La victoria rotunda y en primera vuelta del radical Leandro Zdero en Chaco evidenció la reconfiguración del mapa político de la Argentina, cuando todavía resta por definir una elección provincial y quedan cinco semanas para las presidenciales. Mientras Javier Milei, el inesperado ganador de las PASO, sigue ausente de las competencias locales, la oposición de Juntos por el Cambio se encamina a ser la coalición con más gobernadores, y el PJ orgánico parece reducido a un piso histórico.
El radicalismo sorprendió con una victoria en primera vuelta, que dejó al partido con cuatro provincias y cerca de contar con cinco -si se impone en Mendoza, el próximo domingo- mientras Juntos por el Cambio podría sumar 10, si triunfa en Entre Ríos. En sentido contrario, Jorge Capitanich sumó la sexta derrota para el peronismo, después de Santa Fe, Santa Cruz, San Juan, Chubut y San Luis.
Más allá de que el “panperonismo” cuenta como propias 11 provincias, lo cierto es que el PJ “orgánico” gobierna Buenos Aires (las encuestas indican que volvería a ganar en octubre), Tucumán, La Rioja, Catamarca, Formosa y La Pampa. En Salta se impuso una coalición variopinta que lidera Gustavo Sáenz; en Misiones ganó Hugo Passalacqua, que responde al permanente Carlos Rovira; en Santiago del Estero, Gerardo Zamora encabeza el Frente Cívico; en Río Negro triunfó Alberto Weretilneck con su partido provincial; y en Tierra del Fuego, Gustavo Melella, festejó con la alianza Forja Unidos Hacemos Futuro.
En Córdoba, ganó Martín Llaryora, que no reconoce la conducción del PJ que preside Alberto Fernández; en Santa Cruz se impuso el sindicalista Claudio Vidal, y en Neuquén, Rolo Figueroa, ex MPN. Chubut, San Luis y San Juan quedaron en manos de Juntos por el Cambio, con alianzas más identificadas con el PRO, que ya gobierna la ciudad de Buenos Aires (CABA).
Así, por primera vez en 40 años de democracia, el peronismo sólo tendría entre seis y siete provincias -depende el resultado de Entre Ríos-; el radicalismo cinco; coaliciones identificados con el PRO entre cuatro y cinco, y otras ocho provincias serían gobernadas por representaciones provinciales de diverso origen partidario. Se trata de un tablero que, de todos modos, se vería afectado de manera profunda si llegara a ganar las presidenciales Milei. Es que Ni Juntos por el Cambio ni Unión por la Patria continuarían tal y como se las conoce hoy.
Pero más allá de este mapa frágil y provisorio, las elecciones en Chaco tuvieron causas y consecuencias que es pertinente poner bajo análisis. Para eso, Infobae convocó a la directora de la consultora en opinión pública y comunicación TresPuntoZero, Shila Vilker, el titular de Opina Argentina, Facundo Nejamkis, Augusto Reina, consultor político y director de PulsAr, y el analista de Politikon Chaco, Alejandro Pegoraro.
Desde el conocimiento del territorio, Pegoraro describió como “sorpresivo” el resultado, debido a que “la expectativa era que ganara Zdero, pero con un escenario de balotaje”. Según describió, la performance que obtuvo el dirigente radical en Resistencia y en Sáenz Peña, las dos principales ciudades de la provincia, y en otras como Charata y Villa Ángela, le dieron sustento a la victoria.
“Si bien hubo una recuperación del oficialismo, al contrario a lo que se creía, Zdero creció más que Capitanich. De 42 puntos que sacó en las PASO, no sólo retuvo la totalidad de los votos del candidato al que le ganó la interna, Juan Carlos Polini, sino que también creció en varias localidades. Y con el aumento de la participación, gran parte de los nuevos votantes -que se creía que podían ir al oficialismo- fueron canalizados por Zdero. Eso permitió crecer esa base electoral de 42 puntos y superar el 46%″, describió el director de Politikon Chaco.
Vilker consideró que el resultado de Chaco mostró la escena de un balotaje adelantado, debido a que los dos candidatos de las principales fuerzas políticas en competencia cosecharon casi 9 de cada 10 votos. Esa situación ocurrió en medio “un clima de cambio, que estuvo en San Luis, San Juan, en Santa Fe, Santa Cruz y Chubut”.
De todos modos, resaltó que en Chaco se dio una elección donde Zdero ganó en primera vuelta por poco más de un punto y medio y Capitanich terminó haciendo una elección de más de 40 puntos. “Con todo lo que pasó en Chaco, no es para nada una mala elección” del oficialismo, dijo.
