Para los distraídos que miran de lejos los avatares de la política, la escaramuza que protagonizaron este fin de semana Javier Milei y Sergio Massa por redes sociales -la primera frente a frente de los dos candidatos más votados de las PASO- fue una sorpresa. Para los avisados y conocedores del misterioso arte de ganar elecciones, se trató de una pelea inevitable y, sobre todo, conveniente para ambas partes.
El líder libertario y el candidato a presidente del oficialismo protagonizaron el sábado un encontronazo por X (ex Twitter) que tuvo una “víctima” invisible: Patricia Bullrich. La dirigente de Juntos por el Cambio había retomado la ofensiva política con la confirmación de Carlos Melconian como su futuro ministro de Economía si gana la Presidencia. Fue un golpe de efecto a varias bandas: encumbró a un jugador que puede saltar sin problemas de la cátedra a la política; reforzó un área donde se encuentra menos sólida; y expuso una red de apoyos y una sintonía fina con el “círculo rojo”.
Pero el ruidoso choque de Massa y Milei confirmó que los dos se priorizan como adversarios de cara a octubre o para un hipotético balotaje, dejando en segundo plano al flamante eje Bullrich-Melconian.
“Horrores de Sergio Massa”, publicó el libertario en su cuenta oficial, en rechazo a las críticas del ministro de Economía al proyecto de dolarización. Fueron en total seis tuits en los que el candidato de La Libertad Avanza replicó el discurso que pronunció su rival en el Día de la Industria. “Horror es que quieras permitir la venta de órganos. La vida de la gente no tiene precio”, le respondió Massa. Pero no terminó ahí, ya que el diputado volvió a contestar: “Lo que no tiene precio es el dólar, el cual resulta claro que no tenés idea de cómo parar. Andá a laburar a ver si descubrís la forma de terminar con la inflación…” (sic).
¿Esta escalada fue espontánea o resultado de un cálculo? Durante la semana pasada en los equipos de campaña de Unión por la Patria habían empezado a diseñar una nueva etapa, donde pondrían de relieve, más que descalificaciones o críticas personales a Milei, exponer cuál puede ser el resultado concreto de sus propuestas más controversiales.
Y al tope de esa agenda, efectivamente, estaba la polémica sobre la venta de órganos que se disparó por declaraciones de Milei de hace más de un año. En mayo de 2022, el candidato libertario también defendió la libre portación de armas como parte de una medida eficaz de seguridad ciudadana. Por el impacto negativo de ambos temas, el diputado no volvió a tocarlos y los puso como parte de una discusión filosófica más que parte de un programa de gobierno.
Barajar y dar de nuevo
Con ese contexto, Massa y los equipos de Unión por la Patria reajustaron estrategias y definieron mantener la polarización con Milei, pero hablándole al electorado de La Libertad Avanza. La hipótesis de fondo sostiene que entre los 7.352.244 votos (29,86%) que cosechó en las PASO hay un segmento “blando” que no conoce ni escuchó sus ideas. Lo mismo ocurre, estiman en el búnker de la calle Bartolomé Mitre, entre los 11 millones de electores que no votaron en las primarias. Es un giro sutil, sigiloso en “la campaña del miedo”.
La apuesta es instalar la discusión sobre qué país sería la Argentina educación pública, universal y gratuita -incluyen acá un hipotético “cierre de jardines maternales”-, con la habilitación de la venta de órganos, la libre portación de armas, o el cierre de mercados como Brasil y China, y sin moneda propia.
Las redes sociales son la arena donde se ejecutan esos experimentos. Y entre el viernes y el sábado se inundaron de referencias a la venta de órganos, la libre portación de armas y un fragmento de un discurso que Milei dio la semana pasada en un foro de economistas sobre la contaminación del agua y que pasó inadvertido. “¿Qué hay de malo en que una empresa contamine el río? ¿Dónde está el problema ahí? Eso, en realidad, habla de una sociedad a la que le sobra el agua. El problema radica en que no hay derechos de propiedad sobre el agua. Cuando falte el agua, alguien va a ver un negocio ahí y va a reclamar los derechos de propiedad. Van a ver cómo ahí sí se termina la contaminación”, dijo el viernes.
Más allá de trolls de uno y otro lado, este fin de semana y por primera vez desde que arrancó la campaña, Massa y Milei terminaron cara a cara. También intervino Malena Galmarini, esposa del ministro y titular de AySA. “La venta de órganos, la venta de bebés, la salud y la educación privadas, las calles con peajes, los ríos contaminados… y podemos seguir. Javier Milei no sólo es peligroso por sus propuestas, también por su ignorancia”, lanzó.
A esos cruces con Milei se le sumaron algunas preguntas insidiosas: “¿Las madres van a estar tranquilas si saben que sus hijos salen armados o que los amigos portan armas? ¿Esto funciona en algún lugar del mundo? ¿A los 18 años ya se va a poder vender una córnea? ¿Cómo accedería la clase media baja a un trasplante si se arma un mercado de órganos?”.
Dolarizar, mala palabra
Si bien la prioridad es Milei, Massa también “atendió” al nuevo actor que apareció de la mano de Patricia Bullrich, cuyo éxito o fracaso será, al mismo tiempo y en sentido inverso, el propio. “Una cosa es escuchar palabritas simpáticas, haciéndose los picantes o los graciosos en los canales de televisión y otra cosa es bajar las ideas a la vida real de la gente”, dijo en el acto que ayer encabezó en San Vicente con Axel Kicillof y funcionarios nacionales y bonaerenses.
En el inicio de la semana y en pleno regreso de su viaje fugaz a Brasilia, después de ver a Lula da Silva, sus colaboradores lo habían escuchado definir al plan de Melconian como “una dolarización cagona”, porque iba a la zaga del caballito de batalla del candidato libertario pero era lo mismo. El viernes, en el Día de la Industria, y al mediodía de este sábado, estuvo más académico: “Unos plantean la dolarización sin más, poniendo la bandera de Estados Unidos en el Banco Central. Otros plantean la dolarización cobarde, porque no se animan, cuando todos sabemos que la mejor forma de hacer crecer la patria es tener una moneda fuerte”. Misma idea, distintas palabras.
Melconian irrumpió como un factor en la campaña que puede robustecer el proyecto que lidera Patricia Bullrich y reequilibrar la disputa de tercios. En la presentación que hizo el jueves en Córdoba como ministro de Economía de un eventual gobierno de Juntos por el Cambio, fue bien evidente el compromiso y el apoyo de los principales empresarios. En las placas publicitarias que se veían mientras hablaba el economista no faltaron ninguna de las compañías insignia de Argentina. Además, los distintos linajes de JxC se alinearon detrás de un plan económico que tiene por virtud no ser “un salto al vacío”.
Ese realineamiento le mete más presión al candidato de Unión por la Patria, que puso en funciones el viernes pasado a su equipo de seguridad, que presentará esta semana su plan. A cargo quedó Ramiro Gutiérrez, diputado, integrante del Frente Renovador y experto en esa temática. “Sin seguridad no hay nada. Es la condición necesaria para todo el resto”, le dijo Massa a Infobae semanas atrás.
En política, y más en tiempos electorales, mueven las blancas, las negras, pero el factor humano define las pequeñas batallas y quien gana la guerra.