El diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, viajará hoy a Tucumán junto al candidato a presidente de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, para compartir un encuentro con los principales gobernadores del PJ y un acto de respaldo a la candidatura del ministro de Economía que se realizará este sábado en la capital provincial.
La última vez que Kirchner apareció en público fue la noche en la que UP perdió las PASO y la coalición quedó ubicada en el tercer lugar. Con gesto adusto y visiblemente molesto por el golpe de la derrota, se acomodó sobre un costado del escenario del Complejo C -donde estuvo el búnker de campaña peronista- para acompañar a los principales candidatos del espacio en una noche de malas noticias.
Hasta el momento, ni Cristina ni Máximo Kirchner habían aparecido en el escenario electoral, luego de casi un mes desde que el oficialismo perdió las elecciones primarias. El único exponente de la primera línea K que mantuvo activo el discurso de campaña fue el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Por eso el viaje del diputado camporista es una señal política importante en este segundo tramo.
El acto que se hará mañana en Tucumán servirá para relanzar la campaña de Massa, después de una seguidilla de días en las que el candidato oficialista estuvo abocado a cerrar el acuerdo con el FMI y lanzar un paquete de medidas para contener el impacto de la devaluación. En el búnker de UP aseguran que el acto será el punto de partida de la segunda parte de la campaña. Volver a empezar.
El gobernador tucumano, Juan Manzur, se está encargando de la organización del evento, donde habrá cerca de 20 legisladores, la mayoría de los gobernadores del PJ, funcionarios cercanos al ministro de Economía y el ministro del Interior, que oficia de jefe de campaña, Eduardo “Wado” de Pedro. Van a construir una foto de unidad, un concepto que en el peronismo sigue importando. Hoy por la noche comerán todos en la casa del ex Jefe de Gabinete, a quien le destacan su rol de anfitrión.
Más allá de que Máximo Kirchner hable o no en el acto del fin de semana, lo destacado es el gesto político de estar presente en el relanzamiento de la campaña. Una muestra de que el kirchnerismo está abroquelado detrás de Massa que, lentamente, comenzó tomar protagonismo en la campaña donde lo que está en juego es ingresar al balotaje. Es un hecho simbólico con trascendencia política.
El miércoles, De Pedro también reactivó su rol electoral. Fue durante una recorrida por General Rodríguez, donde encabezó un acto por el Día de la Industria. “Estoy convencido de que la Argentina puede encontrar el sendero del desarrollo, generar acuerdos necesarios para lograr estabilidad de una vez por todas, y lograr un proyecto de largo plazo que proteja, fomente y quiera a la industria nacional”, aseguró.
El jefe de campaña no dudó en apuntarle a Javier Milei y Patricia Bullrich cuando decidió hablar de las candidaturas. Afirmó que “existen candidatos que quieren volver a esas políticas liberales donde cada uno tiene que resolver en un mundo que cada vez protege más”. Un discurso que tuvo como objetivo empezar a dar una discusión más profunda sobre los modelos que se ponen en juego en las elecciones generales.
Diferente es la situación de Cristina Kirchner, que no aparece en la campaña electoral desde antes de las PASO. Su última participación fue el 17 de julio, durante un acto que compartió con Massa a 15 años de la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Una foto en un simulador de vuelo, el respaldo esperado y no mucho más. Desde entonces todo es silencio.
Sin embargo, quienes están cerca de la Vicepresidenta sostienen que está activa y conectada con lo que sucede día a día en el proceso electoral. Su ausencia, repiten en varias terminales K, se debe a que “no es candidata”. Una voz unificada que intenta bloquear cualquier rumor sobre corrimiento.
Aunque en el oficialismo hay quienes reconocen que a Massa le conviene estar solo en el medio del escenario electoral. CFK ya sumó sus votos. Hizo lo que tenía que hacer. Su aparición en esta instancia solo puede generar rechazo en los votantes que deben cautivar para zambullirse en la segunda vuelta.