“El electorado aceleró la decisión. Más allá de que se tenían que definir cámaras legislativas, concejos deliberantes e intendentes, la ciudadanía anticipó la decisión y liquidó todo en primera vuelta. Es un comportamiento electoral que puede ser trasladable a las generales nacionales si se da una disolución de otras fuerzas en competencia. A nivel nacional los tercios están muy parejos y eso dificulta definir quiénes de los tres va a quedar en el camino y quiénes serán los dos que pasen a la segunda vuelta”, explicó Vilker.
Por su parte, Facundo Nejamkis describió tres fenómenos superpuestos que explican, a su juicio, el resultado en Chaco. “Hay una circunstancia particular de la provincia, que es muy difícil de dimensionar el impacto que tuvo sobre el resultado final, que es, por un lado, el desgaste de muchos años del ciclo Capitanich, y la coronación de ese ciclo con el crimen en el que está involucrado la familia de Emerenciano Sena”.
“A eso se le agrega un fenómeno que no puede ser sólo circunscrito a la provincia, que tiene que ver con los recambios ya en varias provincias de gobiernos peronistas de muchos años. Hay un cambio histórico en la cantidad de gobernaciones que tiene el peronismo, que es un fenómeno que habla de una crisis más sistémica de ese espacio como fuerza con capacidad de representación de la mayoría”, indicó el director de Opina Argentina.
Augusto Reina resaltó, por su parte, que la derrota del peronismo en Chaco ratifica un panorama político inédito, donde no hay fuerzas políticas que generen una nueva concentración de poder. El analista de PulsAr resaltó que con las elecciones que se dieron hasta hoy, hay cinco o seis provincias que no responden a ningún liderazgo nacional y que son partidos del poder -que se pueden relacionar sin problemas con Juntos por el Cambio o con otro oficialismo- diez que son de JxC y hay otras cinco o seis que son del peronismo. “Y en este escenario es que aparece Javier Milei”, como potencia presidente, destacó.
El impacto político de un crimen
Como ocurrió con el asesinato de María Soledad Morales en la Catamarca de 1990, el femicidio de Cecilia Strzyzowski -que involucró a una familia del poder de la provincia- tuvo un fuerte impacto en la política de Chaco y los analistas discuten cuánta gravitación realmente ejerció en la derrota de Jorge Milton Capitanich.
La perspectiva de Pegoraro es que el gobernador tuvo un impacto inicial en su imagen que se tradujo en los números de la PASO. Si bien para él ese daño no se acrecentó en las generales, sí quedó claro que no pudo revertirlo de todo. “El tema salió de la agenda pública y no fue un motivo de campaña en estas últimas semanas. La erosión que hizo el caso sobre la base electoral de Capitanich ya se sintió en las PASO. En aquel momento se manifestó más en el voto en blanco, que en el voto opositor a Capitanich”, describió el director de Politikon Chaco.
Sin embargo, subrayó que Capitanich “creció igualmente en su voto, ya que pasó de 36% a más de 40%, por lo que no creemos que esto haya sido un factor principal en la derrota. Secuelas quedaron, pero no fue el factor predominante. No hay que minimizar el desgaste que ya venía trayendo el gobernador”.
En este mismo sentido, Augusto Reina consideró que la derrota no se explica por el crimen de Cecilia, sino que viene de un clima nacional. “No creo que haya tanta coyuntura en el 46 a 40. El peronismo a nivel nacional está teniendo dificultades para llegar al 40%. Y de hecho esta es una elección que tiene mejores números que los de Massa”.
“Puede haber impactado algo el crimen, pero es menor a los fines del resultado. Es más importante el desgaste de tantos años de gestión, porque de una u otra forma, Capitanich venía teniendo la centralidad pública de Chaco desde 2007, y eso es genera un desgaste público inexorable”.
Para Shila Vilker, “la campaña estuvo totalmente atravesada por este hecho aberrante” y si bien destacó que “institucionalmente pudo haber tenido Capitanich un comportamiento correcto -con los responsables presos y el hecho en vías de ser esclarecido- el crimen afectó su imagen. Esto, más el clima de cambio es un poco el combo de este resultado.
El peronismo en retroceso
En todos los casos, la coincidencia de los analistas es que Capitanich cayó como parte de una secuencia de debilitamiento general del peronismo, donde se conjugan largos años de poder, un gobierno nacional con prestaciones negativas y la irrupción de Javier Milei que convocó a parte de un electorado cautivo.
