“Es como la canción, aunque no la veamos siempre está”, dice entre risas un encumbrado miembro del oficialismo que sale del despacho de la presidenta del Senado, Cristina Kirchner. La respuesta fue frente a la pregunta de si la Vicepresidenta va a participar de los actos de campaña de cara a las elecciones presidenciales del próximo 22 de octubre.
El rol de CFK en la campaña durante las Primarias fue escaso, por lo menos en lo que se refiere a la exposición pública. Apenas compartió algunos eventos con Sergio Massa, el candidato a presidente de Unión por la Patria, pero fueron acciones de gobierno y no actos de campaña. Esto generó críticas de algunos sectores del kirchnerismo, que entienden que la líder tiene que salir a la cancha a traccionar votos.
Pero la estrategia de la ex presidenta, y por ahora también de Massa, es la de una “Cristina abierta a la discusión interna, pero alejada de los flashes”. Así lo explicó en las últimas horas el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, quien señaló que la Vicepresidenta “está haciendo lo que corresponde, que es fortalecer a Massa”.
Esto queda en claro cuando se observa la agenda de CFK y el peregrinaje de dirigentes a su despacho en el primer piso del Senado. Pero la estrategia de fortalecimiento interno tiene como eje convencer a los que todavía no están convencidos de que el candidato es Massa y articular la campaña hacia afuera en busca de empujar al actual ministro de Economía a una segunda vuelta electoral.
“Vienen todos a verla, a tener reuniones. Massa, Axel Kicillof, Wado de Pedro y Máximo Kirchner son los habitué, con un mínimo de tres veces por semana, pero también vienen sindicalistas, dirigentes, intendentes, hasta Malena Galmarini -la esposa del ministro de Economía- estuvo reunida con Cristina”, explicó una fuente.
En el primer piso de la Cámara de Senadores se concentra buena parte del debate de la estructura de la campaña. En ese despacho, Cristina Kirchner se sienta a la cabecera de una larga mesa y si es uno solo el visitante lo hace sentar en la otra punta para poder mirarlo a la cara y se discuten los pasos a seguir. Por ejemplo, se definió que Máximo Kirchner viajara a Tucumán para participar del lanzamiento de campaña a de Massa.
“Desde hace tiempo que se viene hablando de la presencia o no de Máximo y Cristina. La doctora no es candidata, pero Máximo es cabeza de lista, tiene que hacer campaña, no puede seguir como hasta ahora”, se quejaba un dirigente provincial. Esas quejas llegaron al despacho en donde funciona el centro neurálgico de Unión por la Patria.
Cristina Kirchner también estaba invitada al acto en Tucumán. La Vicepresidenta se mantiene en su rol de armadora, de estratega intelectual de la campaña, más que de front en los actos. Los más cercanos entienden que no tiene la necesidad y, a no ser que se llegue a una situación extrema, no lo va a hacer.
“Las encuestas que nos llegan nos muestran en un balotaje, hoy no habría necesidad de que salga. Lo que tenemos que hacer es ordenar a los gobernadores y los intendentes, ahí vale más un llamado que un acto”, señalaba un senador que suele estar al tanto de las visitas que recibe la Vicepresidenta.
El domingo, Unión por la Patria lanza su campaña de cara al 22 de octubre. Demostrará músculo partidario con una veintena de senadores, gobernadores, la cúpula de la CGT, Germán Martínez -presidente del bloque de diputados- José Mayans -presidente del bloque en el Senado-, y Cecilia Moreau, la presidenta de la Cámara de Diputados. De la repercusión de ese lanzamiento, y del impacto que pueda tener la ausencia de Cristina Kirchner, se analizará el lunes y martes después del mediodía cuando la Vicepresidenta llegue a su despacho y se reanude el peregrinaje de dirigentes al primer piso de la Cámara alta.