“Ni ganó un sindicalista ni perdió la gobernadora. Ganó la gente”. Así sintetiza el jefe comunal electo de Bariloche, Walter Cortés, el resultado de las elecciones del domingo. Con recursos limitados y encabezando la lista de un partido modesto, se impuso a la estructura oficialista del gobierno de Río Negro, que proponía a la actual mandataria provincial Arabela Carreras como intendenta de la ciudad patagónica.
Los pronósticos anticipaban una buena performance de quien conduce la Asociación Empleados de Comercio (AEC) desde hace 30 años, aunque pocos se atrevían a vaticinar una victoria de Cortés, quien alcanzó el 19,6 % de los sufragios contra el 15,2 % de Carreras.
E flamante jefe comunal electo reemplazará a Gustavo Gennuso, intendente por dos períodos, con quien pactó una transición “ordenada”.
No colgó carteles ni pasacalles, tampoco inundó la ciudad de propaganda política. Tomó los reclamos de los vecinos y analizó los puntos débiles de la gestión local. Con eso diseñó su estrategia de campaña, elaborando un discurso desde el llano. Ahorró en asesores y redactores de discursos, analistas y encuestadores. “De todo eso, justamente, es de lo que se hartó la gente” dijo, en diálogo con Infobae.
El batacazo huele a hazaña. “Nada que envidiar a lo que pasó en Neuquén, con la victoria de Rolando “Rolo” Figueroa, que logró desterrar la hegemonía oficialista del Movimiento Popular Neuquino (MPN)” dicen desde su entorno.
“Los barilochenses votaron al negro, al hacedor. La gente se cansó, se terminó el cuento de los exitosos ilustrados que llegan al poder con títulos bajo el brazo, porque está demostrado que gobiernan mal”, sostuvo.
Tiene 60 años y es padre de cuatro hijos. En su vida, dice, hizo de todo. “Me falta el libro. Hasta el árbol tengo plantado, uno que todavía se mantiene en pie” asegura. Su dialecto mendocino evidencia su procedencia, aunque sólo lo conserva por un costumbrismo familia, ya que su crianza se dio en el sur.
Cortés llega al sillón comunal con el Partido Unión y Libertad (PUL), un sello político que fundó Adolfo Rodríguez Saa para pelear por el sillón de Rivadavia, que en Bariloche comanda desde hace 8 años. Durante el proceso de federalización del sello que propuso el presidenciable, Río Negro decidió apartarse y los dirigentes locales decidieron fortalecer la estructura en el terruño patagónico. Ahora, tras la victoria del domingo, el electo piensa intensificar la proyección provincial e incluso volver a jugar cartas a nivel nacional.
Dos días más tarde de transformarse en Intendente electo, Cortés visitó una dependencia municipal que está a unas 25 cuadras del Centro Cívico, donde históricamente funcionó el despacho del jefe comunal, para decidir dónde se va a instalar. “Ya vamos a definir qué hacemos con el Centro Cívico, un museo o un espacio de actos protocolares, pero el Intendente tiene que estar en los barrios, cerca de los vecinos” dijo.
La historia de su detención
El sindicalista registra un paso por la prisión federal de Esquel, tras ser condenado por estafa contra el Estado en la administración de fondos que debían estar destinados a un policlínico de Bariloche. Pasó un año y medio detenido hasta que la Corte Suprema lo sobreseyó.
“Fue una causa injusta, una maniobra política que tardó 20 años, una locura” dijo. antes de apuntar: “Los que pergeñaron la movida fueron malintencionados, la pasamos muy mal en prisión”.
En la misma unidad penitenciaria estaba el líder mapuche Facundo Jones Huala, con quien casi no tuvo diálogo. “Fue un año y medio de mucha angustia, de mucho dolor y bronca por haber sido juzgado por algo que no hice” dijo.
Su gobierno
“Voy a pelear por los intereses de Bariloche, sin grises” sentenció. Vislumbra una relación de cordialidad con el gobernador electo Alberto Weretilneck, con quien se comunicó tras la victoria del domingo. “Somos de distintos partidos, y el mío le ganó al suyo, aunque eso no debería afectar la gobernabilidad” sentenció. Sin embargo anticipó que golpeará las puertas de su despacho para reclamar un trato más equitativo con la ciudad de mayor densidad poblacional de la provincia. “Le vamos a reclamar que los impuestos que pagamos los barilochenses por patentes, vuelvan a Bariloche, entre otras cosas” anticipó. Y dijo que “tenemos varios temas para conversar”.
No se identifica con ninguno de los presidenciables aunque vaticina que prevalecerá la idea del cambio. “No digo que vaya a ganar (Javier) Milei, pero sí creo que los argentinos van a votar el cambio”, sostuvo, a pesar de su corte netamente peronista. “Si el gobierno no cambia las cosas... Nadie puede vivir con la inflación que tenemos hoy”.
Desde el primer día, aseguró, piensa en empezar a ejecutar su plan de gobierno. “Tengo muy presente lo que me dijo mi mamá, de 92 años, que el domingo fue a votar. Voy a hacer las cosas despacio, sin enloquecerme y sin perder de vista a la gente que más nos necesita”, y finalizó: “Voy a comer el sándwich despacio, si no me voy a agarrar un atracón y voy a perder de vista lo que nos pide la gente”.