En este sentido, Shila Vilker destacó el concepto del clima de cambio que doblega sobre todo al PJ, una fuerza que hace más de 21 años que ocupa la centralidad política nacional. “La gran incógnita es cómo desmarcarse de este clima cambista, que le arrebató al peronismo tantas provincias y lo dejó en una situación de paridad, con un piso inesperado en las primarias”, afirmó.
Y agregó que “uno de cada cuatro electores de Unión por la Patria dicen que quieren cambio, con lo cual hay algo que el candidato Sergio Massa tiene que expresar” para evitar que la declinación del peronismo lo arrastre.
Para Nejamkis el peronismo enfrenta una crisis general que si bien tiene explicaciones locales muy puntuales, en general se repiten fenómenos de gobiernos subnacionales que ven agotados largos ciclos políticos. “El agotamiento del ciclo peronista después de la presidencia de Alberto Fernández se expresa a nivel provincial en una alternancia en gobernaciones con Juntos por el Cambio, y a nivel nacional con un nuevo desafiante, que es Milei”, advirtió el director de Opina Argentina.
Para el analista, la sexta caída de un gobierno peronista muestra “una etapa de agotamiento, que no quiere decir que se murió el peronismo, ni que se terminó el peronismo, pero que no sabemos en qué va a derivar eso. A eso se suma que el peronismo salió tercero en la elección nacional. El impacto que ha tenido el ciclo de Alberto Fernández sobre el peronismo en su conjunto es muy fuerte”.
“Hay una crisis del peronismo, que perdió provincias como nunca. Ahora no veo que los votos que obtiene Juntos por el Cambio a nivel provincial después se traduzcan de manera directa a nivel nacional. No veo que Juntos por el Cambio saque 60 puntos en Santa Fe. No veo que en Chaco Juntos para Cambio saque 50 puntos. No veo ningún indicio para pensar que en esta elección, a diferencia de la primaria, sí vaya a suceder eso”, aclaró.
Nejamkis también aseguró que en esta última elección volvió a verse “gobiernos que no satisfacen a la sociedad, aparatos provinciales muy desgastados y maquinarias que ya son obsoletas. En muchas provincias el aparato provincial o la figura provinciales no pudieron ser inmunes al impacto de los cuatro años de gobierno” de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Para Augusto Reina, la sexta elección que pierde el peronismo, “es la demostración de una debacle interna”. Y alertó que desde el 2001 que no se encuentra una secuencia de derrotas consecutivas en la previa a una elección nacional ejecutiva. Desde esa época es que el peronismo no se queda con tan pocos gobernadores.
Para el director de PulsAr, “antes había una lógica bipolar entre peronismo y radicalismo o Juntos con el Cambio-Peronismo. El que ganaba se veía así mismo como el que restauraba el poder que había perdido cuatro años antes o más y así sucesivamente. Pero cuando lo ves ahora en tres partes, no es más restauración, es la desintegración de un poder”.
Reina describió que con la derrota de Capitanich el peronismo no logrará tener una liga de gobernadores lo suficientemente fuerte para condicionar a un futuro gobierno que provenga de la actual oposición. Y que será incluso un factor positivo si el que accede a la Presidencia es Milei. “A él le conviene una liga de gobernadores débiles, porque no va a tener ningún poder aglutinante enfrente que haga de contralor. Si tuviera ocho, diez o doce provincias del peronismo, sin mayoría en el Legislativo y ni el Senado, sería distinto”, afirmó,
“Esta fragmentación del poder provincial, es parte de la nueva Argentina. Para un Milei, lo difícil es tener enfrente 12 o 13 gobernadores, es decir la mayoría, que digan no. No para hacer un acuerdo federal, no a los blindajes, no a cualquier acuerdo de coparticipación”, resaltó.
Chaco y el factor Milei
Como ocurrió en cada una de las 17 elecciones provinciales donde se definieron gobernadores, los candidatos identificados con Javier Milei no resultaron competitivos ni se “contagiaron” de la fortaleza política ni la centralidad que ostenta el candidato libertario.
Alejandro Pegoraro resaltó que en el oficialismo antes de la elección “había cierto temor de que el crecimiento de los libertarios se explique por fuga de votos que eran de Zdero al candidato de Milei por una cuestión antiperonista y antikirchnerista. Pero no pasó eso, no movió el amperímetro para nada”.
Para Facundo Nejamkis “parte de lo novedoso que tiene votar a un fenómeno como Milei es que el votante elige a Javier Milei, no vota a una identidad política. No es que el 30% coincide con Milei, que se define como anarco capitalista. Esa elección no indica que el 30% de la Argentina se definió como anarco capitalista, para llevarlo a un extremo”.
