A partir de esta semana Sergio Massa se volverá a poner el traje de candidato, que quedó colgado en el Complejo C, donde se instaló el búnker peronista en las elecciones primarias, cuando el domingo 13 de agosto tuvo que enfrentar la derrota de Unión por la Patria (UP), relegado al tercer puesto, y el impensado triunfo de Javier Milei y La Libertad Avanza (LLA).
Después de 20 días dedicados plenamente a la gestión económica y cerrar el acuerdo con el FMI, el ministro y candidato a presidente del peronismo tendrá mayor protagonismo en la campaña electoral. Desde las PASO hasta ahora, solo tuvo un puñado de apariciones en medios y recorridas de campaña. Llegó el momento de hacerle frente al segundo tramo de la campaña.
En la hoja de ruta estipulada para esta etapa está planteado que Massa recorra los 24 distritos del país. Que vaya aunque sea una vez a las 23 provincias y haga recorridas por la Ciudad de Buenos Aires. Y, además, que acentúe sus visitas al conurbano bonaerense, donde se concentran la mayor cantidad de votos de la provincia de Buenos Aires y en los intendentes hace tiempo reclaman mayor presencia en los municipios.
Para el massismo una de las claves para meterse en el balotaje es ampliar la diferencia de votos en el territorio bonaerense. Hacerse fuerte en la provincia clave, donde Axel Kicillof hizo una buena elección. Si los intendentes empujan en la primera y tercera sección, y los gobernadores del norte hacen lo propio en sus provincias, entienden que se asegurarán el segundo lugar y quedarán bien parados para el mano a mano con Milei en la segunda vuelta.
La semana pasada, durante la visita a Brasil, el presidente Lula Da Silva fue explícito y directo con Massa. “Dejá de buscar plata y empezá a buscar votos”, le pidió. El mandatario brasileño también le planteó su preocupación por un posible triunfo de Milei y un gobierno argentino con el sello libertario. El ministro lo escuchó con atención y le aseguró que en un plazo breve saldría a buscar esos votos que le faltan.
Eso es lo que hará Massa en los días que siguen, además de preparar los ejes temáticos de la campaña. Reforzar el contenido de ítems importantes como la seguridad y la educación, sobre los que está trabajando su equipo, y empezar a exponerlos en forma de propuesta y en contraposición con lo que propone el candidato libertario. Por estas horas ha múltiples reuniones de trabajo en las oficinas del búnker y del ministerio de Economía para delinear el contenido de la campaña.
En ese camino uno de los objetivos es cautivar el voto de los radicales que, en su gran mayoría, acompañaron la candidatura del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Entienden que ese sector representa el “voto blando” de Juntos por el Cambio y que les costará acompañar a una candidata como Bullrich, de un perfil más duro y con el sello del PRO sobre la espalda.
“¿Los radicales van a querer la eliminación de la educación pública? ¿Van a querer una política de seguridad represiva como la que quieren Milei y Bullrich? ¿Van a dejar que Milei dañe el sistema democrático”, fue la hilera de preguntas que se hizo un funcionario cercano a Massa que está inmiscuido en la campaña.
En el búnker de UP hacen ese planteo sobre la base de los números que arrojan todas las encuestas que se realizaron en las últimas dos semanas, donde Milei aparece primero, Massa segundo y Bullrich tercera, a una distancia amplia del candidato peronista. Buscan desarmar la unidad endeble que tiene la coalición opositora, mostrando las consecuencias que podría generar una posible llegada del libertario a la Casa Rosada.
En el oficialismo dan por descontado que una vez que se concrete - según estiman - una derrota de Bullrich en las elecciones generales, Juntos por el Cambio volará por los aires y sus votos se dispersarán. Están pensando en una doble jugada que incluye cautivar los votos opositores para ganar en las elecciones generales o, eventualmente, en el balotaje. Si no nos acompañan ahora, lo harán más tarde. Pero es Massa o Milei. Piensan y reflexionan en el corazón del comando de campaña peronista.
Para el peronismo, Juntos por el Cambio perdió el lugar central que tenía como coalición opositora. Fue desplazada por el fenómeno Milei, que no puede correrlos a ellos del lugar de oficialismo. Entonces, la polarización entre LLA y UP vació de contenido y discurso la candidatura de Bullrich. En el oficialismo reconocen que en el balotaje habrá votantes que elijan el mal menor y esos son votos que puede absorber Massa. “Se está formando una ola anti Milei pero hay que esperar el momento para subirse”, reveló un dirigente de extrema confianza de Massa.
“El radicalismo puso a los intendentes y concejales a trabajar en la campaña de Patricia. Temen que los bloques parlamentarios se caigan a pedazos. Pero eso no significa que le digas a la gente cómo votar”, reflexionó un dirigente del radicalismo. La mayor parte de la estructura de la UCR jugó políticamente con la fórmula Rodríguez Larreta-Morales y quedó golpeada después de las PASO. Pero el votante no siempre sigue los caminos de la dirigencia.
Bullrich le pidió a su equipo de campaña cerrar las grietas internas y evitar fugas de votantes. Lo importante es contener los 28 puntos que obtuvieron en las elecciones primarias y crecer lentamente sobre esa base. En el peronismo consideran, en base a trabajos de consultoría, que ese colchón de votos ya desapareció, porque un grupo de votantes duros migró hacia Milei y otro de votantes blandos está en duda de acompañar a Massa. Números que van y vienen.
En el búnker de UP apuestan a que el nuevo tiempo de campaña de Massa sirva para desarticular las propuestas de Javier Milei y mostrar su inviabilidad. Consideran que tienen que mostrar cómo sería un gobierno de Massa y cómo uno del líder libertario. Es una campaña del miedo encubierta, donde lo importante es poner de manifiesto cómo le cambiaría la vida a la gente el desembarco del diputado de LLA y sus ideas.
“Los votos están. Hay que ir a buscarlos. Hay que enamorar a los votantes”, aseguran en el peronismo. Massa sale a la búsqueda de esos votos. El reloj electoral hace tiempo que esta corriendo. Lo tiene que hacer ahora. Sobre todo antes del 13 de septiembre, cuando se conozca que Argentina tiene dos dígitos de inflación en un mes. El segundo tramo de la campaña se pone en marcha. Nadie sabe cómo puede reaccionar la gente.