Recién vuelto de una gira personal y muy exprés por el norte del continente, y a un mes del batacazo electoral de las elecciones primarias, Javier Milei todavía despierta una serie de interrogantes que los estrategas de Sergio Massa y de Patricia Bullrich tratan de dilucidar a través de una batería de investigaciones cualitativas, de consultas con analistas y hasta con referentes religiosos, y de contactos con especialistas de otros países que siguieron bien de cerca fenómenos similares al del candidato libertario.
El ministro de Economía ya había sondeado en su momento a los expertos en comunicación digital contratados por el PT de Brasil que colaboraron con la campaña de Lula da Silva y que ya habían ayudado a Fernando Haddad, el ministro de Hacienda de ese país, en su candidatura presidencial cuando fue derrotado por Jair Bolsonaro, en el 2018. En el búnker de Unión por la Patria no dieron demasiadas precisiones, pero este lunes había versiones de que algunos de esos especialistas en redes habrían desembarcado en Buenos Aires para trabajar en la campaña de Massa, en un rubro muy bien explotado por la militancia y la red de expertos que promueve al economista de LLA.
En el caso de Bullrich, su equipo terminó de analizar la última semana las conclusiones de la serie de focus groups encargados para descifrar la cabeza de los votantes de Milei. Los jefes de la campaña se nutrieron además del consejo de especialistas radicados en Brasil que estudiaron el experimento Bolsonaro, pero las consultas no quedaron solo en la región: según confiaron desde el bullrichismo, hubo contactos con asesores de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid, para tratar de entender el vínculo de la referente del PP con la ultraderecha de VOX. Es más: trascendió que un par de colaboradores habrían viajado a la capital española por tres días.
La campaña post PASO se mueve al ritmo de Milei. En el massismo y en el bullrichismo siguen tan desconcertados como preocupados por el fenómeno libertario. Hasta ahora, ninguna estrategia dio resultados. “No hay que nombrarlo, y no hay que atacarlo”, explicó este lunes a este medio un dirigente que trabaja bien cerca de Bullrich. El gurú catalán Antoni Gutiérrez-Rubi, el estratega del ministro de Economía y candidato presidencial de UP, tiene estudios que dan cuenta de que el 50% de los votantes de Milei no coinciden con sus propuestas, pero aún así se inclinan por su postulación. Una señal de la complejidad a la que se enfrentan los candidatos de JxC y del oficialismo al momento de salir a la búsqueda del voto libertario.
En ese contexto, Massa y Bullrich tratan de retomar en estos días la iniciativa de una agenda de campaña que, desde las PASO, se movió al compás de Milei.
Como una especie de remake de las giras del “Sí se puede” que Mauricio Macri encabezó tras la contundente derrota de las primarias del 2019 en manos de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, la ex ministra de Seguridad iniciará en los próximos días una caravana por los principales distritos del país a bordo de un motorhome Mercedes Benz adquirida especialmente para la gira que recorrerá Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Córdoba, Mendoza y Tucumán, entre otros destinos. “La fuerza que hace falta para ordenar al país, es ahora y es para siempre”, es el lema elegido en esta ocasión.
Después del shock por el batacazo electoral de Milei y la magra cosecha de votos de las PASO, Bullrich planea volver a su plan original: confrontar todo el tiempo con el kirchnerismo. “Si atacas a Milei, lo engordas”, resaltaron desde su entorno.
La ex ministra busca, en paralelo, reafirmar su liderazgo, deslucido tras la interna con Horacio Rodríguez Larreta, el quiebre entre los diferentes sectores de JxC y los coqueteos de Macri con Milei que el candidato libertario se encargó de exponer y hasta de exagerar desde su triunfo en las PASO.
Bullrich y Macri habían tenido alguno desacuerdos en las últimas semanas, antes de que el ex presidente se embarcara hacia Europa por su rol en la campaña y las especulaciones por el vínculo con el jefe de LLA que este lunes, como anticipó este medio, cortó públicamente de cuajo con la entrevista que concedió apenas volvió al país en el canal TN, y en la que apoyó de manera contundente a la candidata de JxC.
La ex ministra de Seguridad necesitaba ese apoyo para intentar entrar al balotaje como Massa precisó del encuentro que encabezó el fin de semana en Tucumán junto a un grupo de gobernadores, sindicalistas y referentes de La Cámpora para mostrar una postal de unidad que, en los hechos, no es tal pero que le da algo de aire al ministro-candidato que, hasta ahora, se movía en soledad.
Hacía rato, de hecho, que Máximo Kirchner no aparecía en público. Antes de viajar a Tucumán, Massa y el jefe de La Cámpora compartieron un asado en un quincho de la agrupación en el barrio porteño de San Telmo junto a varios dirigentes del oficialismo. En menos de 72 horas, el presidente del PJ bonaerense se mostró dos veces con el ministro de Economía: primero en el norte del país, después en la puerta del Palacio de Hacienda, en el anuncio de los cambios en el impuesto a las ganancias que UP buscará capitalizar de cara a las elecciones. Acompañó, además, la plana mayor de la CGT con una movilización modesta en Plaza de Mayo.
Massa está dispuesto a jugarse a todo o nada el próximo mes y medio con tal de promover una segunda vuelta en noviembre cara a cara contra Milei: se lo hizo saber especialmente en las últimas semanas a los gobernadores que el 13 de agosto trabajaron a reglamento para su candidatura y que prometieron mayor compromiso para octubre. Hay quienes aún no les creen.
¿Podría aparecer ahora Cristina Kirchner de un momento a otro? Es la pregunta del millón. En el entorno de la ex Presidenta se maneja el secretismo habitual. Interlocutores habituales de la vicepresidenta remarcaron que ella pronostica un panorama electoral muy adverso para el peronismo. Según trascendió, Massa le habría pedido hace más de una semana que grabara una serie de mensajes para captar el voto de los sectores más postergados, en especial del Gran Buenos Aires, en los que el anuncio de ganancias tiene nulo impacto, que se inclinaron por Milei en las últimas elecciones pero que todavía conservan muy buenos recuerdos de la vicepresidenta.
Cristina Kirchner conoce a la perfección los estudios cuantitativos, también los cualitativos, los mapas de calor y el detalle del resultado de las primarias: el peronismo, con Massa como candidato, perdió en el Gran Buenos Aires y en el norte del país cientos de miles de votos en manos del candidato libertario. La pregunta es si están a tiempo de recuperarlos.