“No hay una identidad política construida alrededor de Milei. Es un fenómeno que tampoco tiene todos signos negativos. No es que todos lo votan por bronca. Muchos votan por bronca y otros porque tienen la esperanza de que Milei les resuelva los problemas que los políticos hasta ahora no resolvieron. Ahora no es trasladable, no es que aparece cualquiera en una provincia, usa la marca de La Libertad Avanza y eso se traslada, porque esa identificación es una identificación entre los votantes y Milei y nadie más”, describió.
Para el director de Opina Argentina, “la aparición de Milei en el escenario nacional es un desafío para el peronismo. Es una fuerza en términos ideológicos de derecha, pero que obtiene sus votos también del electorado peronista. Milei es un centro extremo: sus posturas son extremas, rupturistas y muy radicalizadas, pero la realidad es que su caudal electoral se nutre de las dos fuerzas políticas”.
“Cuando ves socio demográficamente la distribución del voto de Milei, cómo se distribuye, tiene voto en el conurbano bonaerense que proviene del peronismo, en las provincias del norte, que provienen del peronismo, en el sur que provienen del peronismo. Ahora también en Córdoba, quienes lo eligen provienen de un voto de Juntos por el Cambio”, completó.
Shila Vilker, a su turno, manifestó: “Una vez más vemos que el fenómeno Milei no tiene impacto local. Alfredo Capi Rodríguez sacó poco más de tres puntos, menos de un punto arriba de lo que había sacado en las primarias, cuando en el medio estuvo la elección arrasadora de Milei. El resultado de Milei se derrama cero a los candidatos que se identifican con él. Y se confirmó incluso este domingo, cuando pasó la victoria de los libertarios en las primarias”.
Para Augusto Reina, La Libertad Avanza expresa el enojo nacional y le cuesta capitalizar las frustraciones provinciales. “Acá hay una figura carismática, que es Javier Milei, que logra ser el vehículo de la bronca nacional. Sus candidatos no lo logran hacer, porque no lo interpretan ni cerca”.
“Lo que se manifiesta en las elecciones provinciales son cuestiones muy diferentes y esa es un poco la expectativa de cara a octubre de la mayoría de los partidos. Que las PASO hayan sido una forma de expresar el enojo y en octubre, cuando hay que definir ejecución, eficiencia, gestión la cabeza del votante va a cambiar. Eso es lo que piensan, más allá de que no esté yo tan seguro”, consideró.
Para el consultor político, una causa de esa disociación entre lo que obtiene Milei y los que se identifican con él es que clima que define las elecciones provinciales es bastante diferente a lo nacional. “En lo nacional es un clima de cansancio con la política, de agotamiento con la situación económica. Ahora en las elecciones provinciales es mucho más próximo, es la solución de problemas que tienen más cercanía”, consideró.
“En las provincias, cuando se hacen encuestas y se le pregunta a la gente ¿si usted tuviera un problema en su municipio, quién cree que tendría que resolverlo?, en las provincias responden en primer lugar el gobierno municipal, segundo el gobierno provincial, y tercero la Nación. Cuando se pregunta eso en la Ciudad de Buenos Aires es al revés, en primer lugar está el gobierno nacional, porque así piensa el porteño. La centralidad, lo palpable que se hace el poder provincial en el interior es mucho mayor que lo que ocurre con el porteño”, indicó Reina.
¿Podrá capitalizarlo Juntos por el Cambio?
Shila Vilker destacó que el resultado de Zdero abre un interrogante típico de este caso: ¿podrá Patricia Bullrich como candidata presidencial de Juntos por el Cambio retener y hacer propios los votos del gobernador electo?
“En la disputa de Horacio Rodríguez Larreta contra Patricia Bullrich hubo una serie de triunfos de candidatos a gobernadores a los que él había acompañado muy activamente, como San Luis, Chubut, San Juan, Santa Fe. Pero el triunfo provincial impactó bastante poco. Patricia Bullrich necesita hoy cualquier noticia positiva para poner en valor y esto le viene como anillo al dedo porque está en una situación complicada”, consideró.
Y amplió: “La pregunta es si eso rinde electoralmente de cara a la elección nacional. Porque es muy probable que vos tengas en el voto a Leandro Zdero un voto opositor que quizá tenga preferencia por Milei. En las PASO, La Libertad Avanza sacó en Chaco 29 puntos”.
Facundo Nejamkis destacó que “a pesar de que Juntos por el Cambio muestra signos de agotamiento a nivel nacional, hay en simultáneo algunos signos de fortaleza, sobre todo del radicalismo, con triunfos provinciales. En algunos casos, el electorado confirma los liderazgos provinciales, y en otros, quizás como nunca antes, muchos liderazgos provinciales muestran signos de agotamiento y muchas fuerzas, muestran signos de agotamiento después de ciclos largos de gobierno”.
