La incorporación de Carlos Melconian fue la vitamina que necesitaba Patricia Bullrich para vigorizar su candidatura tras unas PASO que la dejaron sin la energía que siempre brinda el triunfo. Su segundo lugar (sumando los votos de Horacio Rodríguez Larreta) se convirtió en un dato inesperado y la obligó a repensar la estrategia para recuperar terreno en las elecciones generales. Hoy, la candidata de Juntos por el Cambio se muestra en su versión recargada, aunque hay un puñado de dilemas complejos de resolver que condicionan la campaña y tornan impredecible el resultado de las elecciones generales.
Bullrich estaba cómoda en su pelea con Larreta. No lo está cuando debe enfrentar a Javier Milei, el ganador de las primarias que acaparó la escena política y da la sensación de que hasta podría triunfar en primera vuelta. Es cierto que lo vaticinan esos mismos encuestadores que fallaron en anticipar el nuevo tablero que, como se demostró en las PASO, puso en crisis a la vieja matriz política del país.
El 28% de votos que obtuvo Juntos por el Cambio abren incógnitas: de ese total, el 16,81% es el que obtuvo Bullrich y el 11,19%, Rodríguez Larreta. ¿Cómo lograr que los apoyos que logró el jefe de Gobierno vayan mayoritariamente a la candidata presidencial? Los estrategas bullrichistas analizaron los resultados de las PASO, desmenuzaron los números y propusieron replantear la campaña. Hay que salir a buscar a los votantes de JxC que no participaron en las primarias, convencer a los moderados que eligieron al alcalde porteño y conquistar segmentos del electorado, como el de las mujeres, en los que Milei no tiene predicamento. El problema es cómo evitarán que Bullrich se “larretice” en el camino hacia esos nuevos objetivos proselitistas. Es decir, que no se desperfile en su intento de correrse al centro, mostrarse asociada con un JxC “ampliado” y hacer tanto eje en las propuestas.
Los primeros días luego de las PASO, Bullrich se dio un baño de “casta”: foto con Larreta y Gerardo Morales, discurso para el círculo rojo en el Council de las Américas y postal de unidad con candidatos y dirigentes de Juntos por el Cambio. Dio una señal de gobernabilidad al adoptar el programa económico y el equipo de Melconian, una fórmula, además, para hablar tanto de un tema que no domina. Aun así, trató de mantener el contacto directo con la gente, desde un encuentro con vecinas de la villa 1-11-14 hasta otro con comerciantes atemorizados por los saqueos en Tres de Febrero.
El desembarco de Melconian y los expertos de la Fundación Mediterránea provocó cimbronazos en el bullrichismo y en todo Juntos por el Cambio. Nadie discutirá la estrategia de Bullrich, aunque hay lamentos porque quedó eclipsado Luciano Laspina, el economista estrella de la candidata, y pasaron a estar en suspenso las propuestas de gobierno que desde más de un año elaboran los especialistas de las fundaciones de JxC (Pensar, del PRO; Alem, de la UCR; Hannah Arendt, de la Coalición Cívica, y Encuentro Federal, de Encuentro Republicano Federal). Ninguna de las medidas consensuadas por la coalición está hoy asegurada: primero tienen que pasar por el estricto filtro “melconiano”.
El desafío es integrar a todo el equipo sin que haya “heridos” ni marginados y sin que se pierda la coherencia del programa que aplicarán en cada área en caso de que Bullrich gane las elecciones. Para dar una señal sobre las propuestas que tiene en mente, la candidata presentará este jueves en la Facultad de Derecho su nuevo libro, “De un día para otro. Medidas para cambiar de verdad en las primeras 24 horas de gobierno”, editado por Sudamericana. ¿Refleja las ideas de JxC y de Melconian?
A partir del ascenso de Milei, por otra parte, Bullrich concluyó con su equipo de campaña que el cambio profundo que votó la gente también incluye a la dirigencia. ¿Cómo puede creer la sociedad que se tomarán medidas distintas en el gobierno con las caras de siempre? Por eso el bullrichismo tratará de mostrar más en la campaña a una camada nueva de dirigentes o, al menos, no tan desgastada. La propia Bullrich habló de “una nueva Selección de Juntos por el Cambio”, con ecos del equipo conducido por Lionel Scaloni, para referirse a un pelotón de gobernadores, intendentes y candidatos que presentará esta semana, probablemente el viernes próximo, como los rostros de una coalición que lucirá algo remozada para sintonizar con la consigna de lo novedoso.
El anuncio iba a hacerse este martes, primero en Santa Fe, luego en San Nicolás y finalmente en la ciudad de Buenos Aires, pero se postergó hasta fines de esta semana porque en el entorno de Bullrich hubo malestar cuando Infobae reveló la iniciativa y anticipó algunos integrantes de “la nueva Selección de JxC”. No había consenso sobre la lista definitiva. Muchos nombres aún entran y salen de la nómina.
