En un acto de campaña con el formato de la presentación de su nuevo libro, Patricia Bullrich llenó el Aula Magna de Facultad de Derecho de la UBA con la plana mayor de Juntos por el Cambio, invitados de todo tipo y público común. No hubo foto de unidad, como algunos esperaban, pero sí la presencia de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en primera fila y una mención elogiosa a ambos.
Fue, sobre todo, una oportunidad de la candidata presidencial para ratificar el mensaje de que el profundo cambio que propone si gana las elecciones permitirá “generar un país ordenado” y “terminar con el kirchnerismo”, con una promesa final, de tono más humano, que “como madre y abuela”, pondrá “lo que hay que poner para mejorar la situación de los chicos y de los abuelos”.
“Fuimos y somos nosotros la única fuerza que puso y pone el cuerpo para terminar con este modelo de destrucción y hambre; fue un largo camino y esta es la batalla final”, resaltó Bullrich en el discurso con el que concluyó el acto, con ella sola sobre el escenario tras el diálogo que entabló con Luis Petri, su compañero de fórmula, y la abogada Silvina Martínez, para presentar distintas partes de su nuevo libro “De un día para otro. Medidas para cambiar de verdad en las primeras 24 horas de gobierno”.
El acto, organizado hasta en sus más mínimos detalles por Hernán Lombardi y el equipo de Gabriela Ricardes, los mismos que se encargaron de las presentaciones de los libros de Macri, tuvo un clima triunfalista, en el que los asistentes se encargaron de recordar el espíritu de “las plazas del sí”, gracias a las cuales el ex presidente logró el 41% de los votos en 2019: “Sí, se puede”, repitieron desde el enorme salón de la Facultad de Derecho, en el que el estribillo constante fue “Patricia presidente”.
El público y los militantes esperaron pacientemente para entrar y colmaron el Aula Magna, pero la expectativa de todos estaba puesta, además de Bullrich, en las figuras de JxC que fueron mostrándose a cuentagotas en el lugar. El primero fue Miguel Angel Pichetto. A las 18.01 llegó Macri y fue ovacionado: se sentó al lado del radical Ernesto Sanz y se prestó a interminables selfies. Ocho minutos más tarde apareció Larreta: su saludo con Macri fue gélido y se acomodó a tres asientos de distancia, entre Cristian Ritondo y Mario Negri. Otro dirigente que despertó ovaciones fue Petri.
Entre los presentes estuvieron todos los bullrichistas: Juan Pablo Arenaza, Damián Arabia (que se ganó otro fuerte aplauso como presentador del evento), Federico Angelini, Maximiliano Abad, Federico Pinedo, Humberto Schiavoni, Laura Alonso, Manuel Passaglia, Luciano Laspina, Silvina Giudici, Lalo Creus, Sabrina Ajmechet, Paula Bertol y Claudio Avruj, entre otros; dirigentes larretistas como Diego Santilli, Soledad Acuña, Silvia Lospennato, Julio Garro, Diego Valenzuela y Hernán Lacunza; radicales como Karina Banfi y Martín Tetaz, y referentes de la Coalición Cívica como Maximiliano Ferraro, su presidente, y Hernán Reyes. También asistió el gobernador electo de San Luis, Claudio Poggi; Jorge Macri, María Eugenia Vidal, Diego Guelar, Fernando Iglesias, Daniel Sabsay y Juan Carlos Blumberg.
Bullrich apareció con aire triunfal a las 18.17, acompañada por Guillermo Yanco, su marido, y la sala se llenó de ovaciones. Luego bajó del escenario para saludar a cada uno de los dirigentes que estaban en la primera fila (Larreta incluido) y se sentó al lado de Macri. Desde allí escuchó las palabras sobre su libro a cargo del abogado y escritor Carlos Manfroni. Y luego Bullrich se instaló en una suerte de living con tres sillones y una mesa ratona junto con Petri y Martínez, quienes le hicieron preguntas sobre distintos temas que aborda en el libro y que le permitieron dar su mensaje político-electoral.
Destacó que las 24 primeras horas de su gobierno van a ser “cruciales para sentar las bases que muestran un camino, que muestran algo que va a generar un shock de confianza”, y enseguida lanzó una de sus medidas iniciales en caso de llegar a la Casa Rosada, como “en la Argentina no se emite más”, “un Banco Central independiente” y “nunca más un Estado que le complica la vida a la gente”. “En las primeras 24 horas el poder sale del Estado y vuelve al ciudadano”, enfatizó.
Bullrich destacó luego que “el caos es total” y prometió “generar un país ordenado”, tras lo cual detalló que salir del caos es terminar con los piquetes, los bloqueos sindicales a las empresas, la inflación “que te mata” y “ministros como Massa que con el plan platita están destruyendo la vida”: al caracterizar a su rival de Unión por la Patria, dijo que “te dice que va a solucionar lo que está destruyendo”.
La candidata repasó los ejes de su propuesta sobre educación (tramo en el que advirtió, entre fuertes aplausos, que “el ministro que no se anime a hacer lo que hay que hacer, se raja”) y seguridad: en este último punto, luego de que Petri enumeró sus logros como ministra de Seguridad, Bullrich destacó que también había sido mérito de un equipo que integraron Macri, Santilli y Larreta, entre otros.
Sobre el flagelo de los narcos, consideró que “la lucha contra el narcotráfico es decisión politica, lo haées, hay que animarse, tener coraje y que sepan que no les tenemos miedo”. Y cuando la consultaron acerca de cómo imaginaba su primer día en el gobierno, señaló: “Imagino el primero de 1.460 días donde tendremos el desafío de erradicar el kirchnerismo de la Argentina”. Y enseguida insistió: “Tenemos la oportunidad histórica, con apoyo de los argentinos, de terminar con el kirchnerismo para siempre”. La concurrencia no dejó de aplaudir con energía ninguna de estas afirmaciones.
Para Bullrich, “somos los únicos que podemos ordenar el caos que no están dejando” y enumeró las batallas políticas que fue dando contra los kirchneristas, los Moyano, las mafias sindicales, los narcos y los criminales. “Sé lo que hay que hacer”, sostuvo. Y destacó su postura contra la cuarentena obligatoria, las escuelas cerradas, el pacto con Irán, la defensa del fiscal Alberto Nisman, las usurpaciones en todo el país y especialmente en la Patagonia, además de la defensa del campo y de la libertad de prensa. Alí fue cuando hizo hincapié en la importancia de los triunfos de JxC en provincias como Santa Fe, San Luis, Chubut y San Juan y vaticinó: “El domingo vamos a liberar el Chaco”. Y se animó a anticipar otro triunfo electoral: “No les vamos a dejar la provincia de Buenos Aires”.
Al final, ya sola en el amplio escenario, Bullrich utilizó un tono distinto, no politizado, para dirigirse a “los argentinos que están muy tristes”, a quienes les dijo: “Los comprendo de corazón. Sé de la tristeza por la que están pasando. Chicos con hambre. Jubilados que comen una vez por día, con hijos y nietos que se quieren ir del país. Soy madre y abuela -dijo-, y como mujer digo que voy a poner lo que hay que poner para los chicos y los abuelos de este país”. “Vengo a ratificar mi compromiso y mi voluntad de liderar un cambio profundo, verdadero y con coraje en la Argentina”, afirmó, tras lo cual aseguró: “Es ahora y para siempre”. Todo cerró entre más ovaciones y la candidata mezclada entre el público, mientras por los parlantes sonaba “Can’t Buy Me Love”, el hit de Los Beatles.