“Chaco es un ejemplo. San Luis es otro ejemplo. Neuquén también es otro ejemplo, a pesar de que ganó Rolo Figueroa, que es una escisión del Movimiento Popular Neuquino, Chubut. El cansancio con la política en general se puede manifestar de un color político a nivel provincial y de otro signo a nivel nacional. Hasta ahora no vi ningún indicio de que esto es un re fortalecimiento de Juntos por el Cambio a nivel nacional”, indicó.
Para Nejamkis, es incierto que se pueda trasladar esos triunfos a futuros triunfos de Juntos por el Cambio en esas provincias. “Le sirve a Juntos por el Cambio y lo pueden usar como una muestra de la capacidad de gobernabilidad a futuro. Pero la sociedad está muy autónoma en sus decisiones, muy libre de las estructuras políticas y puede votar una cosa a nivel subnacional y una muy distinta cuando vota elecciones presidenciales”.
Para Augusto Reina, “es muy difícil extrapolar los resultados provinciales a lo nacional. Todo indicaría que esto es auspicioso para Juntos por el Cambio, pero después sabemos que en distintas provincias no termina sucediendo”.
“Lo que sí muestra a los fines de la campaña, y lo pienso como consultor político, es dónde hay potenciales votantes de tu espacio que no te eligieron en agosto. Hay un trabajo muy claro para las campañas. En algunos distritos o partidos, Juntos por el Cambio en agosto sacó 25, 28% y ahora sacó 40% a 42%. Ahí hay un cruce muy claro para analizar, un camino, una trayectoria para tejer. Las campañas van a estar mirando eso”, explicó.
Y completó, al señalar que en el caso de Juntos por el Cambio lo que podría sumar “es un porcentaje mucho más grande, mientras que en l caso de Unión por la Patria son cinco puntos. La elección que viene es ver quién saca 31%, tanto Juntos por el Cambio como Unión por la Patria”.
El desafío de Massa
El tercer protagonista de la pelea nacional y que el 13 de agosto ganó en Chaco es el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. La directora de TresPuntoZero destacó que la performance que tuvo el ministro de Economía fue buena porque salió primero y estuvo bastante por encima de la media nacional. Y que tiene a favor que los votos del peronismo en Chaco no se dividen, a diferencia de lo que ocurre con la oposición, que tiene dos ofertas, Milei y Bullrich. “Lo que vemos en los relevamientos es que los rendimientos del oficialismo en las Primarias constituyen un piso, no un techo -aunque es cierto que piso y techo están muy cerca- pero son un piso. Lo que cabría esperar es un rendimiento igual o superior en las generales”, afirmó.
Facundo Nejamkis por su parte, resaltó que en términos objetivos, a ningún candidato del peronismo le conviene que al peronismo le vaya mal en una elección provincial. “Con la misma frialdad con que decimos que Juntos por el Cambio no puede leer esto como un apoyo a nivel nacional, tampoco Massa tiene necesariamente que verlo como algo negativo a nivel nacional”, aseguró.
“El resultado a nivel nacional es otro, porque la configuración de las fuerzas políticas es otra y porque el centro gravitatorio de la política, a diferencia del Chaco, en esta región donde seguramente las preferencias electorales se ordenaron alrededor de Jorge Capitanich -de que siga o no siga Jorge Capitanich- y ganó que no siga, a nivel nacional lo más probable es que veamos que las preferencias electorales se ordenen alrededor de Javier Milei”, explicó.
De todos modos, advirtió que para el candidato del peronismo con chances de ganar, como pareciera todavía tener Sergio Massa, “es preocupante un peronismo que va perdiendo seis gobernaciones en lo que va del proceso electoral, porque habla de un peronismo que está débil. No es el peronismo que era esa maquinaria de ganar elecciones provinciales aún cuando las separa”.
Finalmente, Augusto Reina alertó que “es difícil pensar la campaña de Unión por la Patria con la secuencia de eventos que vienen sucediendo: inflación a 12%, dólar, la derrota de Santa Fe, la derrota de Chaco. Está claro que para el clima de opinión pública los resultados en las provincias influyen muy poco pero sí influyen en los ánimos internos de los de los equipos de los políticos”.
Y consideró que Capitanich mejoró la performance de Massa y eso le muestra el camino potencial sobre qué tipo de pasto hay que pisar para subir cuatro puntos en Chaco. Hay un camino posible, una línea y un camino que marca Capitanich, que le allana de cara a octubre para subir cuatro puntos”.