La campaña de Sergio Massa cambia de foco de una semana a la otra. Es el doble juego que le permite concretar su rol de candidato presidencial y ministro de Economía en simultáneo. Este lunes el proyecto de reforma al impuesto a las ganancias será tratado en la comisión de Presupuesto. El martes los discutirán los diputados en el recinto de la Cámara baja. Ahí está el eje electoral de los días que vienen.
Para el oficialismo la decisión del ministro de Economía de reducir a la mínima expresión el universo de trabajadores que pagan Ganancias es una medida que tendrá un efecto positivo. Cerca de 700.000 personas dejarán de pagar el impuesto por la suba exponencial del mínimo no imponible. ¿Esa decisión se traduce en votos? Es complejo determinarlo, pero al menos es una buena noticia para un sector de los trabajadores formales.
Ayer por la tarde, junto a la titular del PAMI, Luana Volnovich, Massa anunció un nuevo bono para jubilados que ganan la mínima. Hoy viajará a Misiones y habrá anuncios para los productores agropecuarios, además de poner en valor la quita de retenciones a las economías regionales. La gestión pasó a ser una parte esencial de la campaña en este segundo tramo.
La intención que hay en el Gobierno es generar una hilera de anuncios que amortigüen el duro impacto de la devaluación y la inflación. Que todas las semanas las medidas estén en la agenda política y que quede a la vista la intención de gestionar en el medio de la adversidad. Ese es el camino que están intentando seguir en medio de un aumento descontrolado de precios que distorsionó los valores de casi todos los productos.
Además del tratamiento del proyecto en Diputados, esta semana Massa hará anuncios para el sector de los trabajadores autónomos. Aún no se conoce cuáles serán. Guillermo Michel, cabeza del equipo económico, está inmiscuido en ese trabajo. El candidato presidencial busca que cada un puñado de días haya un anuncio para un sector diferente. Un día los industriales, otro el campo, otro los trabajadores informales.
Esa decisión de hacer hincapié en la gestión quedó expuesta en el último spot de campaña que publicó Unión por la Patria (UP). “Tenemos con quien. Tenemos con qué”, es el slogan que impulsa a Massa como un candidato con capacidad de gestionar y formar un gobierno de unidad nacional, tal como viene adelantando en diferentes actos.
En el búnker peronista quieren mostrar a Massa en un contexto de futuro y no de pasada. Es decir, exponer lo que puede hacer si es presidente y desligarlo del pasado de gestión, más asociado a las figuras de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Uno de los grandes desafíos de la estrategia que trazó Antoni Gutiérrez Rubí es despegar al candidato presidencial de los tumultuosos días de convivencia en el difunto Frente de Todos.
La etapa de gestión asociada a la campaña se está dando como consecuencia directa de la devaluación y el crecimiento de los precios mes a mes. La oposición cuestiona cada una de esas medidas asegurando que el ministro solo busca un rédito electoral. Lo cierto es que Massa cree que es el momento de hacerlas porque hay que dar respuestas a todos los sectores que fueron castigados por los vaivenes de la economía doméstica.
Esta semana, también en clave de gestión y campaña, visitará cuatro municipios del conurbano en los que inaugurará o visitará obras públicas. “Lo que el Estado hace y la oposición quiere eliminar”, aseguran en el búnker de UP, donde revindican a viva voz el rol del Estado en las políticas implementadas por el peronismo. El candidato presidencial está en Moreno, Merlo Ituzaingó y Morón. Más presencia en el conurbano, un pedido de los intendentes para este segundo tramo de la campaña.
El ruido de la nueva canción
Hace ya varios días que el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, pronunció una frase lógica sobre el futuro del peronismo, pero que alteró los ánimos en La Cámpora y el cristinismo. “No tengo ninguna duda de que los años de Perón, Evita, Néstor y Cristina son los momentos más gloriosos que vivió nuestro país, pero tenemos que ir dándole un carácter de época nuevo. No podemos vivir más de eso. Tiene tufillo de esas bandas de rock que toca los viejos grandes éxitos. Va a haber que componer una canción nueva”, aseguró.
¿Por qué fue lógica? Porque en gran parte del peronismo entienden que el proceso electoral está exponiendo un cambio de época en el movimiento político. Sea cual sea el resultado de los comicios, el actual oficialismo no puede seguir anclado a los votos de Cristina Kirchner, quien cada vez mide menos, pero sigue teniendo un núcleo duro que permanece vigente.
Kicillof retrató en esa frase lo que la Vicepresidenta ya ha dejado en claro en varias de sus apariciones públicas. La dirigencia y la militancia no pueden seguir exigiéndole a ella que sea la encargada de ganar elecciones. Aunque quedó sepultado en el tiempo, CFK fue clara cuando aseguró que es el tiempo de los “hijos de la generación diezmada”, lo que dio lugar a que en ese momento de indefiniciones, la frase fuera tomada como un impulso consistente a la candidatura de Eduardo “Wado” de Pedro.
Lo cierto es que la frase cayó muy mal en La Cámpora. Máximo Kirchner, Juliana Di Tullio y Mayra Mendoza, tres dirigentes muy cercanos a la Vicepresidenta, le respondieron con extraña dureza. “Yo no me dedico a la música. Soy militante y dirigente”, fue la escueta frase del líder de La Cámpora. “No hay que componer ninguna nueva canción. Yo bailo de alegría con las mismas canciones de siempre”, dijo la senadora nacional.
La intendenta de Quilmes fue la más dura. “Hay un tema del Indio Solari, en el disco “El tesoro de los inocentes”, que dice: ‘Juegan a primero yo, y después a también yo’”, sostuvo en una entrevista con Infobae. Lo acusó a Kicillof de estar jugando solo, por fuera de los lineamientos del kirchnerismo. Una rareza, si se tiene en cuenta el comportamiento verticalista que ha caracterizado al gobernador bonaerense respecto a CFK.
Esa interna está latente y el oficialismo la intenta esquivar para que no complique la campaña. Máximo Kirchner se encargó de bajarle el tono durante el fin de semana cuando dijo: “Desde el peronismo bonaerense vamos a construir el triunfo de Massa y Axel”. Un guiño al Gobernador en el medio de la tormenta y de una relación sinuosa que los une y los distancia con frecuencia.
“Máximo mató el ruido que había. Y lo hizo rápido. Hizo bien. La unidad dentro del oficialismo es clave. Es lo que permitió solidificar la candidatura de Sergio antes de las PASO. Este es un nuevo momento. La interna no la tenemos nosotros, la interna está en la oposición”, expresó un dirigente de confianza de Massa.
En el peronismo silencian el ruido de las diferencias internas, lo que no implique que desaparezcan. El resultado final de las elecciones será determinante para que esas diferencias se escondan debajo de la alfombra o exploten a la luz del día. Mientras tanto, hacen de cuenta que todo está bien.