general de la Presidencia, Uruguay; y Ronaldo Caiado, Gobernador Goiás, Brasil. Machado, que el próximo 22 de octubre participará de las primarias de la oposición, trazó un crudo panorama que atraviesa su país y manifestó: “El arma más poderosa que tienen los enemigos de la libertad es presentarse como infalibles, invencibles y persuadirnos de que los grandes retos para derrotarlos son imposibles. Eso lo hemos vivido, nos dijeron que era imposible un proyecto liberal liderado por una mujer. Pero ahora contamos con el apoyo de los venezolanos y somos el primer proyecto político, superando incluso al PSUV”.
“Venezuela es el ejemplo de cómo se vence la narrativa populista, por más plata que pongan. Con organización, ciudadanía, confianza y con aliados como ustedes. Lo vamos a demostrar, vamos a ganar y contamos con ustedes para esta lucha hasta el final”, afirmó.
Luego, habló la senadora mexicana Xóchitl Gálvez, candidata que enfrentará al oficialismo de Andrés Manuel López Obrador, que como en el caso de Duque describió situaciones que enfrenta su país similar a las que pasan en otros lados de América Latina. Tras una extensa exposición, donde abordó cuestiones sociales, económicas y políticas de su país, relató un drama que tienen alternativas políticas que enfrentan a gobiernos progresistas en elecciones. “El gran temor es que el gobierno se va a meter en los estados con todo su aparato económico, con sus programas sociales y en la relación con grupos de delincuencia organizada. El presidente López Obrador está dispuesto a ganar la elección a como dé lugar”.
Por su parte, Álvaro Delgado, secretario general de la Presidencia, Uruguay, afirmó: “El Estado no puede reemplazar al esfuerzo humano, pero puede promover las condiciones favorables para su desarrollo. Un liberalismo solidario es un liberalismo sensible a las necesidades de su gente y de los ciudadanos. La política solidaria no trata de sacarles responsabilidades a los ciudadanos. Nuestra concepción de la libertad, el individuo está como centro, y la solidaridad como generadora de igualdad de oportunidades”.
El discurso del gobernador de Goiás, Ronaldo Caiado, que también abordó la perspectiva sobre los desafíos que enfrenta la región, fue el último de la primera parte del encuentro, donde Macri tiene previsto participar hasta el final como anfitrión, junto al titular de la Fundación Libertad, Gerardo Bongiovanni.
En el tercer panel, “Libertad económica y fortalecimiento del sector privado: las claves para el desarrollo”, fue convocado Mario Abdo, ex presidente de Paraguay, José María Aznar, ex mandatario de España; Rafael Ángel Calderón, de Costa Rica, Tarciso de Freitas, gobernador de Sao Paulo, Brasil, y Dionisio Gutiérrez, Empresario, Guatemala.
Y, luego, como último panel, “Combate al crimen organizado y fortalecimiento de la seguridad ciudadana”, con los discursos de Felipe Calderón, ex presidente de México; Sergio Moro, ex Juez y actual senador de Brasil; y Carlos Díaz Rozillo, Florida International University, Estados Unidos.
Para culminar con una cena de honor a los presidentes, con el testimonio de “persecución política” -según informaron los organizadores- de Rosa María Payá, Félix Maradiaga, Carolina Ribera (hija expresidenta Jeanine Añez) y Luis Fernando Camacho (hijo del Gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho).
Organización política de centroderecha
El Grupo Libertad y Democracia es una organización política en la que participan los ex mandatarios Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera (Chile), Mariano Rajoy (España), Felipe Calderón y Vicente Fox (México), Iván Duque y Andrés Pastrana (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Luis Abinader (República Dominicana), Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Guillermo Lasso y Osvaldo Hurtado Larreta (Ecuador), Mireya Moscoso (Panamá) y Jorge “Tuto” Quiroga y Jeanine Añez (Bolivia), entre otros.
Los primeros pasos de la conformación de esta coalición fueron a principios de marzo pasado, cuando América Latina y España parecían encaminarse a un regreso a opciones de centroderecha, tras las fallidas experiencias progresistas, desde Pedro Sánchez, en España; Andrés Manuel López Obrador, en México; al Brasil de Luiz Inacio Lula Da Silva; Gustavo Petro, en Colombia; Gabriel Boric, en Chile; y, claro, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, en Argentina.
Ese panorama, cambió por la irrupción de nuevos liderazgos, como el de Javier Milei, en Argentina; José Antonio Kast, en Chile; Rodolfo Hernández, en Colombia; Daniel Noboa, en Ecuador; Bernardo Arévalo, en Guatemala; o el propio Santiago Abascal, de Vox, en España. Y la renovada competitividad de Trump, en Estados Unidos, y de Jair Bolsonaro en Brasil. Las sociedades parecieron preferir opciones más radicalizadas ante años de insatisfacción y promesas incumplidas. Y este fue uno de los tópicos principales que se abordaron en el II encuentro que organizó la Fundación Libertad en la Legislatura porteña.