En el comando bullrichista confían en el efecto positivo que generarán los triunfos de los candidatos de JxC en las elecciones de gobernador de Santa Fe, que tendrá lugar este domingo con el radical Maximiliano Pullaro como el favorito, y de Mendoza, que se realizarán el 24 de este mes y en donde Alfredo Cornejo, de la UCR, intentará ratificar la victoria que tuvo en las PASO provinciales. En el medio, el domingo 17, se harán los comicios en el Chaco: allí, en las primarias del 18 de junio, Juntos por el Cambio fue el partido más votado (logró el 42,66%) en medio de la conmoción que vivía la provincia por la desaparición de Cecilia Strzyzowski y el gobernador Jorge Capitanich, del PJ, terminó segundo con el 36,83% de los sufragios. Ahora, el radical Leandro Zdero, ganador de la interna opositora, tratará de revalidar su ventaja y dar otro batacazo electoral contra el peronismo.
El bullrichismo confía en que los buenos resultados electorales en las provincias le darán a la candidata presidencial de JxC una ola de votos nacionales como consecuencia del “efecto contagio”. En privado, de todas formas, se quejan de errores no forzados en la campaña: en ese rubro anotan las afirmaciones de Pullaro de que votaría a Milei en un escenario de ballotage entre el libertario y Sergio Massa, pero también la foto de Laspina reunido con un personaje polémico como Domingo Cavallo. Hay quienes no perdonan que Bullrich haya desaprovechado criticar al candidato libertario porque, tras reunirse con Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, archivó su rechazo a la reelección indefinida de los sindicalistas: “Ese es un problema que tendrán que encontrar la solución los trabajadores. No tengo que estar rompiendo yo una institución”, dijo Milei a LN+.
Bullrich eligió no atacar en forma directa a su rival de La Libertad Avanza y sí, en cambio, dejar en evidencia la poca consistencia de algunas de sus propuestas, como la dolarización o la eliminación del Banco Central. En Mar del Plata, hace dos días, la ex ministra de Seguridad dio otro matiz a sus críticas: “Les pedimos a los votantes que el cambio que elijan sea un cambio que se pueda realizar -señaló-. Uno con convicción, verdadero. Y ese es el que nosotros venimos planteando. Las cosas que dijimos que había que hacer son las que seguimos sosteniendo y son las reales y realizables”.
El otro dilema para Bullrich, quizá uno de los centrales de este momento, es Mauricio Macri. La relación quedó signada por el tenso encuentro que tuvieron hace 10 días. La candidata de Juntos por el Cambio le dijo que no entiende por qué no había despejado de manera contundente las sospechas sobre sus coqueteos con Javier Milei. El fundador del PRO, a su vez, consideró que no creía que hiciera falta aclarar lo que es “evidente”, es decir, el firme apoyo a su candidatura presidencial, al que contribuyó de manera pública y reservada durante la feroz pelea con Rodríguez Larreta.
¿Por qué Macri todavía no dijo que bajo ningún punto de vista respaldaría ni haría acuerdos con Milei para terminar con las especulaciones? Los bullrichistas aseguran que la candidata presidencial le pidió específicamente que no hablara más del tema. En el macrismo insisten en que el ex mandatario se puso a disposición de Bullrich para lo que necesite y que desde este fin de semana, en que regresará de Europa, acordará con ella la modalidad con la que se sumará a la campaña electoral.
La relación requerirá esfuerzos para restaurarse. Macri quedó dolido cuando Bullrich dijo la semana pasada que en Juntos por el Cambio estuvieron “siempre presos de qué iba a hacer” él y resaltó: “Tenemos que liberar a todo Juntos por el Cambio y que Mauricio se acomode como él crea que se debe acomodar”. Dicen que el ex presidente habría sentido que lo trató de manera similar que Rodríguez Larreta, a quien en la intimidad acusa de haber querido jubilarlo antes de tiempo.
Quienes conocen mejor a Bullrich interpretan que ella reaccionó así porque le irrita que los periodistas le pregunten siempre sobre Macri. Pero algunos miembros de su equipo están obsesionados con la idea de “desmarcarse de Mauricio” e incluso en una reunión se llegó a comentar que el ex jefe del Estado estaba dispuesto a instalarse en Córdoba para apuntalar la campaña y conseguir más votos, pero la oferta quedó en el aire porque no causó mucho entusiasmo. ¿Le conviene a Bullrich tomar distancia de Macri? Las necesidades de la campaña harán que se selle una tregua. Nadie imagina que siga el clima tenso. En el larretismo lo saben: tienen medido que la intención de voto del jefe de Gobierno cayó 4 puntos cuando en junio pasado apuntó duramente contra Macri al asegurar que “fracasó” el modelo del ex presidente de apostar por la polarización política.
Este lunes, tras compartir una actividad por el Día del Maestro con los padres organizados durante la pandemia ante el Ministerio de Educación, Bullrich participará de una charla con el ensayista y poeta Santiago Kovadloff: allí expondrá la idea de “armar un sistema que ponga el foco en el ser humano -según explicó la candidata- desde una perspectiva en el que todo aquello que tiene que ver con el ser humano, su vida, educación, cultura, bienestar y seguridad estén todos bajo la misma filosofía”.
La propuesta, que no implica crear un nuevo ministerio, generó mucha confusión, pero se dilucidará en las próximas horas. ¿Lo mismo sucederá en la relación entre Bullrich y Macri? Este misterio podrá develarse finalmente el miércoles próximo, a las 12.30, en el Hotel Libertador, en una reunión ordinaria del Rotary Club de Buenos Aires en la que el ex presidente será el único orador.